Estudio advierte que consumo de bebidas energéticas puede implicar graves riesgos para la salud cardiovascular

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Se deben proporcionar advertencias claras sobre los peligros cardiovasculares de estos productos, que no están regulados y son ampliamente accesibles para todos los grupos de edad, señalan investigaciones.


Comercializados con eslóganes llamativos y promesas de una mejor concentración y rendimiento, el consumo de las llamadas bebidas energéticas va en alza. En Chile datos de 2018 de Euromonitor, indican que se consumieron 41.9 millones de litros de bebidas energéticas, eso equivale por persona a 2,3 litros y a un gasto de $7.636,2.

Pero lo que la mayoría de las personas no sabe es que detrás de ese ofrecimiento de más “energía”, hay riesgos para la salud que se derivan de su consumo.

“Cuando bebía hasta cuatro bebidas energéticas por día, sufría de temblores y palpitaciones, lo que interfería con mi capacidad para concentrarme en las tareas diarias y mis estudios en la universidad”, señala el relato de un joven de 21 años en Inglaterra que terminó en el hospital con insuficiencia cardíaca después de consumir cuatro bebidas energéticas al día durante dos años, según un nuevo informe del caso publicado en el British Medical Journal (BMJ) el 15 de abril.

El joven agrega que también sufría de fuertes dolores de cabeza por migraña que a menudo ocurrían durante los períodos en los que no tomaba bebidas energéticas; “esto también restringió mi capacidad para realizar las tareas del día a día e incluso actividades de ocio como ir al parque o dar un paseo”.

Finalmente el joven fue admitido en la UCI, una experiencia que asegura “fue extremadamente traumática”. No solo estaba sufriendo de delirio, tenía problemas de memoria hasta tal punto que no podía recordar por qué estaba en la UCI. “Estaba constantemente asustado porque estaba luchando por moverme o hablar, esto eventualmente me llevó al insomnio. A menudo no me dormía hasta la madrugada. Finalmente, a menudo me frustraba cuando no podía pensar en las palabras para decir cuando quería algo y esto a menudo me hacía sentir abrumado por emociones como la ansiedad y la depresión”, señala en el reporte.

En Chile datos de 2018 de Euromonitor, indican que se consumieron 41.9 millones de litros de bebidas energéticas, eso equivale por persona a 2,3 litros y a un gasto de $7.636,2. Foto: Reuters.

Los problemas cardíacos del joven pueden haber sido provocados por su consumo excesivo de bebidas energéticas, indica el informe que advierte este tipo de productos deberían tener etiquetas de advertencia, similares a las de fumar, para ilustrar los peligros potenciales de sus ingredientes.

Salud cardiovascular

Las bebidas energéticas además muchas veces se consumen junto con alcohol. En Chile datos 2018 señalan uno de cada cinco jóvenes entre 19 y 25 años que bebe energéticas las mezcla con alcohol (21,6%). Los peligros de consumir un estimulante se magnifican cuando se combina con un depresor como el alcohol. Las bebidas energéticas pueden enmascarar los efectos depresivos del alcohol al hacer que el consumidor se sienta más alerta y despierto.

El consumo de bebidas energéticas crece, pero el impacto del uso excesivo y crónico de tales productos en el sistema cardiovascular sigue siendo poco conocido.

Varios estudios han detallado una amplia gama de posibles efectos nocivos para la salud, incluida la disfunción cardiovascular y la insuficiencia cardíaca, “aunque la mayoría de los consumidores no son conscientes de ello”, detallan los autores del informe del BMJ.

En febrero de de este año un equipo de investigadores de la Universidad de Texas A&M descubrieron que algunas bebidas energéticas tienen “efectos adversos sobre las células musculares del corazón”. En el estudio publicado en Food and Chemical Toxicology, evaluaron 17 marcas de venta libre ampliamente disponibles y observaron lo que sucedía con los cardiomiocitos, o células cardíacas humanas cultivadas en un laboratorio, cuando se exponen a estas bebidas. Encontraron que los cardiomiocitos mostraban un aumento de la frecuencia de los latidos y otros factores que afectaban la función cardíaca.

En el caso del paciente de 21 años, se presentó inicialmente con disnea e hinchazón abdominal. Los exámenes revelaron que tenía insuficiencia renal con retención urinaria y las imágenes posteriores confirmaron una hidronefrosis bilateral grave (cuando la orina no puede bajar desde el riñón hasta la vejiga) que requirió nefrostomías bilaterales (sonda que se coloca en el riñón para facilitar el drenaje de la orina).

También presentaba otros síntomas: una historia de cuatro meses de dificultad para respirar progresiva con el esfuerzo, ortopnea (incomodidad al respirar mientras se está acostado, común en personas con algunos tipos de afecciones cardíacas o pulmonares), pérdida de peso y malestar general.

No había antecedentes médicos importantes y los antecedentes familiares no eran sospechosos de miocardiopatía o muerte súbita cardíaca. Era un exfumador que había dejado de fumar 3 años antes. Se negó el consumo de alcohol y drogas ilícitas. Sin embargo, dice el reporte “había antecedentes de consumo regular de bebidas de bebidas energéticas, específicamente consumiendo un promedio de cuatro latas de 500 ml por día durante aproximadamente 2 años”.

Cada lata contiene 160 mg de cafeína ( una taza de café típica contiene aproximadamente 90 mg de cafeína), además de taurina y varios otros ingredientes. La taurina, es un aminoácido en varios procesos metabólicos y tiene propiedades antioxidantes. Está de forma natural en la carne, el pescado, productos lácteos y también está disponible como suplemento alimentario. Algunos estudios sugieren que la suplementación con taurina podría mejorar el rendimiento deportivo.

Después de los exámenes el paciente fue diagnosticado con dos afecciones potencialmente mortales: insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal. No pudo continuar sus estudios universitarios debido a su letargo y mala salud.

Y no es el único caso descrito de posibles efectos tóxicos de las bebidas energéticas en el sistema cardiovascular. Un estudio de 2012 señala un caso de insuficiencia cardíaca descompensada que requierió intubación y ventilación en un joven de 24 años previamente sano con antecedentes de consumo excesivo de bebidas energéticas.

Otro estudio informa del caso de una mujer de 26 años que presentó miocardiopatía dilatada grave dependiente de inótropos que requirió apoyo mecánico con un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI) durante 10 meses después de la ingestión crónica de bebidas energéticas.

El mecanismo subyacente de la insuficiencia cardíaca inducida por bebidas energéticas sigue sin estar claro, dicen los especialistas.

Uno de los elementos que podría afectar es la cafeína, que se encuentra en altas concentraciones en las bebidas energéticas. En altas concentraciones puede precipitar una miocardiopatía por estrés. También se conoce que las bebidas energéticas pueden aumentar la presión arterial, y precipitar una serie de arritmias. Todos esos efectos crónicos también pueden provocar insuficiencia cardíaca.

Es importante, añaden los autores, “buscar cuidadosamente una causa específica en pacientes con miocardiopatía inexplicable, que comienza con una historia detallada y debe incluir el consumo de bebidas energéticas”. En casos de síndrome de muerte súbita arrítmica, dicen, se debe buscar información sobre el consumo de bebidas energéticas y tal vez incluirla en informes post mortem.

Algunas personas pueden estar predispuestas a problemas cardíacos por las bebidas energéticas debido a factores biológicos subyacentes, indican los autores. “Se necesita más investigación para identificar los factores de susceptibilidad, la cantidad segura de consumo de bebidas energéticas y los mecanismos subyacentes de toxicidad”, concluyen.

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