¿Cuándo ir a la urgencia? Los síntomas que ameritan visitar la sala de emergencias (y los que no)

Ilustración: César Mejías

Los servicios hospitalarios comienzan a colapsar, con mucha demanda y largos tiempos de espera. ¿La razón? La mayoría de los casos que llegan no son realmente graves ni requieren atención urgente. Muchos, incluso, podrían atenderse por telemedicina. ¿Cómo saberlo? Lo explican médicos y urgenciólogos.




Se viene un invierno crudo. Es lo que nos vienen repitiendo prácticamente todos los días durante las últimas semanas: la televisión, los diarios, las radios y los portales de noticias hacen eco de lo que dicen los servicios climatológicos, la llegada de un Fenómeno de El Niño súper potente que traerá lluvias y frío intenso.

No es para extrañarse, entonces, que las proyecciones respecto a la salud de la población para esta temporada invernal tampoco sean las mejores. De hecho, ya es posible observar un anticipo de ello en los servicios de urgencia de hospitales y clínicas a lo largo del país.

“En las últimas dos semanas se ha visto un aumento sostenido en las consultas de los servicios de urgencia”, comenta Pablo Aguilera, jefe de la Red de Urgencia UC Christus. Estima que, comparativamente, se está cerca de un 20% por sobre las cifras históricas de este período.

Si bien en la Clínica Alemana el número de atenciones de la población adulta se mantiene constante con respecto al año 2022, “los pacientes ingresan más graves y la tasa de hospitalización va en ascenso”. Así lo asegura la jefa de Urgencias del establecimiento, Daniela Silva, quien además comenta que, durante las últimas tres semanas, han visto un aumento de las consultas pediátricas. Esto podría atribuirse a que “los niños menores de tres años están siendo expuestos por primera vez a virus estacionales —como la influenza y el virus respiratorio sincicial (VRS)— a los que no se vieron enfrentados previamente, dada la alta prevalencia del covid-19″.

Entre quienes trabajan en el sistema de salud se espera que esta situación empeore durante el invierno. “Creo que la sobrepoblación hará que el sistema sea incapaz de absorber la demanda”, sincera Aguilera. Esto significaría el atochamiento de las salas de urgencia, un prolongamiento de los tiempos de espera, y una serie de consecuencias negativas para los servicios de salud y los pacientes, además de los riesgos que todo esto implica.

La urgencia es solo para urgencias

El problema, dicen los especialistas, es que buena parte de los casos que llegan hasta los servicios de urgencia no corresponden realmente a una emergencia: muchos son solo síntomas leves que bien podrían ser atendidos en una consulta médica general. “Lo más delicado de esto es que los pacientes de menor complejidad, personas con cuadros respiratorios, por ejemplo, hacen colapsar el servicio y dificultan el acceso de los pacientes que están realmente graves. Eso ocurre todos los años, pero este 2023 viene bastante más complejo”, expone Aguilera.

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué tantas personas acuden a una urgencia en vez de pedir hora para una consulta médica?

“La causa es multifactorial”, responde el jefe de Urgencias de la Red UC Christus. “Primero, hay un sistema de salud que habitualmente no da abasto en las consultas generales: hay bastante espera. Dicho eso, los servicios de urgencia son una válvula de escape para atender a toda esta demanda insatisfecha de los servicios ambulatorios, tanto públicos como privados. Por lo tanto, cuando el sistema está altamente demandado, los servicios de urgencia pasan a ser el safety net —como le dicen los gringos–, la salida rápida, al ser un servicio que nunca cierra y tiene siempre las puertas abiertas”.

Riesgos en la sala de espera

El eventual colapso de las salas de urgencia es un problema grave, sobre todo para aquellos pacientes que están realmente en una emergencia y no encuentran cupos debido a la alta demanda. El tema es que la espera que se produce en las urgencias representa en sí un riesgo mayor para aquellos pacientes que presentan síntomas de menor riesgo.

“Este año habrá hacinamiento en las salas de espera de los servicios de urgencia, con mucha patología respiratoria. Eso es un caldo de cultivo para que cualquier tipo de virus se pueda propagar”, advierte Pablo Aguilera. La influenza, el virus sincicial, o el mismo covid-19 han demostrado ser enfermedades altamente contagiosas, lo que puede representar un riesgo mayor para personas con enfermedades previas, con algún grado de inmunosupresión o que no estén vacunados. Sobre todo en el caso de adultos mayores: las probabilidades de desarrollar enfermedades graves a causa de los virus en ellos es más alta.

¿Qué síntomas se consideran leves?

Para quien se siente enfermo, ningún síntoma parece menor. Pero es necesario diferenciar entre lo grave y lo leve para saber si realmente es indispensable ir a una urgencia o resulta más conveniente —tanto para el paciente como para el resto de la comunidad— presentarse en un servicio de atención primaria o una consulta médica.

Los siguientes son síntomas comunes en esta época, pero que son considerados leves y que, por lo tanto, no requieren de una visita a la sala de urgencias.

  • Dolor de garganta, disfonía, tos leve, congestión nasal
  • Fiebre menor de 38,8º, con menos de dos días de evolución
  • Dolor al orinar (pero sin fiebre)
  • Reacciones alérgicas
  • Diarrea

Según establecen desde la Clínica Alemana, ninguna de las manifestaciones anteriores corresponde a una emergencia. Por lo tanto, debería ser atendido en una consulta general.

Telemedicina: una alternativa efectiva

A menos que el caso lo amerite, el llamado de los especialistas es a no acudir a Urgencias. Si se trata de síntomas leves —como los mencionados arriba— o situaciones que no se consideran de riesgo mayor, lo ideal es realizar una consulta médica general.

Una alternativa que surgió a partir del confinamiento por la pandemia, y que es recomendada por parte de los entrevistados, es la telemedicina.

“En pacientes de menor complejidad es una opción bastante razonable, porque muchas veces lo que se necesita es ver y confirmar que las personas no tengan mayor compromiso. La gran mayoría de los casos con virus de invierno se van a resolver de manera espontánea, dentro de los tres, cinco o siete días siguientes”, explica Aguilera.

Para estos casos, la atención por telemedicina es tan efectiva como la atención presencial, aseguran desde la Clínica Alemana. Además “tiene beneficios evidentes, como la oportunidad de acceder a una atención más expedita, sin colas, y de no tener que ir a salas de espera donde el riesgo de contagio con virus es mayor. Esto, al mismo tiempo, permite que los pacientes más graves puedan ser atendidos de manera presencial oportunamente”.

“La telemedicina es una opción conveniente y eficiente que evita desplazamientos innecesarios”, resume José Luis Novoa, director de operaciones de Clínicas RedSalud. El médico recomienda considerar esta opción cuando se trata de consultas médicas de rutina, o “para obtener orientación médica inicial en caso de cuadros respiratorios leves o incipientes”. De todas maneras, añade, “si el médico identifica alguna gravedad, le sugerirá al paciente que acuda a un servicio de urgencia”.

“Antes no se pensaba que uno pudiera tener un encuentro no presencial con algún médico, porque parte de la evaluación clínica es el examen físico: que los pacientes vean que los examinan, que los ausculten, que les escuchen el corazón, etcétera. Había escepticismo hacia la telemedicina, pero la pandemia nos demostró que en muchos casos sí funciona”, responde Pablo Aguilera.

La gente parece haberlo entendido, porque la tendencia de consultas telemáticas va al alza. “Solo el 2023 se han realizado más de 18 mil atenciones de forma remota en Clínica Alemana, un incremento del 30% respecto al año anterior”, asegura Loreto Bezamat, gerente de innovación y producto digital del establecimiento. “La telemedicina ha permitido acercar la oferta de especialistas a diversas zonas de Chile, y contribuye en la continuidad de la atención para pacientes que se van de alta y requieren ser monitoreados desde sus hogares”, agrega.

La Clínica Alemana, además, ofrece un servicio de teleurgencia, dirigido a pacientes con enfermedades agudas de baja complejidad. Actualmente, las atenciones de emergencia que se realizan por esta modalidad representan el 20% de las consultas por telemedicina del establecimiento. Si bien sólo equivalen al 6% de las atenciones de urgencia, Bezamat considera que esta alternativa será fundamental, tanto para dar una respuesta más ágil a los pacientes como también para “descongestionar las salas de espera y los box en períodos de fuerte demanda”.

¿Cómo es una consulta telemática?

En una consulta de telemedicina, el paciente se agenda igual que en cualquier otra atención médica. La gran diferencia, por supuesto, es que aquí se contacta al paciente por videollamada y el médico realiza una anamnesis exhaustiva para saber cuál es el motivo de la consulta.

“Al comienzo, se preguntan los principales síntomas y algunos signos de alarma, que permiten orientar ciertos criterios de gravedad y así evaluar la condición clínica del paciente. Posterior a eso, se define el diagnóstico y se le indica algún estudio complementario y/o un tratamiento de ser necesario”, describe José Luis Novoa.

Una vez finalizada, el paciente recibe vía correo electrónico las indicaciones del médico y los documentos clínicos. “Desde la telemedicina, el médico puede hacer licencias médicas y recetas para medicamentos, por lo tanto es una atención bastante completa para patologías que no son de mayor gravedad”, complementa Pablo Aguilera.

Entonces, ¿cuándo acudir a urgencias?

Algunos de los síntomas graves (se pueden presentar juntos o por separado) ante los cuales debes acudir al servicio de urgencia, especialmente si se trata de niños, son:

  • Rechazo alimentario
  • Silbido en el pecho audible
  • Respiración rápida o ruidosa, especialmente en los menores de 6 meses
  • Hundimiento de las costillas al respirar
  • Somnolencia
  • Coloración azul de la piel
  • Si la fiebre dura más de 48 horas o se mantiene sobre los 40º (o llega a 39º si es una guagua entre 3 y 6 meses de edad). (Fuente: Asociación Española de Pediatría).
  • Fiebre con vómitos y/o diarrea reiterados, convulsiones, desorientación y cualquier síntoma preocupante y agudo (Fuente: Clínica Mayo).
  • Ante casos de fiebre en menores de 1 mes, siempre consultar presencialmente.

La subjefa de Pediatría de la Clínica Alemana, remarca que es importante que padres y madres se instruyan respecto en la evaluación de los signos de dificultad para respirar – que son los síntomas mencionados en el listado.

Algunos consejos de prevención

Por otro lado, el autocuidado y la prevención siempre serán recomendables y deseables. En ese sentido, algunas de las medidas más efectivas para reducir el riesgo a enfermarse en invierno son:

  • Lavarse las manos regularmente, sobre todo antes de comer y después de ir al baño o tocar superficies ajenas o animales.
  • Evitar la contaminación intradomiciliaria, como el humo de cigarro y estufas a parafina
.
  • Ventilar los espacios cerrados cada ciertas horas.
  • Evitar el contacto con personas enfermas.
  • “Si el niño o niña está contagiada con virus respiratorio sincicial, no debe asistir a colegio o jardín por una semana”, advierten desde la Clínica Alemana.

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