Andrés Calamaro: “Estoy en desacuerdo con casi todo lo que digo”

Ad portas de su reencuentro con el público chileno, el fundamental músico argentino repasa con Culto su presente y mira hacia el pasado. Celebra la posibilidad de colaborar con Mon Laferte en su reciente álbum de reversiones Dios los cría, dice que nunca se ha obsesionado con el éxito radial y que no vio el capítulo de la serie Bios dedicado a su vida.


Basta una mención al país para gatillar en Andrés Calamaro (61) recuerdos muy animados. Desde las tardes en Bellavista, haciendo de productor musical para el álbum Un día muy especial de Upa!, hasta sus apariciones al frente de Los Rodríguez en los estelares televisivos de las noches noventeras. “Viajo a Chile desde extremadamente joven porque tengo familia allá -cuenta el músico vía correo-. Estuve de gira con Charly García en los ochenta, fui a grabar con Hernán Rojas y Upa a finales de los ochentas, fuimos con Los Rodríguez y ahora celebramos recitales importantes. Ahora volvemos al Arena que es un venue extraordinario y muy importante”.

Precisamente, el próximo 6 de noviembre en el Movistar Arena es el reencuentro del músico con la audiencia chilena, tras su última visita de 2019, ocho días antes de ocurrir el estallido social. En esta oportunidad, el argentino muestra parte de su más reciente álbum Dios los cría, en que reversiona temas de su discografía (como Flaca, Estadio Azteca, Para no olvidar, entre otros) junto a otros artistas.

La selección del material para el largaduración se realizó junto a Carlos Narea, el afamado productor musical chileno de largo recorrido en España. “No es algo que se puede decidir completamente, lo hicimos de a poco y bajo la dirección de Carlos Narea -dice Calamaro-. Contaba en el concepto de Carlos, en el sonido de Angel Martos y en el arreglo de Germán Wiedemer. Un disco es una labor conjunta, en particular un disco de esta naturaleza coral. Mi gratitud es completa y permanente. Me han honrado con cada verso”.

Entre las invitadas estuvo la chilena -y recién casada- Mon Laferte quien luce una interpretación soberbia para Tantas Veces, arreglada para la ocasión como un sugerente bolero; un género que para la viñamarina no es desconocido y por ello se acomodó a plenitud. “Mon es una artista musical muy importante, brilla en el escenario, irradia luz interior que escucha y se ve -asegura Calamaro-. Grabamos Tantas Veces y luego filmamos unas escenas de video donde alumbra cada vez que aparece en pantalla, es un tesoro. Verla como crece en el escenario es único, una maestría envidiable”.

De alguna manera, el álbum celebra una carrera extensa en que el argentino ha consolidado un cancionero a nivel latino, con hits que van de Mil Horas, pasando por Flaca a Te quiero igual. Cuando se le pregunta si en algún momento de su carrera se obsesionó con encontrar la clave para una canción exitosa, simplemente opta por la derivada. “No tengo secretos o no quiero revelarlos -dice-. También soy experto en escribir fracasos comerciales y me gustan; el éxito radial no es algo que me obsesione. Busco las buenas sensaciones en el escenario y en el estudio, gustarme. Supongo que si hago música que a mí me guste, entonces va a gustar a más personas. Confieso que he vivido en el límite entre el rock y la música profana, abrazo los éxitos populares porque me han permitido durar en este oficio y hermanarme con mi gente”.

El músico es aún más críptico al abordar su método de escribir canciones y cuánto ha cambiado a lo largo de los años. Prefiere destacar su actualidad en la carretera, aunque de todas formas desliza que ahí donde se presenta la chance, podría escribir algo. “Grabo según el soporte de grabaciones que esté usando, dependo de las herramientas. Si solo tengo un lapicero entonces escribo versos”, pero acota: “Ahora estoy volcado en la interpretación, en el oficio de cantor de gira, descomponiendo las canciones en tiempo real”.

Honestidad extra brutal

Calamaro cuenta que ha estado atento a lo que suena en nuestros días. Al igual que en Chile, en Argentina ha crecido una bullente escena de música urbana que hoy por hoy acapara el interés de los medios y el público. Más aún, con varios de sus exponentes, como Lit Killah, Dillom, YSY A y Bizarrap, que han agendado presentaciones en el país en los próximos meses, en el marco de eventos como Lollapalooza y Creamfields. “Me gustan los derivados del hip hop, claro. Mi héroe contemporáneo es Dillom, llamado a ser el nuevo mesías del pop, una nueva definición de rock y rap. Acompaño el éxito del género urbano con humildad y alegría”.

En estos días, hay más novedades. A tono con la manera en que la industria empaqueta las reediciones, llega a las plataformas la edición Extra Brut del álbum Honestidad Brutal (1999), uno de los momentos cumbres de su carrera y del rock latino, en que Calamaro trabajó junto al productor neoyorquino Joe Blaney, el mismo que había estado tras la perillas en Alta Suciedad (1997), y por cierto, también estuvo al frente de las sesiones de Fome (1997), de Los Tres. “Blaney es un genio y una dulce persona, un ingeniero/productor esplendido y conocedor musical -lo perfila Calamaro-. Es un honor haber compartido discos completos y estaría encantado en volver a grabar juntos. Nos escribimos con frecuencia y nos vemos siempre que estoy de viaje en New York”.

Además de sus 37 temas originales (que correspondían a los 37 años que tenía el músico al grabarlo), Honestidad Brutal extra brut incluye tomas alternativas y mezclas inéditas, además de 17 canciones no escuchadas previamente. También hay un par de versiones; I shot the sheriff, original de Bob Marley, y Seven Days, de Bob Dylan, registrada en 1999, cuando el argentino fue invitado a abrir los shows del bardo de Minnesota en España. “Fue una labor de un año y medio escuchando y eligiendo. Decantando como el vino, con oxígeno y paladar”, explica el músico respecto al proceso de selección de material.

Por ahora, lo suyo es concentrarse en la música y descarta de plano escribir alguna autobiografía a la manera de otros músicos, como Fito Páez o Elton John. “Publiqué un libro llamado Paracaídas y Vueltas que consta como ‘diarios íntimos apócrifos’ -dice-. Dudo que escriba mi vida porque tengo mas de olvidos que de memorias. Literal”.

Lo más cercano a una revisión extensiva del pasado, es el capítulo dedicado a su vida en la serie documental Bios (que antes ha recorrido las carreras de Charly García, Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta, entre otros), estrenado en 2020 y que está disponible en la plataforma Star +. Aunque el músico acota: “No lo he visto, prefiero abstenerme de leer biografías o de verme filmado, ni me encanta verme en la pantalla, estoy en desacuerdo con casi todo lo que digo. Pero me consta que fue una labor profesional y dedicada, formamos parte de la producción y el capítulo está nominado a los Emmy International Awards. Mi agradecimiento, y enhorabuena, a todos los que lo hicieron posible”.

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