Embarazada y con Covid: médicos chilenos advierten riesgo de parto prematuro y probables secuelas neurológicas en bebés

Más de 50 especialistas llevan el registro de cerca de 1.300 mujeres embarazadas con Covid-19 -probablemente el registro más grande en el mundo- para determinar las posibles consecuencias de un embarazo de este tipo.


Si hay alguna claridad respecto de la biología y consecuencias del coronavirus Sars-CoV-2 en las embarazadas y los bebés que están gestando, es que todavía queda mucho por aprender, que las medidas y tratamientos se deben ir adecuando a la nueva información disponible y que los recién nacidos deben permanecer en seguimiento por algún tiempo.

En Chile, médicos especialistas en salud materno fetal y enfermedades infecciosas perinatales y de alto riesgo, están realizando un gran estudio, probablemente la cohorte más grande en el mundo, de mujeres embarazadas que son positivas a Covid-19, la enfermedad que produce el nuevo virus.

Ya publicaron los resultados preliminares que obtuvieron con la primeras 661 gestantes contagiadas en la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología y hace un par de semanas cerraron el registro con 1.300 mujeres embarazadas con Covid-19 que serán parte del estudio final (del que ahora se encuentran cruzando y analizando datos recogidos).

En total, son más de 50 los especialistas que participaron a lo largo de todo Chile, todos coordinados por ocho médicos investigadores que conforman el núcleo investigativo del estudio multicéntrico Gestacovid.

Entre los principales resultados obtenidos hasta hora destaca el riesgo de parto prematuro, en una primera etapa por intervención de los médicos antes que la madre pudiera complicarse más del cuadro respiratorio, aunque en la mayoría de los casos se trata de cuadros asintomáticos que llegan sin problema al tiempo de término. Además, se ha visto en el último tiempo, que si bien han aumentado los casos, no ha lo ha hecho en la misma medida, lo que habla de la evolución natural de la enfermedad.

Lo que sí preocupa a los especialistas es la posibilidad de complicaciones en los recién nacidos que se contagian y que son positivos a la enfermedad en las primeras 12 horas de vida. De los 1.033 partos que se alcanzaron a registrar durante el estudio, 34 fueron positivos a PCR, es decir, entre el total de niños nacidos, existe un 3,29% de positividad. O, dicho de otra manera, en Chile, el 3,2% de los niños que nacen de una madre positiva a Covid-19 tienen riesgo de ser contagiados con la enfermedad.

Fernando Abarzúa, especialista medicina materno fetal del Hospital Regional de Temuco y de la Clínica Alemana de Temuco explica que la pandemia les dio tiempo a formar una red de especialistas con representación en 23 centros a lo largo del país, y así, “cuando apareció el primer caso de una embarazada con Covid-19, pudimos comenzar a reunir la información y contactarnos entre nosotros, logramos reunir a Chile entero y obtener una cohorte más grande que la de Inglaterra que tiene datos de unas 900 embarazadas positivas”.

Audición y visión en bebés positivos

Una revisión sistemática publicada a fines de julio de este año en la revista American Journal of Obstetrics Gynecology, demostró que en un 936 recién nacidos de madres contagiadas con Covid-19 de Estados Unidos, Italia, Reino Unido y España, 27 de ellos resultaron positivos a la enfermedad, un 3,2%, la misma cifra que el estudio chileno.

“Esa revisión sistemática muestra que en las primeras 12 horas, el 3,2% era positivo. En Chile, sabemos que los de 36 niños positivos, la mitad nacieron por cesárea y los otros por parto natural, lo que quiere decir que la cesárea no protegió del contagio al momento del parto, por lo que creemos que la transmisión puede ocurrir en el último período de gestación”.

De los bebés positivos, la mayoría han sido niños asintomáticos; en las madres el 51% presentó síntomas.

La preocupación de los especialistas es a futuro. Abarzúa explica que en el caso de la transmisión de citomegalovirus de madre a hijo (incluidas también, madres asintomáticas), los menores pueden tener secuelas neurológicas que se desarrollan en el tiempo y que se traducen en hipoacusia, disminución de la agudeza visual o ceguera.

“La mayoría de los niños ha sido asintomático, pero sabemos, por otros estudios, que el virus puede traspasar al tejido cerebral, al tejido placentario. Necesitamos hacer seguimiento de estos niños. La posibilidad de que tengan compromiso cerebral nos obliga a seguirlos para asegurarnos que no existe repercusión. Hasta ahora se ven bien, pero no sabemos qué ocurrirá en el largo plazo. Ni siquiera los primeros niños nacidos con Covid-19 cumplen aún el año”, señala Abarzúa.

Riesgo de parto prematuro

Lo habitual en Chile, es que entre el 6 y el 8% de los partos en el país, ocurra antes de las 37 semanas de gestación, un parto que se conoce bajo el rótulo de “prematuros”.

La sorpresa fue que con las primeras 661 mujeres embarazadas reclutadas para el estudio inicial, entre 7 de marzo y el 6 de julio, los partos prematuros registrados alcanzaron al 16%.

Magadalena Honorato, gineco obstetra de Clínica Alemana, explica que, al comienzo de la pandemia, la tendencia era a realizar cesáreas cuando el tiempo de gestación lo permitía, era difícil saber cuál sería el escenario futuro de la enfermedad y básicamente porque, esa manera, con el bebé ya fuera del útero, tratar a la madre de sus complicaciones respiratorias.

“En enfermedades como coronavirus y otras infecciones como influenza, hay más riesgo de parto prematuro si la paciente está embarazada. También influye el momento epidemiológico, si es al principio del primer trimestre de embarazo es menos complicado que si se enferma en una etapa más avanzada”.

Desde el tercer trimestre, cuando las mujeres tienen insuficiencia respiratoria, el parto se adelanta para una mejor ventilación y de esa manera intentar evitar llegar a la intubación de la paciente.

Ahora que analizan un grupo más grande de embarazadas, Abarzúa dice que ese 16% de partos prematuros del inicio, debe bajar un poco. “Al comienzo de la pandemia, si llegaba una paciente grave con neumonía y se podía interrumpir el embarazo, se tomaba esa decisión para dedicarse por completo al tratamiento de la neumonía. Hoy día sabemos que hay un riesgo de complicación pero se trata de manejar a las madres e intentar aplazar el parto. Creemos que la tasa será más alta que en tiempos sin pandemia pero no tanto como el doble. Con lo que sabemos ahora, la conducta obstétrica ha cambiado", señala el especialista de Temuco.

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