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Whoosh apunta a llevar sus scooters eléctricos a todo el Gran Santiago para 2028

La empresa portuguesa de los scooters amarillos y negros llegó a Chile en el 2023. Actualmente ya tiene presencia en 9 comunas de la capital y también llegaron a otras en regiones, como Concepción y Temuco. Pese a la expansión, su country manager, Bernardo Barros, asegura que es una empresa rentable.

Bernardo Barros, country manager de Whoosh Chile. Foto: Mario Tellez. MARIO TELLEZ

Para quienes transitan por Las Condes ya es parte de la imagen del barrio empresarial los scooters eléctricos detenidos en las calles, sobre todo, los amarillo con negro, pertenecientes a la empresa portuguesa Whoosh. Es que en el último tiempo este equipamiento se ha consolidado como un medio de transporte alternativo, con cada vez más adherentes, y no sólo en el sector oriente de la capital.

El actual country manager de Whoosh en Chile, Bernardo Barros, venía de una empresa que fabrica bicicletas urbanas, P3 Cycles. Pasó de las bicicletas a los scooters, a ser una de las 13 personas que iniciaron las operaciones de la empresa en Chile en el 2023, como city manager de la Región Metropolitana.

Para instalarse en el país iniciaron gestiones en distintos municipios para obtener un “permiso precario” que les permite utilizar el espacio público. La primera comuna en darle el visto bueno fue La Reina, y en mayo de ese año comenzaron a funcionar con los primeros 580 scooters haciendo los primeros viajes en Chile.

Whoosh en los dos años que lleva en Chile se ha enfocado en crecer lo más que se pueda, abriendo operaciones en todas las comunas donde se les otorgue el permiso. Actualmente tienen presencia en Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, Macul, San Miguel, San Joaquín, La Florida, La Cisterna y Providencia. También llegaron a otras regiones como Concepción y Temuco. También llegaron a Villarrica, pero por los problemas climáticos del invierno decidieron retirarlos durante la temporada.

En América Latina, Whoosh tiene presencia en Perú, Brasil y Chile, y están impulsando la apertura en México y Colombia. También operan en distintas ciudades de Europa como Kazajistán y Rusia. Pero dentro de la región Chile concentra la mayor parte de los ingresos de la compañía, representando cerca de un 60%, dice Bernardo Barros. Desde la compañía señalan que esto se debió a que previo a la llegada de Whoosh en Chile ya había scooters, y la cultura ya estaba absorbiéndose.

Las operaciones de Whoosh

“El 2024 fue decidor en el ámbito de que obtuvimos mucho más permisos para operar en distintas comunas, el servicio se fue haciendo más conocido y hubo un crecimiento orgánico de utilización. Al día de hoy ya tenemos más de 8 millones y medio de kilómetros recorridos por todos nuestros usuarios a nivel nacional. Así que en verdad es como un servicio que la gente en el 2024 como que ya adoptó como un nuevo sistema de transporte”, dijo Barros.

Ahora en el 2025, ya han abierto varias comunas del sector sur del país, como La Cisterna, San Joaquín, San Miguel y Macul.

En la primera comuna donde comenzaron a operar ya no están presentes. Los scooters fueron retirados el 31 de julio de La Reina. Es que el municipio inició un proceso de licitación con el que se quiere mantener una única marca funcionando en la comuna. Lo mismo hizo Lo Barnechea, un proceso que terminó con Whoosh de ganador.

Whoosh, a diferencia de otras aplicaciones, establece estacionamientos virtuales donde los usuarios deben dejar los equipamientos una vez terminen su recorrido. De no hacerlo, se sigue cobrando. En otras marcas se utiliza el modelo free float, donde se pueden dejar los scooters en cualquier lugar. De acuerdo a Barros, su fórmula es una ventaja cuando las comunas deciden llevar licitaciones para el servicio.

La firma detalla que los scooters de la empresa funcionan con rastreadores, y se monitorean a diario, por lo que cada vez que hay mal uso de los equipos saltan alarmas a la firma, que mantiene equipos en terreno constantemente para monitorear. La compañía pone multas desde $5.000 a $50.000 por distintas faltas, entre ellas, más de una persona utilizando el scooter, o la conducción bajo influencia del alcohol.

A pesar del uso masivo, y la expansión, Barros asegura que la cantidad de accidentes en relación al número de viajes diarios “es despreciable. Estamos alrededor del 0,082%”. Al mismo tiempo, los intentos de robo no son frecuentes, asegura, “porque contamos con un sistema súper robusto de soporte, en donde me indica inmediatamente si un equipo se está moviendo, o si lo están arrastrando, o si lo suben a vehículos”.

La ruta de los scooters para el 2028

Pasaron de ser 13 personas trabajando en la empresa a más de 120. El country manager de la firma asegura que ya son una empresa rentable, que genera utilidades, pese al amplio crecimiento que han tenido en los últimos dos años. Las inversiones que realiza la empresa se financian con esto, y también con recursos de la matriz, que se enfocan principalmente en traer nuevo equipamiento para abrir nuevas comunas.

Con el total de su presencia en Chile, estiman que “nuestro market share está sobre el 90%”, asegura. Es que la competencia se concentra en Las Condes y Vitacura, y la compañía que le sigue en participación sería Lime, una firma ligada a Uber. “Su negocio no son los scooters”, afirma Whoosh.

De acuerdo a Bernardo Barros, las comunas donde actualmente la compañía tiene el mayor flujo de clientes es en Las Condes, seguida por La Florida y después Concepción.

Whoosh dice que siguen trabajando para poder alcanzar la meta proyectada para el 2028: que los scooters amarillos con negros rueden por todo el Gran Santiago. La ambición es “poder ofrecer este servicio sin dejar ninguna comuna de lado”, asegura.

Hay conversaciones avanzadas en al menos 4 municipios que pronto podrían abrirse para la compañía portuguesa. Pero las gestiones se están llevando en paralelo con al menos otras 10 municipalidades.

Aunque Whoosh no puede detallar aún cuáles son las comunas, adelanta que les gustaría ampliar el servicio hacia el norte de la capital, además de otras regiones cercanas a la Región Metropolitana.

Adicionalmente, están trabajando para volver a Ñuñoa. Operaron en dicha comuna por 8 meses, con un permiso piloto, pero posteriormente, en la gestión de la ex alcaldesa Emilia Ríos, se decidió no renovarlo. Ahora Whoosh está en conversaciones con la administración del alcalde Sebastián Sichel para volver a funcionar en la comuna.

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