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Cuando el romance llega a la oficina: Riesgos y conflictos de interés de la relación de pareja en la empresa

La pública revelación de la relación sentimental entre la candidata presidencial Carolina Tohá y el ministro Mario Marcel ha despertado el interés acerca de cuáles son las reglas que implementan las empresas chilenas y extranjeras en esta materia. Explicitar el vínculo siempre, evitar relaciones de jefaturas con subordinados, y cláusulas de confidencialidad caracterizan las formas en que algunas compañías evitan los riesgos. Mientras en Chile existen tímidas reglas que regulan estas relaciones, en EE.UU. las empresas se blindan a fondo para evitar millonarias demandas por acoso sexual.

Cuando el romance llega a la oficina: Riesgos y conflictos de interés de la relación de pareja en la empresa.

En noviembre de 2019 McDonald’s anunció el repentino despido de su presidente ejecutivo y CEO, Steve Easterbrook, por tener una relación amorosa con una empleada, que transgredía las reglas internas que impiden un vínculo de ese tipo al interior de la empresa. El emblemático episodio se une a otra serie de casos de despidos de altos ejecutivos de grandes empresas en Estados Unidos y Europa en los últimos años, en medio del intento de las compañías por minimizar los riesgos de millonarias demandas, inconvenientes laborales internos y conflictos de interés.

Las relaciones de pareja al interior de una empresa suelen ser difíciles de manejar para las empresas y en Chile, según los expertos, su regulación aún parece ser algo tímida y soterrada. Sin embargo, estudios en Estados Unidos, Europa y también en Chile revelan que los romances en el lugar de trabajo son frecuentes. Una encuesta de Cadem publicada la semana pasada reveló que el 24% de los chilenos admitió haber tenido un romance con un colega alguna vez en el trabajo.

De hecho, la exministra del Interior y actual candidata presidencial, Carolina Tohá, reveló la semana pasada un vínculo amoroso con el actual ministro de Hacienda, Mario Marcel, que data desde que ambos compartían el gabinete del gobierno de Gabriel Boric, lo que abrió el debate político sobre si hubiese sido necesario haber explicitado desde un inicio la relación de ambos.

La candidata presidencial reveló la semana pasada mantener una relación sentimental con el ministro de Hacienda.

En el mundo privado nacional el tema es tratado con delicadeza, aunque su discusión es creciente, especialmente por las implicancias de la denominada Ley Karin, la que busca prevenir y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo.

“La aproximación predominante en Chile es pragmática: se respeta la vida privada mientras se protege el interés corporativo mediante políticas de transparencia, comunicación obligatoria en caso de subordinación directa, y mecanismos para evitar favoritismos o conflictos que podrían comprometer la objetividad en decisiones empresariales críticas", afirma Alfredo Enrione, director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School de la Universidad de los Andes.

El experto recuerda que las empresas en Chile no pueden prohibir taxativamente las relaciones sentimentales entre sus colaboradores, pues la Dirección del Trabajo estableció en 2018 que tal prohibición vulneraría derechos fundamentales como la intimidad y la libertad de trabajo.

Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School de la Universidad de los Andes.

En Estados Unidos, a su vez, prevalece un enfoque regulatorio más explícito, complementa Alfredo Enrione. “Corporaciones como McDonald’s e Intel establecen prohibiciones directas de relaciones jerárquicas, implementando los denominados love contracts y aplicando sanciones severas por incumplimiento, como demuestran los casos de altos ejecutivos removidos de sus cargos: Steve Easterbrook (McDonald’s), Brian Krzanich (Intel), Bernard Looney (BP)“, se explaya el investigador y asesor de empresas, quien añade que en Europa se enfatiza la protección de la privacidad personal, imposibilitando prohibiciones absolutas. “No obstante, sus empresas igualmente exigen total transparencia y establecen protocolos rigurosos para gestionar posibles conflictos de interés, manteniendo un estándar de gobierno corporativo alineado con principios de equidad y meritocracia", añade el académico.

Verónica Benedetti, socia de Forensic en Deloitte, dice que en Chile las empresas del Ipsa generalmente no prohíben explícitamente las relaciones sentimentales entre empleados, pero pueden implementar políticas para gestionar posibles conflictos de interés, especialmente si las relaciones ocurren entre empleados en la misma línea jerárquica o departamento. “Los conflictos pueden surgir si una relación afecta la objetividad en decisiones laborales, como evaluaciones de desempeño o promociones, y las empresas deben resguardar la imparcialidad y la percepción de justicia”, añade la especialista.

Socia de Forensic en Deloitte.

Contratos de amor

Muchas de las grandes empresas en Chile, como aquellas que componen el principal indicador bursátil de la Bolsa de Comercio (Ipsa), no hacen público a través de sus códigos de ética o en su página web alguna restricción a vínculos amorosos de sus empleados. Varias de ellas optan por normar de manera más privada e interna este tipo de relaciones en el trabajo, reconoce Héctor Lehuedé, CEO de Razor Consulting.

“De lo que ha sido mi experiencia y a partir de lo que me ha tocado revisar, no hay muchas empresas que expliciten este tipo de reglas en su sitio web. Algunas empresas lo pueden tener en su código de ética, pero en general son normas que están en la intranet o se comunican a los trabajadores privadamente. Sin embargo, muchas empresas no regulan esto, a diferencia de lo que ocurre afuera, donde es más común encontrar regulación", precisa el abogado especializado en gobierno corporativo.

Lehuedé explica que en grandes empresas en Estados Unidos y otras naciones desarrolladas es común que los trabajadores tengan que firmar una declaración de transparencia de manera que la compañía en la cual trabajan tome decisiones que eviten conflictos de interés. Otras empresas, precisa, piden a ambas parten firmar un acuerdo donde expresan consentimiento voluntario para ser pareja. “Las empresas que tienen este tipo de declaración suelen también tener una política en el sentido de que una pareja no debiera ser el supervisor del otro, y eso implica, a veces, cambiar el supervisor o cambiar a uno de los dos miembros del grupo a otro equipo de trabajo”, añade el especialista.

Lehuedé explica que este disclusure permite también a las empresas internacionales resguardarse de millonarias demandas por acoso sexual.

CEO de Razor Consulting.

“Acá tenemos la Ley Karin, que da mucho énfasis a los temas de acoso laboral y acoso sexual. Pero en Estados Unidos las demandas son millonarias. La reflexión de las empresas allá es: ‘Si tú vas a salir con otra persona que trabaja en el mismo lugar, necesito saberlo, que se transparente, y también debo asegurarme de que no sea acoso”, explica Lehuedé.

Pero el abogado va más allá y dice que hay empresas donde reglan las interacciones en detalle de sus empleados en determinados casos.

“Hay empresas donde tú puedes invitar a salir a alguien de tu equipo una vez. Si en ese primer intento te dicen que ‘no’, tienes prohibido hacer una nueva invitación", ejemplifica Lehuedé, quien reconoce no haber visto en Chile empresas que exijan declaración de relación consentida.

Sin embargo, admite que en el país hay compañías que regulan e impiden que dos de sus empleados que tienen un vínculo amoroso puedan desempeñarse en el mismo equipo.

En la misma línea, el abogado Andrés Madrid, exejecutivo de gestión de personas en Telefónica, Virutex Ilko, Sodimac, Walmart, Explora, reconoce que la tensión entre las políticas de compliance corporativo y las relaciones de pareja que se desarrollan entre empleados es un desafío creciente y complejo para las empresas en Chile.

Consultor en compliance laboral.

“Las relaciones de pareja al interior de una empresa pueden generar percepciones o realidades de trato preferencial, lo que afecta directamente procesos clave como la evaluación de desempeño, el desarrollo profesional o la asignación de beneficios. Además, tras una ruptura, existe el riesgo de que se originen denuncias por relaciones no consensuadas o abusos de poder. Estos escenarios, si no se abordan de manera adecuada, pueden impactar la cohesión del equipo y generar distracciones que afectan la operación diaria", sostiene el consultor de compliance laboral.

Para mitigar estos riesgos, añade Madrid, muchas organizaciones han comenzado a implementar políticas de disclosure obligatorio, que exigen la declaración formal de relaciones entre empleados. “No obstante, su aplicación enfrenta importantes barreras culturales y desafíos relacionados con la privacidad y los límites personales”, complementa el abogado.

La conducta corporativa entre parejas sentimentales en Chile tiene una regulación tímida, pero compañías como Cencosud y Sigdo Koppers disponen de normas internas y códigos de ética para regular este ámbito.

Los códigos en Chile

Pese a la forma reservada en que tratan este tema, existen algunas grandes empresas que lo explicitan en sus propios códigos de ética. Una de ellas es Cencosud, quien regula las relaciones sentimentales de sus trabajadores en su código de conducta.

“Ningún colaborador podrá estar subordinado, directa o indirectamente, a una persona con quien mantenga una relación sentimental. Estas situaciones deben ser informadas a través de la Declaración de Conflictos de Interés y a su jefatura directa”, sostiene la compañía de retail.

La normativa de conducta corporativa de Sigdo Koppers apunta en una línea similar. “Las relaciones personales que puedan afectar la imparcialidad en el trato de colaboradores deben ser informadas a la jefatura correspondiente. Ningún colaborador podrá ser subordinado directo de un familiar o persona con quien mantiene relación sentimental”, sostiene la compañía en su página web.

La multinacional BHP, operadora de la minera Escondida en Chile, también despliega una serie de conflictos que se pueden generar en las interacciones de sus trabajadores y establece normas de conducta. “No está bien que las personas a cargo de las capacitaciones inicien una relación romántica o íntima con ningún aprendiz, dado el desequilibrio de poder que se genera”, reza su código de ética.

Alfredo Enrione, de la Universidad de los Andes, concluye que el principal desafío para las empresas no reside en la relación sentimental per se, sino en los conflictos de interés derivados. “Favoritismo, parcialidad en evaluaciones, alteraciones del clima laboral, o toma de decisiones sesgada. Las mejores prácticas internacionales, cada vez más adoptadas por compañías chilenas, incluyen comunicación obligatoria al área correspondiente, reubicación para eliminar la subordinación directa, recusación en decisiones que afecten al otro miembro de la pareja, y cláusulas explícitas de conflicto en códigos de ética corporativos”, finaliza el experto.

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