Científicos chilenos participan en estudio internacional que descubre desconocida clave en la respuesta inmunológica a las vacunas

Investigación detectó que molécula normalmente ignorada del ácido ribonucléico (ARN) se activa en las personas después de vacunarse, incidiendo directamente en la producción de anticuerpos.


Debido a la rápida expansión del coronavirus, científicos de todo el mundo buscan una vacuna que ayude a curar la enfermedad. Usando metodología bioinformática, área que utiliza tecnologías computacionales para analizar datos biológicos, un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge, la Universidad de Sao Paulo y la Universidad de Chile, lograron determinar que ciertas zonas del ácido ribonucleico (ARN) consideradas “basura del genoma”, están directamente involucradas en la respuesta del sistema inmune del organismo tras la vacunación. Es decir, se activa en las personas después de vacunarse, lo que produce anticuerpos.

El estudio, probado con la vacuna de la influenza y la fiebre amarilla, fue publicado por la revista científica The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

El grupo de investigación durante su trabajo.

En la investigación se analizaron 2.059 muestras de sangre de 17 pacientes vacunados contra la fiebre amarilla y la influenza. “Nosotros hicimos una integración de datos públicos utilizando bioinformática y de biología de sistemas. Fue precisamente esa integración la que nos permitió ser capaces de identificar ciertos ARN no codificantes largos que están involucrados en las respuestas inmunes frente a la vacunación”, explica Vinicius Maracaja-Coutinho, académico de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile e investigador del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), quien fue parte de esta investigación.

Esta activación estaría relacionada directamente con la producción de anticuerpos, añade el científico. El ácido ribonucleico (ARN) no codificante, constituye entre el 70% y 80% del ARN total. “Sin embargo, aún no existe claridad absoluta sobre todas las funciones que realiza esta molécula y su papel en la inmunidad que entrega una vacuna había sido muy poco explorado", agrega el académico.

Imagen microscópica del coronavirus. FOTO: Reuters

Este nuevo hallazgo entrega las bases para comprender de manera sistemática cómo funciona la respuesta temporal del organismo tras la exposición a vacunas. El académico explica que “este ARN podría ser útil para monitorear rápidamente las respuestas de anticuerpos inducidas por las vacunas,. Nuestros hallazgos sugieren la existencia de funciones reguladoras, pero no son evidencia definitiva para tales actividades aún”.

"De esta forma, la investigación abre un camino a futuro para ayudar a evaluar la efectividad de actuales y futuras vacunas para enfermedades como la influenza, el hanta y el Covid-19, añade Maracaja-Coutinho.

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