Justicia social, bien común y libertad

El 26 de noviembre de 2007, Naciones Unidas declaró el 20 de febrero de cada año como el Día Mundial de la Justicia Social. Esta noción, cuyo origen se encuentra en la Doctrina Social de la Iglesia, ha sido desestimada por algunas corrientes economicistas. Friedrich Hayek en “El Atavismo de la Justicia Social”, concluye que en “una sociedad de hombres libres, esa expresión carece de sentido”, es “una mera fórmula verbal carente de contenido que se utiliza para apoyar determinadas pretensiones sociales cuya justificación carece de toda base” y no es más que una expresión “conceptualmente fraudulenta”. Sin embargo, el ideal de justicia social no es ajeno al pensamiento de centro derecha y, especialmente, de Jaime Guzmán. En 1981, el fundador de la UDI entrevistó personalmente a Hayek, oportunidad en que éste le confirmó sin ambages su ortodoxia. Semanas después Guzmán fijó definitivamente su posición frente al ideario económico hayekiano: “La concreción de una economía social de mercado en Chile, dista de ser la fórmula rígida de un pensador o escuela. Es más bien una adaptación pragmática y flexible de ciertos principios a nuestra realidad”. Una década antes, en su “Teoría de la Universidad”, Guzmán y Jovino Novoa habían ya perfilado los contornos de su pensamiento haciendo una decidida defensa del bien común: “El fin de la sociedad no es otra cosa que el bien común”, que no es “la mera suma de los bienes individuales, como lo suponía el liberalismo clásico, sino un bien de naturaleza distinta y superior al bien individual”.
La justicia social encaminada al bien común, encuentra sin duda su mejor vehículo en el reconocimiento del mérito, entendido no como mero talento natural o herencia familiar, sino como esfuerzo personal e imputable al individuo. Reconocimiento que surge y es impuesto, precisamente, por el más básico deber de justicia.
El actual debate acerca de las ideas de centro derecha, obliga a recordar la centralidad de la noción de justicia social en la doctrina y la acción política de quienes defendemos una sociedad libre. Una sociedad cuya cohesión en torno a un núcleo de identidad que le permita proyectarse al futuro en paz, es fundamental para su progreso y para la conservación y defensa de esa misma libertad que constituye el valor fundamental de este ideario político.
*El autor es diputado UDI
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