Caso Penta: el rol del presidente de isapre Banmédica en ampliar el uso de los forward

“En lo concreto la operación se trataba de hacer una pérdida en la diferencia del tipo de cambio que sufría el dólar en un período determinado, dicha diferencia por la pérdida después era ganada en una operación inversa por quien recibiría el bono o estaba retirando el dinero desde su sociedad. Con esto se pagaba el 20% de impuestos y no el 40% que correspondía si le diera tratamiento de remuneración adicional”. Así de claro, el ex ejecutivo de Empresas Penta, Hugo Bravo, describe la serie de operaciones forward con las que el holding escondía los bonos a sus ejecutivos, y que hoy tienen en el ojo del huracán a sus controladores.
Si bien las operaciones se venían haciendo desde hace años, Bravo cuenta en su declaración del 30 de enero pasado ante la fiscalía cómo logró ampliar el número de empresas con las que las realizaban, donde un ejecutivo de confianza de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavin en Banmédica -controlada por Penta y el grupo Fernández León, con un 28,74%- jugó un rol clave.
Según Bravo, “respecto de los contratos Forward la empresa Siglo y VSA, que son empresas que pertenecen a Roberto Carrasco, que era contralor de empresas Banmédica y que realizaba algunas actividades de contabilidad en filiales de Banmédica con su empresas Siglo. (Sic) Con su oficina de contabilidad Siglo, le llevaba la contabilidad a Héctor Concha, que era director de Banmédica y presidente de la isapre. Hace uno, dos o tres años el doctor Concha me comentó que estaba en un lío ya que tenía el 1% de las acciones de Banmédica, y que las acciones las había adquirido a un bajo costo, era 8 millones de acciones y no las había adquirido en Bolsa, y quería traspasarla a sus hijos y el precio de mercado los hacía tener miles de millones de pesos en utilidades tributables y Roberto Carrasco le dio la solución de netear esa utilidad mediante la realización de un contrato de forward predatado, a cambio de una comisión”.
De acuerdo a Bravo, “por un lado el doctor Concha hacía la utilidad por la venta de las acciones y, por el otro lado, hacía la pérdida por el forward, y por tanto no pagaba o pagaba muy poco impuesto, y Carrasco ganaba una comisión”.
Señala que “esta fórmula utilizada por Concha y Siglo se la comenté a Carlos Alberto Délano quien me pidió que profundizara en el tema”. ¿Por qué? Bravo expuso que estas operaciones se venían haciendo con empresas del grupo Cruzat, pero se habían suspendido dada su situación financiera, “y por eso con la información de Concha al aparecer esta empresa como posible contraparte del forward (sic) se lo comenté a Carlos Alberto, quien estuvo de acuerdo que se iniciaran las gestiones”.
A mediados de 2014, “Siglo nos informó que no iban a operar más con forward, sino que podían operar a través de contratos de asesorías financieras y administrativas que no se realizaban, truchas y la comisión para Siglo subió de 9,4% a 15%”, explica Bravo.
Duero y las sociedades
Varios millones de dólares suman las operaciones de forward en cuestión, los que implicaban pactar los contratos, los cuales se enviaban redactados a CB. “Lo primero que se hacía era definir por Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, quienes recibirían bonos dentro de los ejecutivos y el monto bruto”, dice Bravo, y luego comunicaban a los ejecutivos y se les decía que la operación era un forward en que recibirían un cheque de CB.
Según el ex ejecutivo, “por ejemplo (Marco) Comparini tenía Cerro El Plomo, (Manuel Antonio) Tocornal Inversiones Noviembre, Marcos Castro tenía una EIRL, Oscar Buzeta lo recibía a nombre propio, pero a veces conseguía boletas de honorarios de sus cuñadas”.
En los expedientes, Comparini, tanto como persona natural así como a través de su sociedad Inversiones y Asesorías el Plomo, realizó transacciones de forward por US$31,2 millones, en tanto Tocornal, junto a su sociedad Inversiones Noviembre, otros US$30,9 millones, ambos en calidad de comprador o vendedor, y cuya contraparte eran las empresas CB Consultorías y Proyectos, y Forestal Valparaíso, ambas ligadas al grupo Cruzat.
Pero a estas operaciones, se suman las detectadas por Inversiones Duero. En su declaración ante la fiscalía, Délano señala que “siempre he querido que Duero sea un holding familiar y ojalá todos mis hijos se incorporen allí”, y agrega que “nunca he querido que Duero compita en sus negocios con Penta y que se dedique a empresas como gestores, no sólo como compraventa de acciones”. En dicho family office, presta servicios su hermana, Carmen Délano, quien está casada con el representante de Los Estancieros, Samuel Irarrázabal, aunque según Délano “Samuel no toma ninguna decisión administrativa, tributaria ni contable”.
Este dato no es menor, pues en el expediente se encuentran tres contratos de forward a nombre de Los Estancieros, entre los 24 ligados a emrpesas Penta, y cuya contraparte están las empresas de Manuel Cruzat Infante.
Con todo, según las carpetas, Inversiones Duero aparece como vendedor el 2 de noviembre en un contrato por US$78,5 millones contra CB Consultorías y Proyectos, y otra contra Iván Rojas por US$2,2 millones, en tanto una del 11 de noviembre de 2009, en que Duero es comprador por US$15 millones contra CB Consultorías y Proyectos.
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