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Artista japonesa exhibe sus obsesiones pop en Buenos Aires

La mayor artista japonesa viva, Yayoi Kusama de 84 años, invita a un viaje alucinatorio por sus obsesiones pop en la primera muestra retrospectiva de su obra en América Latina, que se inaugura hoy en Buenos Aires. La fachada y los árboles del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) reciben a los visitantes tapizados de los lunares que Kusama ha convertido en su marca registrada, a lo largo de seis décadas.

"Obsesión infinita", traza el viaje vital de la artista, a través de más de un centenar de obras, que incluyen pinturas, esculturas, vídeos e instalaciones. La muestra comienza con un recorrido por sus primeros lienzos, en un Japón arrasado tras la Segunda Guerra Mundial, en los que usó pinturas caseras y otros materiales improvisados.

Tras su traslado a Nueva York, en 1957, Kusama dio un salto en su carrera y adquirió notoriedad gracias a "performances" solitarias y a la reproducción en serie de símbolos, objetos cotidianos y hasta su propia imagen, características que la vinculan a Andy Warhol, al que conoció durante su residencia neoyorquina.

La "princesa de los lunares", como la bautizaron sus fans, regresó a Japón en 1973 y cuatro años más tarde decidió instalarse voluntariamente en una clínica psiquiátrica, en la que reside desde entonces. 

"Kusama sufre la enfermedad del verdadero artista. Es decir, de la artista como adicta al suicidio, cuya necesidad compulsiva de convertirse y de convertir su vida en una obra de arte conjura el miedo a la muerte y a la desintegración psíquica y le asegura la inmortalidad", explica Philip Larratt-Smith, curador del museo.

La artista japonesa ya declaró en un manifiesto de 1959 que su arte la borraba y "borraba a los otros con el vacío de una red tejida con una acumulación astronómica de punto. La idea de "autoborramiento", de suplantación del sujeto por puntos, es llevada hasta el extremo en su última creación, una habitación en blanco que el público intervendrá con adhesivos de lunares durante el mes y medio en que podrá visitarse la exposición en el Malba.

En la sala "Infinity Mirrored Room" ("Sala de espejos del infinito), donde Kusama arrastra al espectador hasta el espacio infinito a través de espejos y luces mágicas que cambian de color. Paralelamente a su arte, Kusama ha desarrollado una carrera literaria con la publicación de trece novelas, una autobiografía y un extenso catálogo poético. 

Con motivo de la exposición, el Malba y la editorial argentina Mansalva publican la primera traducción al español de dos de sus cuentos, "El escondite de los prostitutos de la calle Christopher" y "Acacia, olor a muerte”.

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