Compra de acciones propias por parte de las empresas, ¿nueva tendencia en Chile?

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Cencosud y Concha y Toro anunciaron sendas compras de títulos propios la semana pasada. Sus acciones han subido desde entonces.


Primero Concha y Toro, luego Cencosud. Los directorios de ambas compañías propondrán a sus accionistas iniciar un programa de compra de acciones propias con el objetivo de aprovechar la oportunidad del precio actual y verlo como una alternativa de inversión a mediano plazo. Algo muy usual en Estados Unidos, pero no tanto en Chile. ¿Será un cambio de tendencia?

Ambas compañías someterán la idea a junta extraordinaria de accionistas, pero dado el nivel de control de los accionistas mayoritarios, será un hecho.

La compra de acciones de propia emisión está regulada en los artículos 27A a 27C de la Ley de Sociedades Anónimas, y el plazo máximo de ejecución no puede exceder 5 años.

Una vez adquiridas las acciones, pueden ser enajenadas en el mercado dentro de un plazo máximo de 24 meses. De no ser vendidas, el capital social quedará disminuido de acuerdo a la regulación y normas contables vigentes.

Tras difundir la información, la acción de Concha y Toro y Cencosud transan al alza. La primera se cotizaba en $1.160 previo al hecho esencial, hoy en $1.232. El retailer se acerca esta mañana a los $1.600, luego de cotizar el jueves en $1.485.

Germán Guerrero, de MBI, explica que, en principio, las empresas lo hacen para mejorar sus utilidades por acción, “porque creen que comprar acciones de su propia empresa es una de los mejores proyectos que tienen”.

Pablo Solís, gerente de Renta Variable y Activos Alternativos de STF Capital, dice que esta operación busca dar valor al accionista: aumenta su participación en la empresa -de los accionistas que no venden sus acciones a la empresa- y la rentabilidad por dividendos se incrementa.

Amplia Caja y sin comprar con deuda

Una amplia caja, necesidades de financiamiento, pocos proyectos a los cuales destinar inversión nueva y precios de acciones que están por debajo de los valores que el directorio considere, es una mezcla que podría estar detrás de estas decisiones.

Cencosud, por ejemplo, tiene el menor nivel de endeudamiento de la última década, con un promedio de pago de deuda en los próximos 4 años de menos de US$50 millones por año y una caja de más de US$1.500 millones.

La empresa vitivinícola, en tanto, registró un aumento de 30% en la caja, con $93.178 millones.

En efecto, deben darse dos hechos para su ejecución, explica Solís: que el precio de las acciones propias se encuentre subvalorado y que la empresa cuente con una muy buena posición financiera de forma que la adquisición sea realizada con recursos propios, evitando endeudarse para eso. “El caso de Cencosud o Concha y Toro cumple con el objetivo de lograr un retorno de inversión atractivo, especialmente si se considera que, en nuestra opinión, los precios de la acción de ambas no estarían reflejando actualmente el valor intrínseco o ‘fair value’ de ellas y que la empresa no está endeudándose para recomprar acciones”.

En Renta 4 leen esta jugada en la misma línea y como una comunicación directa al mercado: “La intención es muy clara. Existe un convencimiento de parte del directorio de las empresas que el precio actual de las acciones es extremadamente barato, por lo tanto, lo primero es enviar una señal al mercado y lo segundo, dado ese convencimiento que las acciones están muy baratas en relación al valor económico que deberían tener, el directorio propone esta operación que permite a la propia compañía hacer una utilidad a través de la compra y posterior venta de sus propias acciones”.

En la medida que más empresas tengan una buena posición financiera y bajos proyectos en el horizontes, podría haber más que se sumen. Otras, por ejemplo, han optado por entregar más dividendos, como es el caso de CAP.

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