Una mujer y una lengua

"La lengua yagán se perdió, difícil ya es hacer algo. Ojalá que la vida de Cristina Calderón por conservar sus palabras, su cultura, y sus tradiciones sirva para que otros tesoros aún tan poco valorados comiencen a brillar en nuestro país. Que el legado de la mujer que se fue ayude a las mujeres que aún habitan este pedazo de tierra".



Este febrero de este año 2022 Chile perdió parte de su alma, un alma que estaba cada vez más arrinconada y pequeña en el extremo de este país al sur del mundo a pesar de su grandeza. Al morir Cristina Calderón a sus 93 años murió una mujer y una lengua.

No sé si hemos tomado conciencia como sociedad de esta pérdida, de las tradiciones, de la visión, de la cultura que ha dejado de existir. No sé si nos hemos preguntado y cuestionado lo suficiente por qué no fuimos capaces de hacer algo.

Las palabras de una lengua son tradiciones milenarias, una forma única de ver el mundo. Cuando una lengua se pierde, se desvanece una cosmovisión única y su riqueza. Y nuestra pobreza aumenta. Así, hemos vivido una manifestación muy triste de nuestra poca valoración de la diversidad que nos debe hacer reflexionar. Y que no puedo dejar de asociar a la pequeñez que aún vemos en el desarrollo laboral de las mujeres, donde los espacios de alta responsabilidad en que se toman las decisiones aún les cierran sus puertas por la misma falta de conciencia de la riqueza de la diversidad.

El “Handbook de género, informe de gestión de indicadores 2021″ de la CMF, muestra que el 90% de los directores de las empresas que transan acciones en la bolsa son hombres y proyecta -tomando el actual nivel de participación laboral de las mujeres y la tasa de crecimiento del último año- que las empresas del sector financiero tardarán hasta 61 años en conseguir una participación de género equitativa.

¿Importan los directorios o es un cargo elitista que beneficia a unas pocas mujeres y no a la mayoría? Importan, porque el impacto de la diversidad de género, de la riqueza de las visiones diferentes, de las experiencias laborales y de vida distintas, enriquecen a toda la organización mejorando las condiciones de trabajo, las posibilidades de ascenso de otras mujeres, y porque disminuyen la brecha salarial. Importan, porque reflejan la cultura de la organización y la cultura se expande a todo, aportando a una sociedad más justa.

Las y los inversionistas no son ajenos a esta responsabilidad. Importante también es que ellos miren cómo están en este valor las empresas antes de decidir invertir en ellas; porque sus decisiones han demostrado tener un impacto. Emblemático ha sido el compromiso de BlackRock, al decidir no invertir en empresas que no tuvieran un compromiso con la diversidad de género en los directorios, llevando a muchas a cambiar de opinión.

Para aportar a tomar decisiones que ayuden a este propósito, el 3 de Marzo el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y la Fundación ChileMujeres darán a conocer el “Tercer Reporte de Indicadores en Empresas en Chile”, mostrando los indicadores de género de cada empresa que reporta a la CMF agrupadas por rubro, para que puedan comparar entre ellas.

La lengua yagán se perdió, difícil ya es hacer algo. Ojalá que la vida de Cristina Calderón por conservar sus palabras, su cultura, y sus tradiciones sirva para que otros tesoros aún tan poco valorados comiencen a brillar en nuestro país. Que el legado de la mujer que se fue ayude a las mujeres que aún habitan este pedazo de tierra.

*La autora de la columnna es Presidenta ejecutiva Fundación ChileMujeres

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