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Cómo domar un cisne negro

A pesar de la mejora en los precios del petróleo en lo que va del año, las acciones de energía han registrado un desempeño significativamente inferior a otros sectores bursátiles.

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En su obra seminal Fooled by Randomness ("Engañado por la Aleatoriedad", publicado en el 2001), el estadístico y trader Nassim Taleb hizo popular el término "Cisne Negro", para referirse a eventos improbables que sorpresivamente ocurren, causando efectos  monumentales.

Precisamente, el 14 de septiembre conocimos con asombro un ataque –utilizando drones armados y difícilmente detectables– contra la infraestructura petrolera clave de Arabia Saudita, incluyendo la instalación de procesamiento de petróleo más grande del mundo, Abqaiq. El atentado afectó su producción de 5.7 millones de barriles de petróleo diarios (la mitad de la producción saudí y cerca del 6% del suministro mundial). Este evento marca la interrupción del mercado petrolero más grande desde la primera Guerra del Golfo en 1990, donde la producción de la OPEP cayó inicialmente en 3.8 millones de barriles diarios. De hecho, es el corte de suministro absoluto de petróleo más grande de la historia.

El alcance del daño y la duración de la interrupción no están claros aún, pero es razonable que sea de consideración. El movimiento inicial del precio del petróleo ha sido relativamente acotado (cerca de 12% el lunes después del atentado), con el Brent superando los 65 dólares por barril, con el mercado pareciendo fijarse en una pérdida transitoria de producción. Arabia Saudita tiene suficiente inventario para compensar completamente la producción perdida durante poco más de un mes.

Sin embargo, existe el riesgo de un nuevo aumento de los precios si la producción se reduce por un período más prolongado y/o las tensiones aumentan en la región, incluso con la posibilidad de intervenciones militares en la región. Ello podría llevar a que el precio del crudo suba considerablemente (a 80 dólares el barril o más), afectando la demanda al tiempo de incentivar producción en otros países.

En el escenario de una interrupción prolongada, es probable que los gobiernos usen reservas estratégicas de petróleo. La siguiente fuente de suministro incremental más fácilmente disponible es el shale oil de EE.UU., que había superado brevemente a la propia Arabia Saudita la semana anterior al atentado como el mayor exportador de petróleo en el mundo

Incluso si se trata de una interrupción de corta duración, el ataque resalta la vulnerabilidad de la infraestructura petrolera de Arabia Saudita, y es probable que los precios del petróleo a largo plazo aumenten de manera más permanente, para capturar este mayor riesgo tomando en cuenta que las sanciones sobre Irán también afectan la producción desde ese país.

Las acciones del sector energético ofrecen una forma atractiva de protegerse contra el riesgo de cola como son los cisnes negros. El sector se ha desvalorizado significativamente en los últimos años y se valora de forma atractiva en relación al mercado en general, a otros sectores y la propia historia del sector (ver gráfico).

Ya antes del atentado se había observado una recuperación de los precios del petróleo desde el cuarto trimestre de 2018, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre el crecimiento económico mundial. Paradójicamente, a pesar de la mejora en los precios del petróleo en lo que va del año, las acciones de energía han registrado un desempeño significativamente inferior a otros sectores bursátiles. Lo anterior presenta la oportunidad de inversión, con acciones de energía valoradas de forma atractiva en relación con: el precio del petróleo, su propia historia y mercados de renta variable más amplios.

Durante los próximos doce  meses, la prueba real para el sector energético se mantendrá enfocado en su generación de flujo de caja libre, el retorno sobre patrimonio y, sobre todo, la capacidad de mantener disciplina en el uso del capital. Esto debería ayudar a reconstruir la confianza de del mercado y podría conducir a una nueva re-calificación de sus precios bursátiles. En ese sentido, el enfoque debiera estar puesto en empresas que muestran signos de una fuerte disciplina de capital, de mayor capitalización de mercado, con costos menores que el promedio y balances más fuertes que el promedio.

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