Matthew Belloni, exeditor de The Hollywood Reporter: “No veo a la Academia quitándole el Oscar a Will Smith. Weinstein y Polanski aún tienen los suyos”

El momento que marcó los Oscar de este año. Foto: AP Photo/Chris Pizzello, File

Una de las voces especializadas en EE.UU. para tratar el tema de los Oscar dice a Culto que el intérprete no perderá su estatuilla y estima que en la decisión de no expulsarlo de la ceremonia fue factor que es “uno de los hombres negros más famosos del mundo”. “En Hollywood la rendición de cuentas es muy difícil de lograr porque a los poderosos no les gusta ceder ese poder”, opina.


La memoria puede haberse visto alterada luego del episodio que ocurrió el domingo pasado cerca de las 23.30 hrs. de Chile, pero tras el momento más comentado de los últimos Oscar vinieron hitos importantes: se realizó el tradicional In Memoriam, en especial dedicatoria a los fallecidos actores Sidney Poitier y Betty White y el director Ivan Reitman; hubo un breve homenaje a los 50 años de El Padrino –con la presencia de Francis Ford Coppola, Al Pacino y Robert De Niro–; la neozelandesa Jane Campion (El poder del perro) se convirtió en la tercera mujer en llevarse el premio a Mejor dirección, y CODA se transformó en la primera cinta respaldada por una plataforma de streaming (Apple TV+) en alzar el reconocimiento a Mejor película.

Todo quedó fuera de lugar tras la bofetada que Will Smith le propinó a Chris Rock, su respuesta al chiste de este en contra de su pareja, la actriz Jada Pinkett Smith, mientras el comediante presentaba el galardón a Mejor largometraje documental. La 94° edición de los Premios de la Academia será recordada por esos segundos de violencia (coronados por el “mantén el nombre de mi esposa fuera de tu maldita boca”, que gritó dos veces desde su asiento y despejó cualquier duda respecto a si todo se trataba de una broma o no) y luego por todo lo otro.

Tardíamente, la estrella de En busca de la felicidad (2006) reconoció el desastre provocado, primero en una declaración del lunes, en que se disculpaba con Rock –lo que no hizo al agradecer su distinción a Mejor actor–, y luego este viernes a través de su carta de renuncia voluntaria al organismo que entrega los Oscar.

Foto: Patrick T. FALLON / AFP

“Traicioné la confianza de la Academia. Privé a otros nominados y ganadores de la oportunidad de celebrar y ser celebrados por su extraordinario trabajo. Tengo el corazón partido”, explicó. Acto seguido, la entidad aceptó su salida, pero anunció que continuará con el proceso disciplinario en su contra y confirmó que el 18 de este mes se realizará una reunión en que la Junta de Gobernadores podría resolver nuevas sanciones.

Matthew Belloni, exdirector editorial de la revista y sitio web The Hollywood Reporter (2017-2020), estaba en el Teatro Dolby en la gala de los Oscar de hace una semana. Observó de primera mano la agresión de Smith y ha seguido el caso para el portal online Puck indagando entre las más altas esferas de la industria cinematográfica.

En diálogo con Culto, se suma a lo que sostienen buena parte de los análisis surgidos tras el manotazo: si la comparación es con otras figuras que han recibido penas en la justicia, el intérprete de Ali (2001) no perderá su estatuilla, la primera de su carrera. “No veo a la Academia revocando su Oscar. Harvey Weinstein y Roman Polanski todavía tienen los suyos”, indica a este medio.

Aunque los máximos premios de Estados Unidos han sido testigos de otros momentos bochornosos –fuera de transmisión, en la edición de 1973 John Wayne intentó agredir a la activista Sacheen Littlefeather, quien dio un discurso en nombre de Marlon Brando; o más recientemente, el garrafal error al revelar la ganadora a Mejor película en 2017–, no hay antecedentes en la ceremonia de una agresión como la que protagonizó Will Smith: en vivo para todo el mundo, autoría de uno de los actores más respetados y populares del orbe en contra de uno de los comediantes más celebrados del circuito.

El matrimonio Smith. Foto: AP Photo/Chris Pizzello, File

En medio de un evento que festejaba regresar a su domicilio habitual –el Teatro Dolby– por primera vez desde antes del inicio de la pandemia, y ante una industria que supuestamente condena todo hecho de violencia (es el cambio que impulsó el MeToo a partir de 2017), el suceso se tornó más desconcertante. Y que el agresor subiera a recibir el galardón y obtuviera una ovación sólo lo empeoró.

En Hollywood la rendición de cuentas por la conducta es muy difícil de lograr porque a los poderosos no les gusta ceder ese poder. Y se construyen fosos enteros alrededor de personas poderosas para evitar la rendición de cuentas”, señala Belloni sobre un problema que trasciende el arrebato del intérprete de Rey Richard: Una familia ganadora.

Las versiones que han circulado en torno a por qué no se decidió expulsarlo antes de que alzara su distinción han sido contradictorias. La Academia aseguró el miércoles que “se le pidió al Sr. Smith que abandonara la ceremonia y se negó”, pero los reportes de los medios estadounidenses indican que la instrucción de David Rubin, el presidente del organismo, y Dawn Hudson, directora ejecutiva, fue entregada a la publicista del actor y no a él directamente. En tanto, Will Packer, productor de la cita, afirmó que fue Chris Rock quien, además de elegir no presentar cargos ante la policía, se opuso al desalojo de su colega y que él buscó hacer prevalecer ese deseo.

Ya sea por mala comunicación, escasez de tiempo o pésimo manejo de crisis, Belloni advierte un elemento clave en esas conversaciones a contrarreloj: “Creo que la raza fue un factor aquí, como ocurre con la mayoría de las controversias en Estados Unidos. La Academia es muy sensible con respecto a la raza, y no pasó desapercibido para nadie que Smith es uno de los hombres negros más famosos del mundo”. De hecho, en su columna para el medio Puck sostuvo que si la bofetada la hubieran realizado Javier Bardem o Jesse Plemons –menos célebres pero también nominados y junto a sus esposas actrices en el mismo lugar– “habrían sido sacados de allí en la primera pausa comercial”.

El actor tras la bofetada. Foto: Robyn Beck / AFP

Independiente del callejón sin salida al que parecían enfrentarse aquellos que encabezan la entidad, ¿cabe la posibilidad de que también puedan sufrir consecuencias por la forma en que manejaron todo? “Creo que se cuestionará a los líderes sobre su papel en lo que sucedió. Pero no creo que haya sanciones, como con Smith. Primero, Hudson ya ha anunciado que se va, y Rubin ha terminado (enfrenta su último periodo a cargo). La Academia está molesta porque Packer ha hablado públicamente en el programa Good Morning America, pero no creo que lo disciplinen. Les resultaría difícil conseguir otro productor para el show si hicieran eso”, opina el especialista.

En lo inmediato, la renuncia voluntaria del actor sólo implica que no podrá votar en las próximas ediciones de los Oscar, pero no lo priva de ser nominado o de que hipotéticamente pueda obtener otro reconocimiento –aunque su imagen esté deteriorada–. Por eso, uno de los puntos a definir por la institución es si quedará fuera de competencia por sus futuras interpretaciones, entre ellas, el drama Emancipation, su primer rol en una historia que aborda la esclavitud, tema que había eludido hasta ahora en su carrera.

Belloni señala que haber abandonado el grupo de manera voluntaria fue un movimiento inteligente –no queda igual de expuesto que Weinstein, Polanski o Bill Cosby, echados mediante decreto– pero que podría moverse en otras direcciones para hacerse cargo de su acto. “Disculparse en cámara. Llamar a Chris (Rock) y disculparse en persona con él. Donar a organizaciones benéficas contra la violencia. Crear conciencia. Mostrar verdadero arrepentimiento”, plantea.

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