Cómo los no vacunados se pueden convertir en una “fábrica de variantes”

Foto: Reuters

Las campañas de inoculación han avanzado a pasos agigantados, inmunizando a más de 883 millones de habitantes en todo el mundo. No obstante, la inequidad en el acceso a las inyecciones podría provocar la proliferación de personas “fabricantes” de mutaciones del virus.


Hace cinco meses se inició el proceso de vacunación en el país. Para ese entonces, solo se habían reportados un par de casos de la variante Alpha (antiguamente conocida como “británica”). Con el tiempo, se supo que esta mutación era un 70% más transmisible que la cepa original de Sars-CoV-2.

Actualmente, de acuerdo a datos entregados por el Ministerio de Salud, el 70,52% de la población objetivo ha completado su esquema de vacunación, lo que se traduce en 12.627.575 personas.

Sin embargo, el alto porcentaje de vacunados no significaría la disminución de casos ni el término de las medidas de cuidado impuestas desde el inicio de la pandemia.

Esto, debido a la proliferación de variantes de preocupación, que cumplirían con ciertas características que las convertiría en “más peligrosas” que las demás.

La más nueva es la variante Delta, que surgió en India por el bajo índice de inoculación producto del importante número de habitantes (aproximadamente 1.380 millones). Los científicos advierten que mientras más lento sea el proceso de vacunación a un grupo poblacional importante, los no inoculados se transformarían en verdaderas “fábricas de variantes”.

William Schaffner, profesor de la División de Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt indicó en una entrevista a CNN que “cuantas más personas no vacunadas haya, más oportunidades tendrá el virus de multiplicarse y cuando lo hace, muta y podría desencadenar una mutación variante que es aún más grave en el futuro”.

Esta “fabricación de variantes” respondería a la naturaleza de los virus, que cambian constantemente debido a los errores que cometen cuando copian su material genético al infectar a una persona. Algunos de estos “errores” no tendrían un efecto nocivo para los contagiados, no obstante, otros errores generan virus con más “ventajas”, es decir, más transmisibles, con una replicación más eficiente y/o más infecciosas.

Posibles nuevas variantes

William Schaffner, profesor de la División de Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt indicó en una entrevista a CNN que “cuantas más personas no vacunadas haya, más oportunidades tendrá el virus de multiplicarse y cuando lo hace, muta y podría desencadenar una nueva variante que es aún más grave en el futuro”.

Cuando el virus se transmite a otra persona, la mutación se replica y también se propaga, y si tiene éxito y continúa propagándose, se convierte en una variante.

Los expertos han explicado que si bien el Covid-19 no es el patógeno más propenso a las mutaciones, como el virus de la influenza, cambiaría y evolucionaría en los cuerpos de las personas que se infecten con Sars-CoV-2.

Una adolescente reacciona cuando recibe una inyección de la vacuna Sinovac para Covid-19 durante una campaña de vacunación en una escuela en Denpasar, Bali, Indonesia. Foto: Firdia Lisnawati/AP.

Cuando el virus es transmitido a otras personas, el patógeno se replicaría y si tiene éxito en su evolución, se convertiría en una variante, y si cumple con determinadas características de contagiosidad y mortalidad, sería una variante de preocupación.

Pero para generar estas variantes, es necesaria la replicación, lo que no sería posible si una persona está vacunada.

Andrew Pekosz, microbiólogo e inmunólogo de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, mencionó en el mismo medio estadounidense que “a medida que surgen mutaciones en los virus, las que persisten son las que facilitan la propagación del virus en la población” y que cada vez que el virus infecta a una persona sin vacunarse, le da la ‘plataforma’ al patógeno para generar más mutaciones.

Acceso equitativo a las vacunas

Por eso, la clave, manifiestan los expertos, es aumentar la tasa de vacunación y hacer los esfuerzos necesarios para que la población mundial esté vacunada lo antes posible.

Esto, a raíz de lo desigual del proceso de inoculación, donde en los 49 países más ricos del planeta se han administrado 40 millones de dosis de distintas vacunas contra el Covid-19, a diferencia de las 25 dosis administrados en países de escasos recursos, señalaba a un mes de iniciado la campaña de inoculación mundial contra el Sars-CoV-2 Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salid (OMS).

Cajas de vacunas contra la enfermedad del coronavirus de Oxford / AstraZeneca, redistribuidas desde la República Democrática del Congo, se ven cargadas en un camión de reparto refrigerado en Accra, Ghana. Foto: Francis Kokoroko/Reuters.

Una de las esperanzas de suministrar lo antes posible las dosis a los países más pobres es el mecanismo Covax, plataforma de intercambio de vacunas diseñada para garantizar un acceso equitativo a las inyecciones de Covid-19.

La velocidad y disponibilidad a gran escala de las vacunas son una necesidad para poner fin a la pandemia”, declaró a inicios de enero la candidata nigeriana a dirigir la Organización Mundial de Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, en el sitio web Project Syndicate.

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