Red Activa

“Cuando el norte pierde el rumbo, el sur tiene la palabra”

En un contexto global marcado por la polarización y el retroceso en derechos, América Latina tiene la oportunidad de trazar su propio camino, con ética situada y voz propia.

Belén Contreras, jefa de Diversidad e Inclusión de CMPC

Durante años, en Chile y en muchos países del sur hemos crecido bajo una premisa tácita pero poderosa: que las respuestas vienen de afuera. Que las mejores prácticas nacen en el norte, que los estándares están en Europa o en Estados Unidos, y que, por lo tanto, basta con mirar hacia arriba para saber hacia dónde ir.

Pero ¿qué ocurre cuando el norte pierde el rumbo?

Hoy vemos a Estados Unidos atravesando una de sus mayores tensiones políticas en décadas, con líderes que han instalado discursos abiertamente misóginos, racistas y excluyentes. Europa enfrenta desafíos migratorios, polarización y amenazas a derechos adquiridos hace tiempo, incluyendo aquellos que protegen la autonomía de las mujeres. En medio de estas crisis, se nos abre una oportunidad. No porque se derrumben otros modelos, sino porque nos obliga por fin a mirar hacia dentro.

Nos toca preguntarnos qué tipo de país queremos, qué espacios laborales estamos formando y desde qué valores estamos sosteniendo la vida en común ¿Queremos seguir copiando recetas que ya no nos representan? ¿O estamos preparados para cimentar nuestras propias convicciones?

No es fácil. Siempre ha sido más cómodo basarnos en lo que ya fue probado. Las frases como “en otro país ya lo hicieron” son parte del día a día. Pero hoy nos encontramos en un escenario donde mirar afuera ya no basta y nos podría hacer retroceder. Y ese vacío no debe paralizarnos. Al contrario: puede ser el inicio de algo propio. De un camino con mirada local, con ética situada, con respeto profundo por nuestra historia y nuestros desafíos.

Desde el sur podemos liderar. Podemos hablar de género sin esperar que otros nos digan qué debemos hacer. Podemos cerrar brechas salariales y fomentar la corresponsabilidad con nuestras propias políticas públicas y decisiones organizacionales. Podemos crear empleos que pongan la dignidad de las personas en el centro, no como un gesto de modernidad, sino como un acto de justicia.

Participar como panelista de la Commission on the status of women (CSW) 69 en New York este marzo fue un recordatorio de eso. Muchas de las conversaciones que allá se dieron, y que alguna vez solo escuchábamos con distancia, hoy son parte de nuestra propia agenda. No vamos detrás. Estamos codo a codo y tenemos la oportunidad de seguir avanzando.

En momentos en que el mundo se da vuelta, necesitamos remirar los compromisos de nuestras instituciones ¿Qué defendemos? ¿Qué no estamos dispuestos a transar? y ¿cómo seguir? La diversidad, equidad e inclusión, ese principio básico que pareciera obvio pero que tantas veces se diluye, es una brújula que no pierde vigencia. Y desde ahí, toca construir futuro.

Porque cuando el norte tambalea, el sur tiene la palabra. Y ya no hay que pedir permiso para usarla.

Belén Contreras Vilchez, jefa de Diversidad e Inclusión CMPC.

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