Pulso

La última crisis del Gobierno en 2015

Tras casi dos años de ausencia, la Presidenta Bachelet viajó el martes a la Araucanía. Más allá de si lo hizo tardíamente, bajo total sigilo, con un secretismo nunca antes visto y una pobre agenda, se confirmó el temor de La Moneda a enfrentar el supuesto rechazo ciudadano. Otra vez el nivel de improvisación parece superar cualquier diseño y pone a la Presidenta frente una crisis que hasta hace 48 horas no existía. Llama la atención la desprolijidad de sus asesores en la construcción de este viaje y llama más profundamente el menoscabo hacia la figura del ministro del Interior, quien no solo fue excluido del viaje, sino que apartado por funcionarios de menor rango, que hoy parecieran tener una mejor llegada con la Presidenta. Justificar estos hechos como una simple descoordinación entre el despacho de Bachelet y el del ministro Burgos no es creíble y en el caso del jefe del equipo político pareciera no ser aceptable. Hoy, su permanencia en Palacio, como lo han dicho analistas y correligionarios de su propio partido, parece no ser sostenible, pese a que Burgos decidió seguir, no sin antes manifestar su reclamo a la propia Presidenta, tras una conversación “franca y respetuosa”. ¿Pierde la mandataria o pierde Burgos? Aunque sea un lugar común, pierde el país, al terminar el Gobierno un año tan mal como lo inició, con el caso Caval al principio del peor año de Bachelet, tal como ella mismo lo reconoció esta semana.

Más sobre:Editoriales

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

No sigas informándote a medias 🔍

Accede al análisis y contexto que marca la diferenciaNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE