Muere Olivia Newton-John, estrella de Grease y símbolo de los años 70
La cantante tenía cáncer de mama. Murió a los 73 años. Su carrera se caracterizó por su estilo camaleónico, partiendo en el country, derivando al pop y triunfando en la balada.
Fue un referente generacional. Icono de una época. Toda una historia que ha llegado a su fin: Olivia Newton-John, la estrella de Grease, la mujer de voz de terciopelo, la baladista de ojos encantadores, murió a los 73 años, como consecuencia de un cáncer de mama que arrastraba desde hace décadas. De hecho, se había convertido en símbolo de la lucha contra aquella enfermedad.
Así informó su deceso un comunicado publicado en su Insatgram: “Olivia Newton-John falleció pacíficamente en su rancho en el sur de California esta mañana, rodeada de familiares y amigos. Les pedimos a todos que respeten la privacidad de la familia durante este momento tan difícil. Olivia ha sido un símbolo de triunfos y esperanza durante más de 30 años compartiendo su viaje con el cáncer de mama”, escribió su esposo, John Easterling . “Su inspiración curativa y su experiencia pionera con la medicina vegetal continúan con el Fondo de la Fundación Olivia Newton-John, dedicado a la investigación de la medicina vegetal y el cáncer”.
Su vida artística estuvo marcada por la elasticidad interpretativa y una amplia capacidad de adaptarse a los tiempos. Un talento algo camaleónico que también se vinculó a su propio destino personal: nieta del premio Nobel de Física Max Born, e hija del galés Brinley Newton John y de la judía alemana Irene Helene, a los cinco años debió mudarse a Australia, debido al trabajo de su padre, como profesor en la universidad de Melbourne. Ella mismo estudió en ese lugar, la ciudad donde transcurrió gran parte de su infancia y adolescencia.
Cuando, de hecho, estaba en el instituto, comienza su pasión por la música: admiraba el pop de los 60 y sobre todo los grupos vocales que habían animado ese decenio, todos con gargantas plácidas y un manejo casi celestial de los coros. Con 17 años ganó un concurso de talentos en la televisión australiana y a los 18 grabó su primer sencillo.
De esa forma, saltó de inmediato a la escena musical, aunque sus inicios no están necesariamente vinculados al pop, la balada u otras variantes que la inmortalizaron en el cancionero universal: ella partió en el country, la música de vaqueros de moda en Estados Unidos desde la segunda mitad del siglo XX. Fue, en parte, una decisión que apuntaba a tener éxito en el mercado norteamericano.
If not for you su primer título -nombre de una canción de Bob Dylan que también grabó George Harrison-, llegó a EE.UU. y consiguió tres sencillos. Dos años después presentó su segunda entrega, Let me be there, donde ya asomaban baladas de toque country como Take me home country roads.
En 1974 representó al Reino Unido en el Festival de Eurovisión que se celebró en la ciudad inglesa de Brighton. Interpretó el tema Long Live Love y quedó en la cuarta posición resultando como ganadores los suecos ABBA (con Waterloo, todo un símbolo de quienes dominarían el pop setentero) y en segunda posición Gigliola Cinquetti. En ese año su tercer álbum, If You Love Me, Let Me Know, llegó a las primeras posiciones de la lista de álbumes, y una balada disco, I Honestly Love You, se afianzó en el primer lugar del Billboard estadounidense.
En 1975 se fue a vivir a los Estados Unidos, donde alcanzó pronto fama como cantante de música pop y también de música country. Ese año fue clave y rotundo para su carrera: en plena tierra de hegemonía country, demostró que podía ganarse un lugar entre tipos con botas puntiagudas y modos testosterónicos.
Eso precipitó el salto que cambiaría para siempre su carrera: fue llamada para protagonizar la cinta Grease, basada en el musical homónimo de 1972 creado por Jim Jacobs y Warren Casey.
El filme narra la historia de amor entre rebelde Danny Zuko (John Travolta) y la inocente Sandy Olsson (Olivia Newton-John). Ambos se conocen durante el verano y al despedirse ninguno de los dos piensa en que se van a ver de nuevo, pero se equivocan: cuando ella decide matricularse en el mismo instituto que su amiga Frenchy (Didi Conn) lo último que esperaba era convertirse en compañera de Danny, el colíder rebelde de los “T-Birds”. De ahí, el resto es historia (y música y baile).
Fue su impulso para catapultarse como referente de toda una época, pese a que nunca estuvo muy convencida del papel: creía que con 28 años no podía encarnar a una estudiante. “Le agradeceré todo el resto de mi existencia a Grease. No puedo más que estar agradecida”, decía ya adulta, en el nuevo siglo, con respecto al filme que marcó un cisma en su trayectoria.
“Las canciones de Grease siguen siendo un éxito gigante. Esa película siempre tendrá un gran lugar en mi corazón. Estoy muy orgullosa de haber sido parte de algo que ha entretenido a tantas generaciones”, contaba la artista a La Tercera en 2017, en la previa de su paso por el Festival de Viña de ese mismo año, la última vez que estuvo por el país.
En ese 1978, la artista se convirtió en la segunda mujer -después de Linda Ronstadt- en tener dos singles (Hopelessly Devoted to You y Summer Nights) en el top 5 de Billboard de forma simultánea.
La resaca del éxito
Pero su éxito con Grease fue tan atronador que generó el efecto autogol. Un monstruo difícil de domesticar y manejar. Suele pasar en la industria del espectáculo: cualquier cosa que se hace después nunca replica el suceso de lo anterior. Grease, con su banda sonora inolvidable, eclipsó cualquier intentona futura de alcanzar de nuevo la gloria en el cine.
Fue el caso del filme Xanadu, de impacto moderado. La película fue protagonizada por la propia Newton-John, Michael Beck y Gene Kelly entre otros y las canciones de la banda sonora original están a cargo de ella, Electric Light Orchestra (ELO), y el ídolo-pop del Reino Unido Cliff Richard, entre otros.
Eso sí, el éxito Xanadu -junto a los propios ELO- fue un hit y trepó en gran parte de los rankings de moda del planeta completo.
Y habías más. Demostrando que podía ser mucho más que un fenómeno de temporada -logro que en todo caso ya había conseguido hace rato-, hacia los 80 entrega una nueva imagen, quizás más sudorosa, más sexy, más videogénica, acorde al MTV que recién nacía. Ya muy lejos de la chica cándida y temerosa de un par de años antes.
El sencillo y álbum Physical -el más exitoso de su carrera- marcó el vuelco, con un video inolvidable donde se resaltaba el culto a los gimnasios, el físico, la piel, el sexo y la imagen: Olivia ingresaba por la puerta ancha a los años 80.
A partir de ahí, su carrera adquiría un camino más irregular, propio de las estrellas solista de los 70 y los 80, a quienes les costó adaptarse a los nuevos tiempos dominados en un principio por el pop electrónico o el hip hop, más tarde por el grunge y el brit pop.
De hecho, Newton-John volvió a formar equipo con Travolta en 1983 para Two of a Kind , que fracasó comercial y en cuanto a la crítica.
Después de una pausa de casi tres años tras el nacimiento de su hija Chloe en enero de 1986, reanudó su carrera discográfica con el álbum de 1988, The Rumor . El álbum fue promocionado por un especial de HBO, Olivia Down Under , y su primer sencillo, la canción principal, fue escrita y producida por Elton John
El cáncer transformó su trayectoria
Olivia estaba preparada para otro regreso en 1992, cuando lanzó su tercera colección de éxitos, Back to Basics: The Essential Collection 1971–1992 , y planeó su primera gira en una década. Poco después del lanzamiento del álbum, fue diagnosticada con cáncer de mama, lo que la obligó a cancelar toda la publicidad del álbum, incluida la gira (Newton-John recibió su diagnóstico el mismo fin de semana que murió su padre).
Logró recuperarse y luego se convirtió en defensora de la investigación del cáncer de mama y otros problemas de salud. Fue portavoz del producto Liv-Kit, un producto de autoexamen de mamas, por ejemplo.
El diagnóstico de cáncer también afectó el tipo de música que grabó. En 1994, lanzó Gaia: One Woman’s Journey , donde narró su experiencia. Gran parte de la música que vino después estuvo marcada por su condición.
En 2008, recaudó fondos para ayudar a construir el Centro de Bienestar y Cáncer Olivia Newton-John en Melbourne, Australia. Dirigió una caminata de tres semanas y 228 kilómetros a lo largo de la Gran Muralla China en abril, a la que se unieron varias celebridades y sobrevivientes de cáncer a lo largo de su viaje. La caminata simbolizó los pasos que los pacientes con cáncer deben seguir en su camino hacia la recuperación.
Pese a su enfermedad, se mantuvo activa en el nuevo siglo con lanzamientos, giras y shows, dando sin problemas una tanda de espectáculos de 2010 a 2017. De hecho, estuvo en Chile en ese mismo 2010 en el Movistar Arena, para luego retornar en 2016 al lugar y en 2017 al Festival de Viña, donde alzó todos los premios.
Fueron también muchas las veces en que se volvió a juntar con John Travolta; la última de ellas en diciembre de 2019, cuando se reunió para los eventos de canto en vivo Meet ‘n’ Grease en Tampa, West Palm Beach y Jacksonville.
En enero de 2021, lanzó un nuevo sencillo, Window in the Wall, un dueto sobre la unidad que grabó con su hija Chloe Lattanzi. El video musical de la canción alcanzó el puesto número 1 en la lista de videos musicales pop de iTunes la semana de su lanzamiento.
Fue el canto final de una estrella irrepetible.
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