Piñera recibe críticas opositoras tras plantear ejes para nueva Constitución

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El Presidente Piñera lideró la ceremonia realizada en La Moneda. Foto: Mario Téllez

Mandatario promulgó la reforma que habilita el plebiscito en abril de 2020 y trazó tres lineamientos para una Carta Magna. Entre otras cosas, mencionó a "la familia como núcleo fundamental" y el "derecho preferente de los padres para educar a sus hijos".


A las 11.58 de este lunes, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, ingresó a La Moneda y subió directo al despacho del Mandatario Sebastián Piñera.

La líder gremialista -quien se reunió a solas con el Jefe de Estado por unos minutos - llegó a participar del acto de promulgación de la reforma constitucional que permitirá realizar, en abril de 2020, el plebiscito para consultar a la ciudadanía si quiere o no nueva Constitución y mediante qué mecanismo.

Si bien la senadora había anunciado que no asistiría a la ceremonia, luego de que la UDI decidiera suspender su participación en Chile Vamos por, justamente, un conflicto surgido en el marco del proceso constituyente, finalmente asistió a Palacio y acaparó gran parte de la atención. Esto, ya que al aparecer en el Patio de los Cañones -lugar en que se realizó la actividad- saludó a varios de los presentes, pero no al ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y al presidente de RN, Mario Desbordes, pese a que pasó caminando frente a ellos.

La escena, que llamó la atención de casi todos los asistentes, precedió un discurso de 30 minutos que dio Piñera.

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Con una coalición dividida, con la ausencia de parlamentarios UDI y con la presencia de más de 300 personas, entre ellos algunos legisladores de oposición, el fiscal nacional, Jorge Abbott, y el expresidente Ricardo Lagos Escobar, el Mandatario recalcó, hablando directamente de "asamblea constituyente" y no de "convención constitucional" -como se definió uno de los mecanismos en el acuerdo del 15 de noviembre-, que será la ciudadanía la que tendrá que decidir qué opción quiere. Luego, destacó la reforma constitucional de 2005, bajo el gobierno Lagos, y cuestionó que "la discusión política en torno a la Constitución se ha centrado casi exclusivamente en los procedimientos, y yo estimo que no ha profundizado suficientemente en los contenidos". Así, acto seguido, delineó tres ejes que, a su juicio, deberían estar incluidos en una nueva Carta Magna.

Piñera destacó, primero, que se "debe recoger y proteger los principales valores y principios que viven en el alma de los chilenos", mencionando: "El valor de la vida, la libertad, la dignidad, la diversidad y el respeto de los derechos humanos de todas las personas, porque sabemos que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y en derechos".

En segundo lugar, el Presidente recalcó, entre otras materias, que debe estar incorporado "el principio de la familia como el núcleo fundamental de la sociedad; y el reconocimiento de un conjunto de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales". Entre otros puntos, mencionó la "autonomía de las organizaciones intermedias"; "el principio del deber y derecho preferente de los padres para poder educar a sus hijos", y "el derecho de propiedad".

Y, tercero, el Jefe de Estado señaló, entre otras materias, que debe haber separación de los poderes del Estado y "el principio del reconocimiento de nuestros pueblos indígenas y originarios".

"Esos son algunos de los derechos que, en nuestra opinión, debiera incorporar una Constitución", agregó en el lugar, que estaba decorado por 26 banderas de Chile ubicadas en las ventanas del Patio de los Cañones y dos monitores por los cuales reprodujeron un video que mostró el día en que se firmó el acuerdo constitucional.

Críticas opositoras

En la ceremonia no pasó desapercibida la baja participación de personeros de la oposición -estuvieron el timonel de la DC, Fuad Chahin; su par del PPD, Heraldo Muñoz, y algunos parlamentarios como Felipe Harboe (PPD) y el presidente de la Cámara, Iván Flores (DC)- que suscribieron el acuerdo y que, finalmente, decidieron restarse apelando a que fue el Congreso y no el gobierno el que pudo viabilizar el camino para una nueva Carta Magna.

Y en paralelo a la baja participación de ese sector, en la centroizquierda generó molestia el discurso del Mandatario, precisamente por el hecho de que planteó ejes que debiera tener una Constitución. Así, dirigentes opositores criticaron ese aspecto de su intervención.

"(El Presidente) hace un esquema de cómo debe ser una nueva Constitución, pero él se equivoca, porque quien redactará y debatirá una nueva Constitución serán las personas que sean elegidas", manifestó Muñoz, mientras que Flores, junto con cuestionar que el Mandatario, a su juicio, no haya destacado el rol del Congreso, dijo que "es la ciudadanía la que tiene que resolver" el contenido de una nueva Carta Fundamental.

En la misma línea, el presidente del PS, Álvaro Elizalde, sostuvo que a Piñera "parece que no le gusta la hoja en blanco ni la idea de que en este proceso constituyente el actor central sea la ciudadanía". Por su parte, el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), quien se restó de la actividad, comentó en su cuenta de Twitter que el Mandatario "nunca tuvo interés real por cambiar la Constitución. Tenía la oportunidad de hacer un auténtico llamado a la sociedad chilena a participar y deliberar, pero prefirió poner el énfasis en cómo le gustaría a él una nueva Carta Magna. No corresponde".

A él se sumó el timonel del Partido Radical, Carlos Maldonado. "Ojalá el gobierno se limite a cumplir con su deber y sepa mantener la distancia necesaria. Mientras más al margen se mantenga el Presidente del proceso, mejor, todo lo contrario de lo que hizo hoy , en que, excediendo su rol y aprovechando una tribuna que al menos nosotros nos negamos a darle, habló de los contenidos que, según su punto de vista, debería tener la nueva Constitución. Ese es un debate que corresponde a la ciudadanía, a la sociedad civil y a los partidos, no al gobierno", dijo.

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