Banco Central sube la proyección de inflación para 2025 y posterga la llegada a 3% para segunda parte del próximo año
En el Informe de Política Monetaria de septiembre, el ente rector subió la proyección del IPC a diciembre de 3,7% a 4%. Además, elevó su cálculo para el crecimiento 2025 desde el rango 2% -2,75% a uno entre 2,25% y 2,75%. En este escenario, los economistas siguen viendo un recorte en la tasa de interés durante lo que queda del año.
En la decisión del martes, el Banco Central junto con mantener la Tasa de Política Monetaria en 4,75%, sorprendió al poner paños fríos a los próximos recortes de la tasa de interés. Esto porque en su escenario la inflación subyacente “se ubica por encima de lo esperado en el Ipom previo, tanto en bienes como en servicios”.
Ese mensaje fue ratificado este miércoles al presentar el Informe de Política Monetaria (Ipom) de septiembre, ya que subió la proyección de inflación para el cierre del 2025 de 3,7% a 4%, mientras que la inflación promedio anual también subió de 4,3% a 4,4%.
En el documento destaca que la inflación total ha evolucionado acorde con lo previsto en el escenario central del Ipom de junio, aunque detrás de esa trayectoria se combinan resultados dispares de sus componentes, destacando que la inflación subyacente ha superado lo esperado.
Pero no solo eso advirtió, sino que también postergó la llegada de la inflación a 3%. Si en junio dijo que ese nivel se cumpliría en el primer semestre de 2025, ahora sería en el tercer trimestre de 2026.
En la explicación, el BC destaca que la inflación total ha evolucionado acorde con lo previsto en el escenario central del Ipom de junio, aunque detrás de esa trayectoria se combinan resultados dispares de sus componentes, destacando que la inflación subyacente, es decir, la medición sin los componente más volátiles, ha superado lo esperado.
En esta línea, el Banco Central estima que entre fines de 2025 y la primera parte de 2026, la inflación subyacente superaría lo previsto en junio. “Ello incorpora la mayor variación efectiva de los meses recientes, el efecto de los niveles más altos del gasto privado, presiones salariales aún elevadas y un tipo de cambio real (TCR) más depreciado que lo previsto en el Ipom pasado”, detalla el Central.
De todas maneras, el documento destaca que durante 2026 la inflación anual iría disminuyendo hacia 3%, en un escenario donde la brecha de actividad iría cerrándose, el consumo privado crecería en torno a la tendencia de la economía y la persistencia inflacionaria se comportaría de acuerdo con los patrones habituales. Esto también considera un supuesto de apreciación del TCR en el horizonte de proyección.
Sobre la evolución de la tasa de interés, en este Ipom el instituto emisor refuerza el mensaje entregado el martes tras la Reunión de Política Monetaria: “El riesgo de una mayor persistencia de la inflación requiere acumular más información antes de continuar el proceso de convergencia de la Tasa de Política Monetaria (TPM) a su rango de valores neutrales”.
Ahí describe que el escenario de sensibilidad del borde superior del corredor de TPM está ligado a la economía local, en particular al desempeño del gasto. Una situación en que la actividad y la demanda interna fueran más dinámicas que lo previsto reforzaría las expectativas de los agentes y daría un impulso adicional al gasto, en un contexto en que los salarios nominales siguen creciendo por sobre sus promedios históricos. Todo esto incrementaría las presiones inflacionarias.
Y en el límite inferior se relaciona con una situación en que el panorama externo empeora, con efectos negativos en la economía mundial y local. Plantea que no se puede descartar un agravamiento de las tensiones comerciales o un deterioro de las condiciones financieras globales, con alzas de las tasas de interés, caídas bursátiles y una depreciación de las monedas en las economías emergentes. Todo esto afectaría negativamente las expectativas económicas y el gasto interno, con una reducción significativa de las presiones inflacionarias.
Para Santander el corredor de tasas central contempla un único recorte en diciembre, llevando la tasa a 4,5% este año, para luego hacer una pausa hasta el tercer trimestre de 2026, cuando se proyecta una nueva baja, cerrando en torno a 4,25%.
Actividad al alza
Sobre el crecimiento económico, el ente rector se apegó a lo que esperaba el mercado, puesto que recortó el techo del rango, pasando del 2%-2,75% previsto en junio, a uno entre 2,25% y 2,75% en este informe. También subió la proyección para el próximo año y pasó de esperar entre 1,5% y 2,5%, a 1,75%-2,75%.
Además, el BC subió la estimación de expansión de la demanda interna de 3,2% a 4,3% para este año; de la inversión, de 3,7% a 5,5%; del consumo total, de 2,6% a 3%, y del consumo privado, de 2,2% a 2,7%.
En el análisis que hace el BC de la demanda interna señala que los datos fueron más dinámicos de lo previsto, especialmente en el segundo trimestre. En este sentido, resalta “la aceleración de la inversión en ese período, lo que fue particularmente visible en el componente de maquinaria y equipos de la formación bruta de capital fijo (FBCF), cuyo dinamismo se habría mantenido en el tercer trimestre, según muestran las cifras de importaciones de bienes de capital”, puntualiza el ente rector en su informe.
En cuanto al consumo privado, el informe dice que también creció más que lo anticipado, aunque la diferencia respecto de lo proyectado en junio fue menor que en la inversión. Según el documento, su avance ocurre a la par de una evolución favorable de algunos de sus fundamentos, observándose que los ingresos laborales, más conocido como masa salarial real, han seguido aumentando, si bien a un ritmo menor que en meses previos. Esta composición contrasta una baja creación de empleo y un elevado incremento de las remuneraciones.
Sobre el déficit de la cuenta corriente acumulado en los últimos doce meses, subió desde 1,8 a 2,2% del PIB entre el primer y segundo trimestre de este año. En ello incidió el mayor impulso de las importaciones de bienes dado el aumento del gasto interno —cuyo foco ha estado en su componente transable—, además de una desaceleración de las exportaciones en meses recientes.
Factor externo
En el análisis del sector externo, el BC señaló que este continúa marcado por varios focos de incertidumbre. Aunque los impactos de los aranceles a nivel global han sido acotados hasta ahora, su desarrollo es incierto y se sigue estimando que sus efectos económicos serán negativos.
Puntualiza que “más allá de los acuerdos alcanzados, el arancel promedio estadounidense se ubica algo por encima de 15%, su máximo desde la década de los cuarenta. Se agrega la inquietud que han generado las tensiones institucionales en ese país”.
Por su parte, resalta que “los anuncios de un significativo aumento del gasto en defensa, especialmente en los países de la OTAN, han contribuido, por una parte, a elevar en el margen las proyecciones de crecimiento en algunas economías y, por otra, han incrementado los riesgos fiscales”.
En cuanto a los anuncios arancelarios del gobierno estadounidense, dice que han afectado la temporalidad de los flujos de comercio y la actividad en las principales economías. El adelanto de importaciones previo a la aplicación efectiva de aranceles incidió en la desaceleración de Estados Unidos en la primera mitad del año.
Esto ha tenido como correlato un mayor empuje de las exportaciones en China y la Eurozona, que registraron resultados mejores a los previstos y también se vieron impulsados por un mayor gasto fiscal. “Estos adelantamientos en el intercambio entre países han dificultado la lectura de los impactos que el conflicto comercial tendrá en la economía mundial en los próximos trimestres. En cuanto a la inflación global, hay indicios incipientes del impacto de la política arancelaria, especialmente en Estados Unidos”.
Pese a la mayor cautela que entregó el Banco Central sobre el devenir de la política monetaria, los economistas en su mayoría esperan una baja en diciembre para cerrar el año en 4,5% para luego una pausa más prolongada hasta bien entrado el 2026.
Samuel Carrasco, economista jefe de Credicorp Capital, afirmó que “si bien la convergencia inflacionaria se ha retrasado, la autoridad ha sido enfática en que irá adaptando su política monetaria de manera flexible. Y eso es justamente lo que ha hecho, dado que la economía ha estado expuesta a múltiples shocks, tanto locales como externos, que han ido desafiando las proyecciones previas”. Por ello indicó que “es posible que veamos un recorte adicional en diciembre, pero estará altamente condicionado a la evolución de la inflación sin volátiles”.
Visión similar entrega Isidora Undurraga, economista de Bci, quien comentó que “en Bci Estudios vemos espacio para un recorte adicional durante 2025, en diciembre, que es lo que se observa en el corredor de TPM”. En ese escenario, mencionó que “estimamos que la tasa neutral se alcanzará a mediados del próximo año, a diferencia de lo que establece el central, sobre todo con una economía que crece a sus niveles tendenciales y las expectativas de inflación están ancladas en 3,0% desde hace varios meses”.
El exsubsecretario de Hacienda y actual decano de Economía, Negocios y Gobierno Universidad San Sebastián (USS), Alejandro Weber, argumentó que “el Central fue claro: necesita más información antes de tomar una decisión, especialmente por el incremento de la inflación subyacente por sobre el escenario base. Aun cuando el mercado prevé un último movimiento durante este año para el corredor de la TPM y así llegar al 4,5%, considerando que el ente emisor proyecta un mejor desempeño de la actividad para el cierre de año con un rango medio del 2,5%, lo más probable es que el siguiente movimiento a la baja de la TPM se postergue para diciembre o incluso enero de 2026”.
Y desde Scotiabank sostienen que “si bien la RPM de diciembre es el día 16, es posible inferir con los datos diarios de tasas que el corredor considera como supuesto de trabajo un recorte de 25 puntos base en esa reunión, seguido de otro en julio de 2026. Este nuevo escenario implica un retraso en la convergencia de la TPM hacia su nivel neutral, el que no se alcanzaría antes del año 2027. Sin embargo, debemos señalar que en Scotia esperamos un sinceramiento respecto al nuevo nivel de la TPM neutral en el Ipom de diciembre hacia 3,75%- 4,75%”.
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