Chile debe y puede sumarse a la carrera contra el coronavirus

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Una de las consecuencias que ha traído la aparición del SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, es que se ha constituido en un foco de la investigación científica a nivel global.

Este mes, la BBC reportó que hay cerca de 60 laboratorios y universidades de todo el mundo que trabajan en el desarrollo de tratamientos o vacunas contra esta cepa. Esto nos desafía directamente, ya que su genoma está mutando y en nuestro país se han corroborado dos tipos distintos.

A pesar de que hay decenas de centros de estudio enfocados en ello, no es correcto hablar de una “competencia” por encontrar soluciones contra este patógeno. La mejor expresión sería “sumarse a la carrera”, y aquí explico por qué.

Cada paso que den estos 60 laboratorios será publicado en revistas científicas internacionales para darlo a conocer al resto de la comunidad, siempre y cuando haya sido revisado por pares entendidos en el área de que se trate. Así, los avances que haga el laboratorio A, en Alemania, y los aportes del centro B, de Japón, pueden servir para que la universidad C, en Brasil, los use como referencia para su propia investigación.

En este esquema, el país puede jugar un rol clave. Y, de hecho, ya hay una experiencia acumulada -¡incluso histórica!- en el desarrollo de vacunas con que se puede aportar en este esfuerzo internacional.

Un primer ejemplo es el logro del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia, que en 2013 comenzó el desarrollo de una vacuna contra el virus respiratorio sincicial, causante de una infección respiratoria grave, que afecta cada invierno a menores de todo el mundo. Así como también el metapneumovirus humano y el virus herpes simple.

La Macrozona Centro Sur del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación también sumó un aporte en 2018, cuando un equipo de microbiólogos de la Universidad de Concepción logró desarrollar un inmunoterapeutico en base a inmuno globulinas humanas contra el virus Hanta, (estudios que fueron validados por el Instituto Nacional de Salud NIH en EE.UU.), que cada verano cobra vidas de campistas y trabajadores agrícolas. Acogidos a financiamiento del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, FONDEF, el equipo obtuvo muestras de personas que sobrevivieron a la infección, y obtuvo anticuerpos, que luego pudieron sintetizar. Sin ir más allá, la misma técnica está siendo usada para el tratamiento de Covid-19 actualmente, cuyo trabajo es liderado en Chile por la Fundación Arturo López Pérez, junto a un equipo multidisciplinario de científicos chilenos, entre ellos, los profesionales que trabajaron en la técnica para el Hanta.

Por lo tanto, ¿podemos avanzar en tratamientos para esta pandemia? Indudablemente sí, porque nuestro país por años ha invertido en las capacidades científicas y tecnológicas que así lo permitirán. Es por ello que buscar la suma de todas las partes se torna clave para ganar la carrera contra el Covid-19, si consideramos que hoy contamos con la nueva institucionalidad del Ministerio de Ciencia; un actor clave que articula y comunica el trabajo de nuestros científicos en esta materia.

* Seremi Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación Macro Zona Centro Sur

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