A 70 años de su hallazgo, continúa el misterio del origen de El Niño del Cerro El Plomo

La arqueóloga Grete Mostny, posterior directora del Museo Nacional de Historia Natural, y el Niño del Cerro El Plomo, 1954. Foto: Frans Stoppelman/Wikipedia

Iniciativa de la Municipalidad de Lo Barnechea, la Universidad Católica y el Museo Nacional de Historia Natural, celebra mediante realidad virtual el histórico descubrimiento, sin que hasta hoy se sepa el real origen de esta momia.


Luis Gerardo Ríos era ya un avezado arriero y busca tesoros. En sus viajes por la cordillera de Santiago, había logrado encontrar varios alhajas precolombinas, especialmente incas.

Como sabía que la cordillera podía ocultar aún más tesoros, en 1954 organizó una expedición al Cerro El Plomo, junto a su sobrino Jaime Ríos y Guillermo Chacón. El 1 de febrero de 1954, su corazonada se materializó, y en la cima de la montaña, a 5.400 msnm, realizó uno de los hallazgos arqueológicos más importantes que tenga registro Chile: El Niño del Cerro El Plomo.

En el sector llamado Piedra Numerada, inicialmente encontraron dos figuras de oro y plata. Tras seguir excavando, esta vez con palas y chuzos, se toparon con un objeto que les llamó la atención. Luego de cavar un metro en medio de unas antiguas ruinas, quedaron sorprendidos al descubrir el cuerpo de un niño, perfectamente conservado.

Estaba sentado en el suelo, con los brazos cruzados en torno a sus piernas, y la cabeza sobre el hombro y brazo derecho, como si estuviera durmiendo. Estaba cubierto por una túnica.

Los desarrolladores en terreno. Crédito: Indaga

Cuando queda menos de un año para que se cumplan 70 años de este increíble e histórico hallazgo, una iniciativa por parte de la Municipalidad de Lo Barnechea, la Universidad Católica y EL Museo Nacional de Historia Natural, llamada Experiencia de Realidad Virtual “Acércate al Niño del Cerro El Plomo”, busca celebrar el hito.

José Antonio Soto, académico de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, señala que el hallazgo de El Niño del Cerro El Plomo tiene un significado histórico y patrimonial de gran importancia, “no solo para el mundo académico y científico, sino también para toda la comunidad”.

“Su descubrimiento nos brinda una ‘ventana al pasado’, a través de la cual podemos comprender aspectos de la historia y la cultura de aquellos tiempos. El cuerpo del niño, preservado durante siglos en el hielo de los Andes, continúa permitiendo a los científicos obtener valiosa información sobre su vida, salud, alimentación y las condiciones en las que vivía su comunidad”, explica Soto.

Niño del Cerro El Plomo, con ajuar funerario. Crédito: Wikipedia

A 70 años de su hallazgo, origen de El Niño del Cerro El Plomo sigue siendo un misterio

Los “cazadores de tesoros” comenzaron a averiguar de qué se trataba, intentando vender lo que ellos consideraban una momia (aunque en rigor es un cuerpo liofilizado). Después de varios intentos, llegaron al Museo Nacional de Historia Natural, donde finalmente vendieron la pieza, previa negociación con el director del museo de ese entonces, Humberto Fuenzalida, por un monto de $45.000 de la época.

La pieza, actualmente en el museo, ha sido motivo de múltiples investigaciones, sin que ninguna pudiera determinar con exactitud su procedencia. Se estima que sería originaria de una comunidad del Collasuyu, una provincia que comprendía la parte sur del Imperio Inca.

Conmemoran el histórico hallazgo con realidad virtual

La iniciativa se trata de un trabajo colaborativo que pretende rescatar su historia y que así continúe visibilizándose. En el marco del mes de los pueblos originarios, se desarrolla una exposición, con un diorama y realidad virtual, que permite a quienes asistan, subir el Cerro El Plomo, y conocer su historia, recreando la ruta que posiblemente transitaba el Niño en aquella época, hasta llegar al lugar donde fue encontrado.

Los objetos que acompañaban al Niño, encontrados en su tumba, “nos han entregado conocimientos más profundos sobre la cultura y la cosmovisión de la civilización que habitó parte de nuestro país. En la Facultad de Comunicaciones de la UC nos hemos planteado el desafío de reconstruir su contexto social, religioso y tecnológico a través de producciones audiovisuales, con el objetivo de acercar esta visión del mundo a diferentes públicos y a través de múltiples plataformas”, establece Soto.

La muestra estará abierta hasta octubre en el Centro Cívico de Lo Barnechea (Av. El Rodeo 12.777, piso -1), donde se encuentra el Espacio Arte de la Corporación Cultural. De lunes a viernes de 8 a 17 horas y los sábados hasta las 14 horas. Para formar parte del tour en realidad virtual es necesario inscribirse.

Alejandra Valdés, directora de la Corporación Cultural de Lo Barnechea, señala que en una comuna con un 96% de montaña y solo un 4% de área urbana, el significado de este hallazgo es enorme, ya que fue en Lo Barnechea (El Plomo pertenece a esta comuna), “y habla de la cosmovisión de pueblos andinos, en este caso de los Incas, donde la dimensión de la montaña representa algo sacro, un espacio de conexión entre lo terrenal y lo espiritual y/o divino”.

La exposición conmemora los 70 años del descubrimiento del Niño del Cerro El Plomo. Crédito: Municipalidad Lo Barnechea

Desde esta perspectiva, el valor para la comuna es precisamente el actualizar el llamado a relevar la sacralidad de la montaña, su uso, su respeto y su importancia Patrimonial e históricamente, sin duda se trata de un descubrimiento que no solo cuenta una historia, sino revela una forma de ser y de vivir ancestral. “El Niño del Plomo ha permitido conocer mucho de esas formas y patrimonialmente constituye uno de los tesoros más valiosos a nivel nacional, tanto por su significado y antigüedad (el Niño data de unos 500 años atrás), como por la forma en que el Museo de Historia natural ha logrado conservarlo, que es ejemplar a nivel mundial”, argumenta Valdés.

Se cumplen 70 años del hallazgo del Niño del Cerro El Plomo

Soto considera que “es nuestra responsabilidad difundir este descubrimiento de manera clara y accesible, para que las audiencias no solo comprendan, sino también aprecien y valoren su significado histórico y patrimonial”.

Guzmán revela que la muestra consta de dos partes. “Una primera análoga, que cuenta la historia del hallazgo y su significado, y una segunda virtual que te lleva a subir el Cerro El Plomo. En la primera, las personas podrán conocer cómo y cuándo se encontró El Niño, en qué circunstancias, con qué fue hallado, qué significan las piezas que lo acompañaban, por qué estaba en El Plomo, y en qué contexto fue ofrendado”.

“Además las personas podrán ver las ofrendas con las que fue encontrado el Niño (réplicas) y conocer un diorama del artista Zerreitug que muestra un imaginario de ese trayecto del Niño en procesión desde Cuzco hasta Lo Barnechea, hasta El Plomo. En lo virtual, las personas podrán experimentar la montaña, ascender el cerro, comprender lo que ese ascenso significó hace 500 años y conocer inmersivamente las dimensiones de la cosmovisión Inca”, explica Guzmán.

El equipo registró fotografías en 360°. Crédito: Indaga

Tomás Valdivieso, socio y director de Contenidos de Indaga, compañía a cargo del recorrido en la montaña, relata que con el proyecto tuvieron la oportunidad de realizar una ruta de montaña icónica de los Andes centrales, al mismo tiempo que se conectaron con la cultura andina y la mítica historia del niño que realizó el mismo recorrido hace más de 500 años. “Para nosotros fue un privilegio y con el producto de realidad virtual sentimos que podemos compartir esa experiencia con muchas personas que no tienen la oportunidad de subir el cerro de otra forma”:

“La planificación de la ruta la hicimos en función del registro audiovisual. Necesitábamos de las mejores condiciones climáticas, un equipo humano que tuviera los conocimientos técnicos audiovisuales, un buen estado físico y experiencia en montañismo. Durante el ascenso, nos tomamos el tiempo suficiente para registrar las fotografías en 360°, además de otras fotografías y videos para difundir el proyecto. El objetivo era hacer que el usuario se sintiera en las alturas de la montaña y esto lo logramos a cabalidad, según pudimos comprobar con las reacciones de las personas que han realizado la experiencia”, añade Valdivieso.

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