Todavía es buscado por la policía: el estremecedor caso del gurú indio que abusó de mujeres y niñas

Todavía es buscado por la policía: el estremecedor caso del gurú indio que abusó de mujeres y niñas. Foto: Swami Prakashanand Saraswati.

A pesar de que fue admirado por décadas como el líder de un grupo espiritual con discípulos por todo el mundo, una serie de casos de abuso sexual a mujeres y menores de edad llevaron a que fuese sentenciado a más de 200 años de cárcel. Aún así, escapó de la justicia con el apoyo de sus seguidores más fieles, quienes eran conscientes de los testimonios de las víctimas. “Me dijo que era una prueba y que si yo no la superaba, iría al infierno”, declaró una de ellas.


Ha transcurrido más de una década desde que un tribunal de Austin, capital del estado de Texas, declaró culpable al falso líder espiritual Swami Prakashanand Saraswati por una serie de delitos sexuales en contra de mujeres y menores de edad.

A pesar de que las autoridades le asignaron una condena de 208 años de prisión efectiva, el gurú indio no ha pasado ninguno de esos días en la cárcel.

Más bien, los investigadores presumen que se escondió en México poco antes de que se emitiera su sentencia, para luego conseguir un pasaporte falso con el apoyo de sus discípulos y volver a su país natal en Asia del Sur, en donde se habría escondido para no enfrentar la pena.

Y es que precisamente, Prakashanand Saraswati contaba con una extensa base de seguidores alrededor del mundo, quienes se organizaban en centros de India, Inglaterra, Irlanda, Singapur, Nueva Zelanda y Australia, además de Estados Unidos, para seguir sus supuestos consejos espirituales.

Practicaban la meditación, plantaban árboles y reflexionaban sobre su conexión con la naturaleza, para así buscar un estado de conciencia que solo él había alcanzado.

Durante décadas, aquello no despertó mayores sospechas. De hecho, muchos de sus admiradores gozaban de escuchar sus historias y quienes no tenían la oportunidad de verlo en persona, compraban libros de su autoría como La filosofía del amor divino (International Society of Divine Love, 2000).

Pero todo — o casi todo— empezó a venirse abajo, después de que se conocieran varios testimonios de mujeres en su contra. A ello se le sumó que posteriormente los peritos descubrieron que la mayoría de sus relatos eran falsos.

Hoy sigue siendo buscado por el FBI, la Interpol y la policía de India. Y en caso de seguir vivo, tendría 94 años.

¿Quién es o era realmente Swami Prakashanand Saraswati?

Búsqueda de Swami Prakashanand Saraswati. Foto: U.S. Marshals.

El estremecedor caso del gurú indio que abusó de mujeres y niñas

Se sabe que nació el 15 de enero de 1929 en Ayodhya, ciudad de la India ubicada a orillas del río sagrado de Sarayu. No hay muchos registros verídicos sobre sus primeros años de vida y lo que vino después fue relatado por él mismo, aunque con una serie de mentiras asociadas que hacen que su verdadera historia sea difícil de descifrar.

Según contó, a sus 21 años se dedicó de lleno a seguir un camino espiritual y su nivel de conciencia era tan alto que le ofrecieron ser el líder de un monasterio, propuesta que habría rechazado, para luego irse a meditar por 20 años en el Himalaya y algunos bosques alejados de la sociedad.

Informaciones reunidas por Infobae detallan que esto último fue desacreditado cuando la policía investigó su caso a raíz de las múltiples denuncias de abuso sexual. Más bien, se comprobó que en esa época —que abarcó desde 1952 a 1972— se relacionó con comunidades Hare Krishna a mediados de la década del 60.

Junto con ello, Prakashanand Saraswati aseguró que en 1972 se mudó a Vrindavan y posteriormente a Varshana, mientras continuaba con sus supuestas labores espirituales.

Por ese periodo se dio cuenta de que numerosos turistas europeos y estadounidenses se sentían atraídos por las corrientes religiosas y la cultura de la India, por lo que en 1975 fundó la Sociedad Internacional del Amor Divino para atraer a los extranjeros con sus “enseñanzas”.

Tres años después, en 1978, consiguió salir del país para fundar un monasterio en Nueva Zelanda. Y su popularidad fue tan explosiva que ya en 1980, replicó la movida en las afueras de Austin, Texas, Estados Unidos.

Swami Prakashanand Saraswati junto a un grupo de seguidores. Foto: Joe Kelly.

Ahí recibió desde visitantes esporádicos que iban a meditar y escuchar sus relatos un par de veces al año hasta cerca de 60 residentes permanentes, dedicados a tiempo completo a seguir a su líder.

También, fue ahí donde protagonizó los crímenes por los que más adelante fue considerado culpable, aunque los casos salieron a la luz casi 30 años después.

“Me dijo que era una prueba y que si no la superaba, iría al infierno”

Todo transcurría con aparente normalidad en el áshram de Austin en abril de 2008, hasta que una ex seguidora de Prakashanand Saraswati que había vivido en el monasterio hasta mediados de los 90 denunció al gurú por abuso sexual.

De un momento a otro, la sede dejó de ser vista como un espacio de meditación y atrajo en masa las miradas externas.

Los meses siguientes no quedaron exentos, ya que cinco mujeres más denunciaron haber sido víctimas del predicador. A ello se le sumaron casos en que los ataques fueron cuando eran menores de edad. Algunos, incluso frente a sus padres.

Contratapa de un libro de Swami Prakashanand Saraswati. Foto: Swami Prakashanand Saraswati.

El portavoz del monasterio de Estados Unidos, Peter Spiegel, realizó una conferencia de prensa en la que negó las acusaciones contra Prakashanand Saraswati y en la que aseguró que se trataba de “un completo invento” para dañar su honra y la imagen del movimiento.

En palabras suyas: “Nunca lo he visto hacer nada remotamente relacionado con estas falsas afirmaciones. Siempre está rodeado de varias personas. Nunca he escuchado a nadie hacer ningún reclamo de incorrección sexual”.

Frente a este escenario, las hasta ese minuto presuntas víctimas detallaron cómo fueron los episodios.

Contaron que abusaba de mujeres y niñas reiteradamente, y que hubo momentos en que los subordinados más cercanos a Prakashanand Saraswati les pidieron derechamente que fueran a su habitación personal por la noche.

“Tienes que ir con la mente abierta, será como estar con tu marido. Cortate las uñas, bañate bien y no lleves joyas”, citó una.

La mayoría de las víctimas que hablaron con la prensa lo hicieron bajo anonimato —para resguardar su seguridad— , pero una de ellas llamada Kate Tonnessen lo hizo de manera abierta para revelar cómo era su forma de operar.

Swami Prakashanand Saraswati. Foto: Swami Prakashanand Saraswati.

“He perdido mi vida y mi historia. Utilizó su posición de confianza para aprovecharse de nosotras. Él empezó a manosearme cuando yo tenía 12 años. Yo sentía que estaba mal. Ese fue mi primer beso con un hombre. La primera vez que alguien me tocó los pechos fue Prakashanand. Cuando le conté a un adulto acerca de estos incidentes, me dijo que el manoseo tenía un propósito más elevado. Me dijo que era una prueba y que si yo no la superaba, iría al infierno. A otras niñas se les decía que esto era la gracia del gurú”.

Por su parte, tras la explosión del caso, el indio compartió un comunicado en el que negó la veracidad de las denuncias y criticó a la prensa local —particularmente al diario American-Statesman— por dar espacio a los relatos de sus ex seguidoras.

Solo un día después de que el mencionado periódico publicara un reportaje sobre el tema tras las múltiples denuncias, la policía detuvo a Prakashanand Saraswati.

Aún así, su estadía en el calabozo solo duró un par de horas, ya que Spiegel era un empresario con gran poder económico y puso 11 millones de dólares sobre la mesa para pagar su fianza.

Como medida preventiva para evitar su escape, las autoridades retuvieron su pasaporte y le ordenaron mantenerse alejado del templo ubicado en las afueras de Austin.

Tales acciones no fueron suficientes para retener al gurú.

Swami Prakashanand Saraswati. Foto: America's Most Wanted

El escape de Prakashanand Saraswati

El 7 de marzo de 2011 se realizó el juicio contra Prakashanand Saraswati, pero solo su abogado llegó a la instancia y argumentó que el guía espiritual se ausentó por problemas de salud. Aunque en realidad, aquello no era cierto: se había escapado la noche anterior para evitar ser arrestado nuevamente.

Un mes después, el 22 de abril de ese año, se le declaró culpable y se le impuso una condena de 208 años de prisión efectiva, de los cuales no ha pasado ninguno tras las rejas.

La principal teoría de los investigadores es que cruzó la frontera con México para esconderse ahí unos meses, pero que con el temor de ser hallado, consiguió un pasaporte falso para tomar un vuelo en dirección a la India, en noviembre de 2011.

Prakashanand Saraswati —quien tendría 94 años en caso de estar vivo— todavía es buscado por las policías y no se conoce su paradero a más de 12 años de la sentencia.

Lo único seguro es que fue declarado culpable por los abusos hacia mujeres y menores de edad, y que fue ayudado por sus discípulos más fieles, a pesar del proceso judicial y las declaraciones de las víctimas.

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