Xi Jinping -actual vicepresidente chino y futuro presidente de ese país- ha confesado ser un gran aficionado de las películas de guerra de Estados Unidos. Si se fuera a hacer una película de Xi, su sinopsis probablemente mostraría al hijo de un guerrillero que luego de llegar al poder cae en una emboscada de un camarada de armas.

El niño que ya está entrando en la adolescencia es enviado al campo a trabajar y aprender de las masas, propio de la época de la revolución cultural en esos años. Luego de años de disciplina y esfuerzo lejos de su lugar de origen, el hijo que tiene la sangre de ese guerrillero que inquieta a las autoridades en el poder, terminaría, por sobrepasar los obstáculos y estar a punto de ser primer ministro.

Ahí la sinopsis terminaría, dejando en suspenso si Xi logrará llegar al puesto más alto de su país o no.

Y es que para intentar conocer quién es el hombre que sucederá a Hu Jintao en octubre es fundamental hablar de su padre. Xi Zhongxun  fundó la guerrilla comunista en el norte del país, colaboró estrechamente con Mao Tse-tung para establecer la legendaria base de Yenan e iniciar la Larga Marcha en marzo que les llevaría al poder en 1949. Sin embargo, esta historia de lucha y éxito político del padre de Xi, se vio truncada con la arremetida en contra de él por parte de Mao, quien lo calificó como contrarrevolucionario y lo encarceló tres veces.

Como parte de ese temporal familiar, y de tener un padre acusado de traición y encarcelado, comienza a gestarse el temple fuerte dentro de Xi, en ese entonces de nueve años.

Xi tiene bastantes diferencias con Hu, partiendo porque la primera visita de Hu a Estados Unidos fue en 2002, Xi ha viajado con frecuencia allí. Por otra parte, Hu siempre ha estado decididamente en el anonimato, mientras que Xi es toda una personalidad, según cuentan los que lo han conocido. La hija de  Xi está estudiando en Harvard y se cree que una hermana vive en Canadá.

Xi nació en 1953, y se crió en la relativa comodidad de Zhongnanhai, el recinto de la élite del partido en Beijing. Luego de que el padre de Xi fuera apresado por Mao, y comenzara la etapa negra de la familia de Xi, fue enviado a la polvorienta y empobrecida provincia noroccidental de Shaanxi, a "aprender de las masas" en la llamada Revolución Cultural.

Pasó siete años viviendo en una casa cueva en el pueblo de Liangjiahe. "Comí mucha más amargura que la mayoría de la gente", dijo una vez a una revista china. Él ha descrito haber tenido problemas de tener que lidiar con las pulgas, el trabajo físico duro y la absoluta soledad.

"Una parte de él es su entorno familiar, como hijo de los fundadores del país y el otro es su experiencia de ser enviado al campo, lo que les hizo comprender la situación real de China de mejor manera. Xi le da a esta generación una fuerte tradición de idealismo y la valentía de hacer algo grande ", señaló el analista político Li Datong al periódico The Guardian.

Los vínculos familiares le ayudaron a ganar un lugar para estudiar ingeniería química en Tsinghua, una universidad de élite, seguido por un puesto como ayudante del poderoso líder militar, Geng Biao. Fue subsecretario del condado de Zhengding, cuando visitó Muscatine, una ciudad de EEUU de 23.000 personas hasta ahora más conocida por sus melones y breve estadía de Mark Twain en 1855.

El conocido de Xi que habló a WikiLeaks afirmó que Xi siempre ha tenido su "ojo en el premio" de uno de los principales  puestos  del partido. Se trasladó al sur de la provincia de Fujian en 1985, aumentando su popularidad de forma sostenida en más de 17 años. La mayor parte de su experiencia se la ha ganado en las zonas relativamente prósperas y empresariales de la costa de China, donde cortejó a los inversionistas y construyó negocios, demostrando estar dispuesto a adoptar nuevas ideas. El ex secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, lo llamó "el tipo de persona que sabe cómo hacer las cosas dentro del perímetro del gol".

Después de la caída del secretario del partido de Shanghai, Chen Liangyu, en un escándalo de corrupción, Xi se hizo cargo de la ciudad en 2007. Apenas seis meses después de su designación  al Comité Permanente del Politburó, el órgano político superior, se comenzó a convertir en la carta para suceder a Hu. En octubre de 2010 su nombramiento como vice-presidente de la Comisión Militar Central consolidó su posición.

Algunos esperan que él como presidente comparta las simpatías liberales de su padre, quien se dice criticó la ofensiva militar en contra de las protestas en favor de la democracia en la plaza de Tiananmen ocurridas en 1989.

Su liderazgo vendrá determinado por sus colegas y enmarcado por las fuerzas externas. "Lo que es muy importante es la capacidad de estar en el lado correcto de la historia", indicó Cheng Li, del Brookings Institution en Washington.

El nuevo presidente asumirá en momentos en que la economía china comienza un período de desaceleración y que la caída de los precios inicia una espiral descendente, ambos factores que hacen más que posible un nuevo estimulo.