Liquidez, el activo más preciado

FOTO:MARIO DAVILA/AGENCIAUNO

El sistema financiero chileno es sin duda un poderoso driver para nuestra economía: bancos, compañías de seguros, fondos de inversión, corredoras de bolsa, familys offices, y factoring bancarios y no bancarios han apoyado en general de manera importante tanto a emprendedores y Pymes como a empresas medianas y grandes.

Es importante recordar que detrás de cada empresario hay trabajadores y sus familias, y así entonces -en medio de la crisis económica originada por el Covid-19- las instituciones financieras deben estar a la altura de las expectativas de sus clientes y de todos los chilenos, para lo cual el Gobierno debe dotarlas de las herramientas para que su rol financiero y social se cumpla, aunque muchas de éstas se han visto imposibilitadas o bloqueadas en sus políticas para hacer efectiva esta ayuda.

Es así como el Gobierno y entidades como la Comisión del Mercado Financiero (CMF) y el Banco Central han lanzado una serie de medidas tendientes a (idealmente) disminuir las tasas de interés y generar los incentivos para que fluyan tanto las reprogramaciones como nuevos créditos, en especial en las Pymes.

Sin embargo, hay instituciones financieras que aún no establecen una política de crédito o un protocolo que haga eficiente la resolución de a quién apoyar, clientes antiguos o nuevos, y qué antecedentes y exigencias les solicitarán, por lo que es clave ahora estandarizar procesos, y no como algunas instituciones están abordando la contingencia, analizando caso a caso, para lo cual no hay tiempo, en especial si muchos ejecutivos están en teletrabajo y sin acceso a los sistemas para responder eficazmente.

Asimismo, la tasa de interés máxima convencional, hoy día situada en UF+4,43% para las operaciones más grandes sobre 90 días, estaría siendo una traba ya que, por nuestra labor profesional, nos consta que varias instituciones financieras hoy no están dispuestas a prestar o refinanciar a dicha tasa a muchas empresas sanas, sino que a tasas más elevadas para compensar el escenario de "mayor riesgo país".

Lo anterior, junto con ser una importante traba para la urgente necesidad de alivio financiero que tienen empresas de todo tamaño en nuestro país en la actualidad, debe llevarnos a repensar tanto la validez en la aplicación de un techo a un precio clave en la economía, como es la tasa de interés, como también de la manera en que las instituciones financieras pueden contribuir ahora para apoyar a miles de empresas que están viviendo una compleja y -en muchos casos- transitoria crisis.

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