Observatorio de Cambio Climático: una oportunidad para transformar datos en información

Transformar datos en información requiere controlar y asegurar la calidad de los datos, y luego procesarlos y empaquetarlos como sistemas de alerta o de monitoreo de riesgo.


La creación del Observatorio de Cambio Climático recientemente anunciado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación es una excelente noticia y una gran oportunidad para avanzar en el cierre de brechas de información que, en lo referido al cambio climático, afectan no solo a Chile sino a muchos países del hemisferio sur.

El Ministerio ha definido al Observatorio como “una red que transforma la observación en datos para la ciencia y la toma de decisiones”. El Observatorio parte con el pie derecho contribuyendo a expandir esa “red de observación” a través de la instalación de estaciones meteorológicas en la Antártica, zona en la que, a pesar de que Chile tiene presencia permanente, las mediciones son escasas. Las nuevas estaciones serán instaladas por el Instituto Antártico Chileno y se convertirán en la primera red de estaciones Chilenas en el continente blanco.

Se espera además que el Observatorio actúe más adelante como repositorio de los datos generados en Chile por otras redes existentes. En el país, en la medición de parámetros relevantes para el monitoreo de los cambios en el clima destacan la red de estaciones de la Dirección Meteorológica de Chile, la red de estaciones de monitorio glacial de la Dirección General de Aguas, y la red que opera la Universidad de Santiago midiendo varios parámetros atmosféricos. Al centralizar los datos de diversas redes, el Observatorio promete mejorar el acceso a los mismos tomando la posta del existente “Explorador” de la Universidad de Chile.

Sin embargo, para realmente convertirse en una herramienta de la toma informada de decisiones, el Observatorio deberá contribuir a transformar esos datos en información. Esto significa controlar la calidad de los datos, y luego procesarlos y empaquetarlos asegurando su disponibilidad oportuna tanto para la ciudadanía como para los tomadores de decisión.

El control de calidad de los datos requiere privilegiar calidad más que cantidad. Poco aporta tener muchas mediciones si estas presentan desviaciones. Para asegurar la calidad de los datos se necesita no solo el mantenimiento continuo de los equipos y su calibración periódica, sino también de experticia en su uso. La gobernanza del Observatorio debería por lo tanto integrar a las instituciones a cargo de las mediciones para asegurar una cooperación que vaya más allá de la mera transferencia de datos. A nivel internacional, existen varios ejemplos exitosos de símiles al Observatorio propuesto por el Ministerio. Estos actúan no solo como repositorios sino como instancias de colaboración científica, intercomparación y control de calidad.

Procesar y empaquetar la información es necesario para su uso en forma oportuna. Otra vez, a nivel internacional existen varios ejemplos exitosos en que datos adquiridos en tiempo real se usan para alimentar sistemas de alerta o de monitoreo de riesgo que facilitan la reacción temprana a eventos extremos. En Chile, la Dirección Meteorológica de Chile ha dado pasos firmes en esa dirección con la creación de sistemas de monitoreo de, por ejemplo, olas de calor. El Observatorio podría aportar con iniciativas similares más allá del ámbito estrictamente meteorológico.

La escasez de datos de calidad controlada y la falta de uso de los existentes constituyen brechas de información que inhiben la toma oportuna de decisiones y condicionan la calidad de las políticas públicas. Si el Observatorio de Cambio Climático contribuye a cerrar esas brechas será una gran aporte para adaptarnos al cambio climático y construir una sociedad más resiliente.

* Académico de UdeSantiago

https://twitter.com/Antarcticacl

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