Inmunidad: ¿cuánto dura, quién la tiene, cómo se obtiene?

Tipo de virus, edad de la persona que se contagia, pueden determinar el nivel de defensas de cada persona frente a un patógeno.


En los últimos días, un tema recurrente ha sido la inmunidad que pueden desarrollar las personas que se han contagiado con el nuevo coronavirus Sars-CoV-2 y la duración que podría tener esta protección ante una segunda exposición al virus.

El sistema inmune es un conjunto de células que están circulando a través de la sangre y en distintos tejidos del cuerpo para mantenernos sanos. Si un patógeno (virus, bacteria, hongo o cualquier otro microorganismo) ingresa al cuerpo, la misión del sistema inmune es detectarlo, atacarlo, destruirlo y eliminarlo, igual que un ejército frente a un enemigo.

Pero eso no es todo, además, este sistema es capaz de generar una memoria inmunológica para que en caso de tener contacto nuevamente con el mismo patógeno, el ejército de células lo reconozca y de manera más rápida y efectiva, logre su control.

Carolina Díaz, inmunóloga de Clínica Las Condes, explica que este sistema de defensa de nuestro organismo, actúa en distintas etapas: primero con una respuesta más general y luego, una más específica según el patógeno que haya ingresado.

Además, tiene un mecanismo de defensa dependiendo si el patógeno está dentro o fuera de la célula. “Cuando está fuera de las células ataca con anticuerpos, como si fueran balas. Si está dentro de la célula, lo hace con soldados. Los virus por definición son organismos intracelulares. Necesitan ingresar a la célula, no para destruirla sino para multiplicarse en ella. Pero hay dos etapas en la que esta fuera de ella: antes de ingresar y cuando sale para infectar otra. Es en esos momentos en que los anticuerpos se vuelven importantes y sobre todo los anticuerpos neutralizantes”, señala la especialista.

Más o menos inmunidad

El nivel de inmunidad que desarrolle una persona frente a un determinado patógeno depende de varios factores: del virus, de la edad del huésped y de su estado general.

Respecto del virus, Díaz que hay algunos virus, que según su composición, son más o menos estimulantes del sistema inmune. Son los llamados “antígenos”: aquellos que tienen proteínas en su superficie (como el SARS-COV-2 y el VRS) contienen más antígenos que aquellos que contienen polisicáridos.

La inmunóloga de Clínica Universidad de los Andes, María Pía Zañartu, indica que la inmunidad frente a cada agente infeccioso, además de las proteínas que contiene en su superficie y la respuesta que puede generar, también depende de si la persona hace o no síntomas. “Si se adquiere un virus, pero la persona es asintomática, la inmunidad que se puede generar es más baja”.

“La edad de la persona que se contagia es también relevante. En la vejez se produce lo que se llama inmunosenescencia. Junto con el envejecimiento corporal, envejece también el sistema inmune y responde peor a microorganismos. Las respuestas que monta el sistema inmune también es más difícil, aunque pueda tener memoria inmune del patógeno”, dice la especialista de Clínica Las Condes.

El caso de los inmunosuprimidos (por enfermedad o medicamentos) tienen sus defensas disminuidas. Si se trata de una persona con una diabetes mal controlada, déficit de vitamina D o de zinc, también tienen complicaciones a la hora de defenderse de un patógeno.

¿Qué es la memoria inmune?

Otro concepto que se ha repetido es el de memoria inmune.

“Cuando una persona se enferma de cualquier cosa, inicialmente viene la primera línea de defensa, o respuesta inmune inespecífica que trata de contener la infección con mecanismos menos específicos, pero intenta la persona no se enferme”, dice Díaz.

Esta primera respuesta, está siempre preparada y es precisamente ella, la que da la alerta para que comience la respuesta inmune específica. “Luego que esa barrera funcionó se empieza a preparar células y anticuerpos que son específicos para ese germen. Después el microorganismo es destruido y se generan células de memoria que estarán listas y preparadas cuando por segunda o tercera vez me encuentre con el virus o la bacteria”, agrega la inmunóloga de Clínica Las Condes.

“Las células del sistema inmune, los linfocitos B, producen anticuerpos que se acaban un tiempo después de terminada la infección. Pero estas células quedan con memoria inmunológica y frente al contacto con el agente infeccioso reacciona”, explica la inmunóloga de la Clínica U. Andes.

Por lo mismo, agrega esta especialista, el llamado que se hace para que las personas que tuvieron Covid-19 donen plasma, es un llamado a quienes están saliendo recién de la enfermedad. Si pasa mucho tiempo entre el término de la enfermedad y la donación, disminuye la cantidad de anticuerpos.

Sarampión e influenza

No todos los virus generan el mismo nivel de inmunidad. Es por esta razón que algunos pueden infectar varias veces a una persona y para otros basta con una o dos dosis de una vacuna para generar inmunidad.

El sarampión y el virus que causa la papera son buenos ejemplos. Las personas que enfermaron con estos virus y aquellas que recibieron todas las dosis de la vacuna no volverán a enfermar. “Se vacuna más de una vez contra el sarampión porque es necesario el refuerzo para que se active y se mantenga la memoria inmunológica”, dice Zañartu.

Diferente es el caso del virus influenza. Este no es estable como el sarampión y varía tanto que es necesario una nueva vacuna cada año. “Si una persona se enferma de influenza y se vacuna, genera anticuerpos y por lo tanto, inmunidad. El problema es que el virus muta tanto, que en un año cambia y la vacuna ya no sirve contra el nuevo”, señala Díaz.

El virus varicela zóster, que causa la conocida peste cristal, es un virus que también permite generar inmunidad. Su material genético se mantiene en los linfonodos (ganglios) y cuando se reduce la defensa del sistema inmune (por estrés, depresión o envejecmiento) vuelve a aparecer causando un doloroso cuadro denominado herpes zoster.

Según Díaz, algo similar ocurre con la bacteria que causa la tuberculosis. Una persona se puede contagiar y no tener síntomas, hasta que bajan las defensas y la bacteria se reactiva.

El VIH es un virus que nunca se logra erradicar el cuerpo e incluso, como hay más de una cepa, una persona se puede contagiar más de una vez con VIH.

Lo que sabemos del Sars-CoV-2

Frente a un virus nuevo como el que causa Covid-19, la información que existe respecto del tipo de inmunidad que se puede generar frente a él no es suficiente. Tampoco, es posible tener una idea aproximada del tiempo que pueda durar.

Hasta ahora se sabe que la gran mayoría de los pacientes es capaz de formar anticuerpos neutralizantes y que éstos son más eficientes en aquellos pacientes que tuvieron una enfermedad leve o moderada. En las personas asintomáticas y aquellos de mayor gravedad, los anticuerpos no son de buena calidad.

Para saber el tiempo que dura la inmunidad falta todavía. Los especialistas dicen que recién el próximo año se podría tener una evaluación al respecto, cuando China cumpla un año de los primeros casos.

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