
Presidente de la Cámara, José Miguel Castro: “En la reforma política no voy a correr con los tiempos ni del Ejecutivo ni del Senado”
El diputado de RN dice que la corporación que preside no será un mero "buzón" en la tramitación de la reforma que modifica el sistema político. Por eso cree que será difícil que la iniciativa salga antes de mediados de agosto.

Un mes cumplió en el cargo el presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN). Desde ese cargo relata que para celebrar el triunfo organizó un gran bingo en Antofagasta, su distrito, con juntas de vecinos, clubes de adulto mayor y otras organizaciones, para contarles de su nuevo desafío que inevitablemente le demandará tiempo en un año electoral.
¿Teme descuidar el distrito? Hay una leyenda negra sobre los diputados que presiden la Cámara en la recta final del período, se dice que pierden la elección.
Lo importante es levantarse más temprano, acostarse más tarde y trabajar tanto en el distrito como acá para que se note que es un puesto, un instrumento, para conseguir cosas tanto para la región como para el país.
No deja de ser llamativo que llegara por un sorteo. La mesa tiene una inestabilidad al no tener una mayoría que lo respalde.
Nadie lo ha manifestado así. Al revés, se ha considerado que fue un tremendo logro haber avanzado, teniendo en contra al gobierno. Ya haber conseguido una igualdad absoluta en la votación, es un tremendo logro. Eso ha sido elogiado no solamente por mi sector, sino que también por otros que sabían que estaba cuesta arriba.
¿Ganar por sorteo le resta validez al triunfo?
No, nuestro reglamento es así. Para mí, lo valorable es que por primera vez en este mandato haya una presidencia distinta al oficialismo.
¿Por qué no fue posible un acuerdo de gobernabilidad más amplio que incluyera el oficialismo?
En este momento no, sobre todo en un año electoral. Las fuerzas que me apoyaron, fueron muy claras en el sentido de decir nosotros queremos un presidente de derecha, queremos un presidente que tenga la misma línea que tenemos nosotros y, es por eso, que se dieron votos desde Johannes Kaiser, libertarios, republicanos, hasta Demócratas.
Pero también tuvo votos progresistas, como la diputada Marisela Santibáñez.
También, por supuesto, porque aquí se generan, igual que en cualquier otro trabajo, lazos que incluso permiten mirar más allá y pensar en el beneficio de la Cámara.
¿No será mejor buscar acuerdos de gobernabilidad amplios y no estar en esta disputa voto a voto con independientes? Hay que entregar mucho, negociar harto y eso desgasta.
Yo no negocié tanto, fíjese. Creo que valió más el trabajo previo.

¿Pero no es mejor un acuerdo amplio a futuro?
Hay que ver cuáles son los momentos políticos. Hay que trabajar con sentido de realidad.
La reforma política que se está discutiendo en el Senado busca evitar la fragmentación para favorecer la gobernabilidad y los grandes acuerdos. Y, de alguna forma, los pactos administrativos ayudan a fijar esas reglas de fair play y de entendimiento.
En algunos momentos sí y en otros no. La Cámara es sumamente distinta a lo que pasa en el Senado. La próxima Cámara quizás puede homogenizarse un poco más, puede transformarse en bloques más marcados, pero siempre la Cámara va a tener ese componente de personas que pueden desligarse de uno u otro grupo. Todos los acuerdos son valorables. Siempre es bueno llegar a acuerdos, pero esto es un acuerdo de tipo administrativo. Para la gobernabilidad hay que tener líneas comunes. Hubiese sido imposible tener a republicanos, a Chile Vamos, a mi partido, votando por el Frente Amplio para alcanzar un acuerdo de mesa.
Pero la Cámara de Diputados, el año 90, tenía a un José Antonio Viera-Gallo y a un Juan Antonio Coloma sentados en la mesa. Ellos eran los extremos.
Los acuerdos sin duda son buenos. Habrán otros momentos de la historia, otros momentos políticos que permitan esa clase de acuerdos, pero en este momento no estábamos dispuestos a hacer eso.
Es que a lo mejor si ustedes llegan a ser gobierno les conviene tener un mejor clima de trabajo acá en la Cámara.
Ya será ese momento para que eso se evalúe
¿Es imperativo sacar la reforma política ahora?
El momento de hoy es complicado para sacar esa reforma. Creo que sí es importante sacar una reforma al sistema político, sin duda, pero es complicado también hacerla acá. Hoy estamos en absoluto empate y si tomamos una reforma al sistema político, se dividen aún más las votaciones.
¿A usted, en lo personal, le gusta el proyecto que está saliendo del Senado?
Hay cosas que me gustan y hay cosas que son perfectibles. Por ejemplo, el umbral del 5%, yo creo que es perfectible, dado que la realidad del Senado es muy distinta a la Cámara. Yo, en un rol institucional, tengo que escuchar a todos los diputados y dar la posibilidad de expresarse cuando se vea ese proyecto.
Me imagino que para los diputados no es grato que la reforma con umbral solo afecte a los diputados y no toque a los senadores.
Por supuesto, por eso yo creo que es perfectible, es conversable y se va a tener que dar una conversación extensa en la Cámara. Aquí somos representantes igual que el Senado, pero acá se puede ver el variopinto más real de Chile.

¿Ve difícil que se apruebe en la Cámara esa reforma tal cual está en el Senado?
Tal cual está, mínimo se va a dar un tiempo largo de discusión y si el Ejecutivo quiere apresurarla creo yo que podría llegar a cometer un error. Lo que yo he escuchado de muchos diputados de distintos sectores políticos es que se quieren dar el tiempo para estudiarla y modificarla si es necesario. Por lo tanto, en un año electoral, tramitar la reforma no será tan digerible ni tan rápido como lo espera el Ejecutivo o distintas fuerzas políticas.
Si el Senado la aprueba saldría como a fines de mayo y ustedes tendrían al menos hasta mediados de agosto para despacharla, ¿Alcanzan?
No, lo veo difícil, porque muchos van a querer opinar de esto. Yo, por lo menos, le tengo que dar certeza a los diputados para opinar. En la reforma política no voy a correr con los tiempos ni del Ejecutivo ni del Senado. Tenemos la mejor disposición, pero nosotros no somos un buzón y, en ese sentido, vamos a hacernos respetar para tener los tiempos adecuados para analizar todos los proyectos y votarlos.
En rigor, el gobierno no le está poniendo urgencia en el Senado. Los que están presionando son las directivas de Chile Vamos, del PS y del PPD.
Yo aquí estoy no solamente representándolos a ellos, sino que a toda una Cámara.
Usted dijo que no va a apoyar un nuevo retiro. ¿Por qué hay tanto miedo con esa reforma?
Porque es año electoral. A mí me tocó en lo personal, por ejemplo, haber votado en contra del último retiro en el año electoral y obviamente tiene costos políticos enormes para aquellos que lo rechazan. Sobre todo tienen miedo aquellos sectores que votaron a favor, que hicieron campaña para llegar al gobierno en base a ese proyecto. Después de que bailaron cueca con ese proyecto o hicieron un festín, el día de mañana presentarse en contra, obviamente genera miedo en esas personas que en el pasado lo aprobaron. Yo he rechazado otras veces los retiros, así que yo lo rechazaría nuevamente. En lo personal, no me gustan.
Si Pamela Jiles, que votó por usted para llegar a la presidencia, le pide que lo ponga en tabla como gesto, ¿lo pondría?
Yo no tengo ningún compromiso. A mí no se me ha pedido absolutamente nada. Pamela Jiles está dentro de los comités y puede pedirlo perfectamente en la reunión de los comités, pero primero entiendo que tiene que verse por parte de la Comisión de Constitución. Y las comisiones son mandatadas por su presidente y sus integrantes. Yo soy presidente de la Cámara. No soy presidente de esa comisión.
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