Muere Pharoah Sanders, leyenda del jazz

Tenía 81 años, una carrera versátil donde incluso se le comparaba con John Coltrane y un último trabajo de 2021 catalogado entre lo mejor de esa temporada.


El jazz mundial está de luto. Una de sus leyendas y sus nombres más versátiles, el saxofonista Pharoah sanders, falleció este sábado a los 81 años, según informó su discográfica.

“Estamos desconsolados de compartir que ha fallecido Pharoah Sanders. Murió en paz rodeado de su familia y amigos en Los Ángeles”, dijo la discográfica Luaka Bop en un comunicado.

Nacido como Farrell Sanders el 13 de octubre de 1940 en Little Rock, Arkansas, el músico cultivó durante toda su carrera un perfil particular: empujó los límites del free jazz y lo llevó hacia otros acentos rítmicos, a menudo añadiendo otros lenguajes, como las percusiones africanas.

En su forma de interpretar, Sanders prácticamente atacaba su saxofón soplando fuertemente en la boquilla.

Sanders, un discípulo de John Coltrane, quien tocó solos agresivos en el clásico álbum Live in Japan del maestro de jazz al final de su carrera, a menudo fue visto como una especie de sucesor de la leyenda después de la repentina muerte de Coltrane en 1967. Eso sí, nunca lacanzó su fama ni su mismo grado de influencia, quizás como una opción personal.

Con solos que iban desde chillidos y graznidos hasta sedosos y melódicos, Sanders fue descrito como el padrino del jazz espiritual o incluso cósmico, aunque al instrumentista nunca le gustaron en demasía las etiquetas.

Sus trabajos más conocidos incluyen “The Creator Has a Master Plan”, una pista de casi 33 minutos de su álbum Karma, en la que Sanders viaja por diversos estados, desde acentos casi demoniacos hasta planos donde alcanza niveles que parecen celestiales.

Aunque en los tiempos recientes su carrera pareció entrar en pausa, en 2021 publicó Promises, un álbum grabado junto al productor de música electrónica Sam Shepherd (Floating Points), de entonces 35 años. Aquel disco, basado en el diálogo entre el saxofón de Sanders y un lecho de música de cuerda que aportó la London Symphony Orchestra, ha sido uno de los más aclamados de los últimos años entre el público y la crítica del jazz.

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