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Segunda generación a cargo de Oxford pedalea hacia la internacionalización

La mitad de las personas que compra una bicicleta sólo la usa una vez. Ese es el mito que, según Gustavo Burgos, gerente general de Oxford, se escuchaba en la industria y que hoy está cambiando gracias a que se ha conformado una masa crítica de ciclistas.

Si bien Burgos tiene 55 años, es médico y dejó su carrera cuando su padre, Julián Burgos (86), fundador de Oxford, le propuso hacerse cargo de la compañía, conoce perfectamente el negocio.

La firma, que se ubica entre las que más venden del país junto con Bianchi y Trek, nació hace 58 años en Arica, con un local que se ubicaba al lado de la casa de la familia, por lo cual Gustavo Burgos cuenta que desde chico llegaba del colegio a jugar entre las bicicletas.

“Partimos fabricando y pintando marcos, luego comenzamos a traer los marcos soldados y pintados de afuera, porque el trabajo en aluminio es muy complejo como para implementarlo acá. Luego comenzamos el negocio de ensamblaje”, comenta.

Sólo el año pasado, la compañía vendió más de 165 mil unidades y para este año esperan alcanzar las 180 mil. Lo que, junto con las ventas del negocio de fitness y máquinas de ejercicio, les generaría en 2014 ingresos por US$48 millones.

Pero más allá de los número, Burgos explica que este es un negocio que han decidido que debe crecer de manera paulatina, garantizando la calidad de sus productos. “No se puede borrar la historia por ganar más peso. Hay temas que son más relevantes, que decir quiero ganar más plata, cierro la fábrica y me convierto en un comercializador de bicicletas”, asegura.

Burgos, aparte de ser gerente, es ciclista, ha participado en distintas cicletadas y suele recorrer el primer martes de cada mes las calles de la capital en el conocido evento. Además, participa en mesas de conversación de transporte urbano de la Intendencia Metropolitana.

Para él, la empresa es como una gran familia y esa es precisamente la esencia que quiere preservar. Su planta está en la Av. Jaime Guzmán 3225, en Renca, donde maneja cada uno de los procesos en las líneas de producción y control de calidad. “Entre las dos plantas productivas de Santiago y Arica tenemos 60 familias y nos interesa conservar eso. Es cierto que hay que ser altamente productivos, pero hay otros factores que son importantes para nosotros”, agrega.

La historia de Oxford ha acompañado la del país. Durante el gobierno de Gabriel González Videla, el propio presidente inauguró el barrio industrial de Arica en la planta de la compañía, que hoy es una de las pocas que quedan en ese lugar.

Hoy, la firma está encaminando su rumbo fuera de los límites del país.

Pese a que Oxford se encuentra en el mercado peruano hace diez años con sus dos líneas de productos, hoy este sólo representa un 10% del total de las ventas. Allá, se encuentran tanto con la marca Oxford como con Goliat, firma que adquirieron hace unos años,

“En el mercado peruano estamos con un trabajo bastante intenso. Goliat es la bicicleta tradicional peruana. En algún minuto los dueños se aburrieron con la administración y estuvieron tres años prácticamente en cero. Pero ellos tenían cariño a la marca y buscaron venderla a quien la iba a reflotar”, recuerda Burgos, quien explica que el desafío en ese país es potenciar las bicicletas.

En Perú el 60% de lo que venden corresponde a fitness y 40% bicicletas. Por lo cual, la empresa en octubre inaugurará su propio centro de distribución de 8.000 metros cuadrados para potenciar esa operación. El objetivo es crecer cerca de un 70% anual.

Junto con ello, la empresa piensa en ingresar a nuevos países.

La estrategia está definida hacia la costa pacífico, donde ya han tanteado terreno en Venezuela, Colombia y Ecuador.

Durante un tiempo, Oxford estuvo trabajando con un importador local venezolano y llevaron sus productos a Isla Margarita. Sin embargo, el experimento se truncó luego de que dada la condición del país los socios no pudieron continuar.

En Colombia, en cambio, el ingreso fue de la mano de uno de los retailers chilenos que tienen presencia ahí. “Hicimos un coqueteo el año pasado abasteciendo a uno de los retailers chilenos y la muestra fue exitosa. No entramos como Oxford sino que con una marca propia de ese retailer. Hoy creo que vamos a hacer una alianza estratégica con alguno de ellos”, dice Burgos.

El último mercado donde han estado, es quizás el más llamativo puesto que no es de los más explorados por las compañías chilenas en sus procesos de internacionalización. En Ecuador, la empresa también entró gracias a un distribuidor local. Pero este socio, comenta Burgos quien pasó sus vacaciones allá y pudo ver a algunas personas pedaleando modelos Oxford, se enfocó en otras marcas y dejó de lado a la firma chilena. Pero a pesar de ello, hoy se está abriendo una nueva opción en ese mercado.

Según anticipa el ejecutivo hace pocos días recibieron una propuesta del gobierno ecuatoriano. La idea es que Oxford entre al país, pero instalando una planta de ensamblaje de bicicletas, lo cual la firma está analizando.

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