La minería chilena pierde más de 35.000 puestos de trabajo en el trimestre marzo-mayo y Antofagasta es la región más afectada

CAP-Minería

"Hemos retrocedido prácticamente tres años en el nivel de ocupación en minería", dijo la Sonami.


El coronavirus golpea con fuerza a la minería chilena. De acuerdo a Sonami, la ocupación en el sector minero llegó a 201.000 trabajadores en el trimestre marzo-mayo, lo cual implica una caída de 15% en relación a los 236.500 personas contabilizados en el mismo lapso de 2019. Se trata de una merma de 35.500 puestos de trabajo.

Sonami destalló que en Tarapacá, hace un año atrás, la desocupación alcanzaba a 7,1% y ahora ascendió a 9,3%. En Antofagasta, “capital minera de Chile”, aumenta desde 9,1% a 13,2%, y continúa marcando el más alto nivel de desempleo entre todas las regiones del país.

Atacama incrementa la desocupación desde 8,6% a 11%, en tanto que en Coquimbo aumenta desde 7%, hace un año, a 13% en la actualidad, esto es un incremento de 6 puntos.

“Esta es una muestra clara del impacto de la pandemia en el empleo. Hemos retrocedido prácticamente tres años en el nivel de ocupación en minería, por cuanto hoy es similar al que observábamos en octubre del año 2017. Sin embargo, debemos tener presente que es muy probable que en la próxima medición se deterioren aún más estos datos pues considerará el trimestre móvil correspondiente a abril-junio. Al respecto, se debe considerar que en el mes de junio hubo más restricciones a la circulación que en marzo pasado”, destaca el gerente de Estudios de SONAMI, Álvaro Merino.

“Lamentablemente, debido a la actual contingencia, la caída en el empleo como el aumento en la desocupación, están golpeando con fuerza al país y particularmente a las regiones del norte de Chile,” dijo Merino.

En medio de la polémica por los contagios en el sector y la presión de los sindicatos de Codelco para detener las faena en el norte, el gerente Estudios del gremio minero expresó que la minería, en este complejo escenario, “ha apostado por la continuidad operacional, priorizando la salud de sus trabajadores, sus familias y su entorno, pero también, manteniendo la cadena de pagos, a fin de minimizar el impacto de la crisis, en las empresas colaboradoras, proveedoras y en el aporte al financiamiento fiscal”.

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