La cúrcuma puede ser tan efectiva como el omeprazol para aliviar la indigestión, según estudio

Un ingrediente que se esconde en los estantes de muchas cocinas podría convertirse en un nuevo aliado para la salud.

Se trata de la cúrcuma, especia que se caracteriza por su inigualable color anaranjado y un sabor entre picante y amargo. Proviene de la planta Cúrcuma longa y es nativa del suroeste de India. Se suele utilizar para condimentar el arroz, guisos, sopas y otras preparaciones gastronómicas en el sudeste asiático y la India, pero en los últimos años su consumo también se ha extendido a otras naciones.

Si bien se le han atribuido importantes propiedades antiinflamatorias, no se habían puesto a prueba sus efectos comparados con un medicamento convencional. Pero eso acaba de cambiar.

Según un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chulalongkorn (Tailandia), la cúrcuma posee un compuesto natural, llamado curcumina, que es tan eficaz para combatir la indigestión como el omeprazol.

Cabe recordar que el omeprazol es un fármaco que se usa para tratar el exceso de acidez estomacal, de acuerdo a Mayo Clinic. Si bien se utiliza para enfermedades más graves, también es posible recurrir a él durante la indigestión o dispepsia.

Los resultados de la investigación fueron publicados el 11 de septiembre en la revista British Medical Journal.

Según detalla la investigación, los científicos tenían en cuenta que la curcumina se utilizaba en países del sudeste asiático para tratar la dispepsia, sin embargo, aún faltaba poner a prueba el componente.

Los investigadores reunieron a 206 participantes, de los cuales 151 terminaron el estudio. Tenían entre 18 y 70 años y fueron asignados aleatoriamente a distintos grupos: uno recibió curcumina, otro omeprazol y el último tuvo los dos elementos.

El inicio de los ensayos consistió en entregarles los medicamentos asignados a cada participante. Esos medicamentos consistían en 250 miligramos de curcumina o placebo, así como también 20 miligramos de omeprazol o placebo. Los individuos tenían que consumir dos cápsulas grandes cuatro veces al día, y una cápsula pequeña diaria, durante 28 días.

En el caso de que presentaran efectos adversos, los participantes tenían la posibilidad de advertir a los investigadores. En los días 28 y 56 del ensayo se les hizo una evaluación para observar los síntomas que habían expuesto al comienzo, como hinchazón, dolor de estómago, náuseas y sensación de saciedad tras haber comido.

Finalmente los investigadores hallaron que entre los tres grupos no había diferencias significativas por los síntomas. Al día 56, mejoraron positivamente en cada uno de los efectos.

Lo anterior llevó a concluir en la investigación que tanto la curcumina como el omeprazol “tuvieron una eficacia comparable para la dispepsia funcional sin ningún efecto sinérgico evidente”.

Si bien los autores destacan que el estudio destaca por su “su relevancia para la práctica clínica diaria” y que “fue el primer ensayo bien diseñado” que pudo comparar la curcumina con el omeprazol para el tratamiento de la dispepsia, reconocen que también presenta limitaciones. Esto, principalmente por haber tenido un pequeño grupo de participantes y la ausencia de datos de seguimiento.

“Los estudios futuros deberían examinar los beneficios y daños a largo plazo (al menos 6 a 12 meses) de la curcumina en la dispepsia funcional, el uso de curcumina a demanda a largo plazo en la dispepsia funcional y la eficacia de la curcumina en otros trastornos gastrointestinales funcionales”, concluyeron.