De “es una lista de amigos del gobierno” a “hay terror a que Isabel Allende nos represente”: la polémica por los invitados a la Feria del Libro de Buenos Aires

Alberto Fuguet, Isabel Allende y Elicura Chihuailaf. El primero y el tercero son parte de los nombres que irán a la FILBA 2023, en el stand de Santiago.

Este martes se dieron a conocer los nombres de las autoras y autores que participarán en el stand de Santiago como ciudad invitada en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA). Acá una síntesis de cómo se hizo la selección, quiénes declinaron ir, y sobre todo, las posturas contrapuestas de quienes opinan que es una muestra diversa y representativa, mientras que otros advierten que es muy homogénea.


Fue este martes 7 de marzo, en una reunión a primera hora, en que la subsecretaria de las Culturas, Andrea Gutiérrez, le comunicó a los gremios del libro cuáles serían los nombres de las y los autores que participarán en las actividades del stand de Santiago en la próxima Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA), ya que la capital es la ciudad invitada de honor en el evento.

Los nombres son básicamente varios de los que ya se habían adelantado, y suman cerca de 60 autoras y autores, agrupados en torno a diferentes ejes temáticos que desarrollarán en las actividades del stand. Esos Ejes temáticos fueron desarrollados en el Relato Curatorial, realizado por el poeta Guido Arroyo.

Ahí aparece el Santiago que se fue (“Una sucesión de proyectos inacabados, de los que aún hay huellas, se logra visualizar en la ciudad”); Santiago champurria (“Una historia marcada por ocupaciones cruzadas, por despojos, por el desprecio del origen mestizo, una doble identidad”); El Santiago del estallido (” En los muros también se materializó el descontento, las calles cambiaron de sentido, de nombres y fueron resignificadas, y esa plaza central, de Santiago y de Chile, cambió de nombre, Plaza Dignidad”); El Santiago periférico (“Santiago, suele operar como un péndulo donde la periferia y el centro van y vienen entre sí”); La modernización de Santiago (“El nuevo modelo dejó inscritas sus huellas en la urbe, y muchos escritores narraron lo sucedido desde distintas ópticas”); El Santiago disidente (“En esas zonas, gays, lesbianas, travestís y disidencias de todo tipo encuentran cobijo y deriva”); El Santiago desde otros territorios ( Las y los habitantes de “provincias”, suelen mirar la ciudad con reticencia, pero también con múltiples expresiones de deseo”); y Santiago, memoria y derechos humanos.

Aunque todavía quedan algunos nombres pendientes, quienes irán son Óscar Contardo, Ariel Richards, Claudia Rodríguez, Pablo Simonetti, Sonia Montecino, Juan Pablo Sutherland, en torno al eje Santiago disidente; Carlos Cociña, Diamela Eltit, Lola Larra, Francisco Ortega, Carlos Reyes, Carlos Soto Román, Marcela Valdés, Francisca Yáñez, Elizabeth Lira, Raúl Zurita y Nona Fernández, en torno a los Santiago, memoria y derechos humanos; Claudio Alvarado Lincopi, David Añiñir, Daniela Catrileo, Pedro Cayuqueo, Ivonne Coñuecar, Víctor Farrú y Elvira Hernández, en Santiago champurria.

Ariel Richards. Foto de Constanza Miranda.

También Francisca Márquez, Nicolás Meneses, Leticia Sánchez, Simón Soto, Pablo Toro y Carmen Berenguer en Santiago periférico; Alejandra Costamagna, Ramón Díaz Eterovic, Alberto Fuguet, Marcela Trujillo y Andrea Jeftanovic en La modernización de Santiago; Kathya Araujo, Álvaro Bisama, Patricio Fernández, Carlos Peña, Juan Cristóbal Peña en el Santiago del estallido; Pía Barros, Evelyn Erlij, Cynthia Rimsky, Leonardo Sanhueza, Maivo Suárez y Miguel Laborde en el Santiago que se fue; Elicura Chihuailaf, Macarena García, Cristián Geisse, Paula González Seguel, Rosabetty Muñoz, Mario Verdugo y Verónica Zondek en Santiago desde otros territorios.

Los nombres fueron seleccionados por un Comité Curatorial formado por 9 personas: la académica y crítica literaria Lorena Amaro; la escritora Carolina Rivas; la académica María Constanza Vergara; la editora Alejandra Stevenson; la Subdirectora del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas y miembro del Consejo del Libro, Paula Larraín; la representante de Bibliotecas Públicas, Francisca Navarro; la representante del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago, Deborah de Mayo; el representante del programa Bibliotecas Escolares (CRA) del Ministerio de Educación, James Uribe; y la escritora y Directora Ejecutiva de Fundación Imagen de Chile, Rossana Dresdner.

Las visiones

En la previa, hubo un cierto disenso en el mundo del libro respecto a que la selección de nombres respondería más bien a una homogeneidad ideológica. Sin embargo, al consultarle a quienes están involucrados, hay varias opiniones y más matices.

Por ejemplo, el poeta y director del sello Alquimia, Guido Arroyo, quien realizó el Relato Curatorial del stand de Santiago, comenta a Culto: “En general, el listado de nombres finales para la feria me parece relativamente idóneo. De hecho, en lo medular se acerca un poco a mi antepropuesta que establecí, que son autoras y autores relevantes a la hora de cómo sus obras analizan y debaten sobre la ciudad de Santiago”.

“Sí me llama la atención la inclusión de algunos nombres de autores que son derechamente inéditos, o la cantidad de académicos -la mayoría publicados por un mismo sello editorial- que si bien, tienen alguna relación en su investigación o sus trabajos con la ciudad de Santiago, creo que un evento de este tipo, que es para que los, las y les lectores sean las figuras centrales. También me llama la atención la ausencia de autorías jóvenes, cosa que estaba en una primera propuesta, y también pone en relieve que la primera propuesta que hice hubo una predominancia de más autoras que autores y muchas autoras pertenecientes al mundo de las disidencias (sexual), cosa que veo que acá, se corrigió al anverso. Se llegó a una igualdad o paridad, pero quitando autoras y agregando hombres”.

Arroyo acota también que, si bien estuvo a cargo del Relato Curatorial, no tuvo ninguna relación con la decisión final del Comité Curatorial.

Guido Arroyo
Guido Arroyo.

También da su visión María Angélica Zegers, presidenta de la Corporación del Libro y la Lectura, entidad gremial que agrupa a los sellos editoriales más grandes que operan en el país. “La importante presencia de autores de la Corporación del Libro y la Lectura confirma la representatividad que efectivamente tiene nuestro gremio y, por lo mismo, desde el inicio planteamos que era necesario considerar a los editores para ampliar la mirada con que se estaba abordando la feria. Obviamente la lista incorpora buenos nombres, pero siendo larga, no se entiende la ausencia de Carlos Franz, Roberto Merino o Lina Meruane, por nombrar a algunos, ni tampoco que no se haya considerado a algún ilustrador que de cuenta del gran crecimiento de ese mundo en el último tiempo. Y sigue presente una especie de terror a que Isabel Allende nos represente, cuando es por lejos la escritora más leída del mundo en español”.

“La lista no está cerrada, pero sigue faltando -y mucho- sumar voces críticas para que efectivamente haya contrapesos y variedad en el relato que armó el gobierno, por ejemplo, en memoria y derechos humanos o Santiago disidente”.

Roberto Merino.

Una visión similar la tiene el columnista y crítico literario de Culto, Matías Rivas: “No me parece representativa. Es una lista de los amigos del gobierno, son escritores que están comprometidos con este régimen administrativo. Es muy oficialista, y con ello me refiero a que no sé si hay alguien que no haya firmado la carta a favor de Boric. ¿Cuánta gente que no firmó esa carta está? Hay algunas excepciones que han aparecido a última hora, gente con pensamiento más independiente, pero son dos o tres. Por cierto, estas listas siempre son excluyentes, pero nunca había visto una tan oficialista. Respecto a los temas que se convocan, todos piensan más o menos lo mismo. Me parece que el diseño es poco plural, poco inclusivo, y que da cuenta de una literatura chilena dejando fuera a bastantes autores”.

“No hay historiadores, filósofos, no hay discusiones entre intelectuales, pienso en Alfredo Jocelyn-Holt, que no tienen una mirada complaciente con lo que está aconteciendo con los temas que se plantean, pero que igual es una mirada que existe en Chile. Me extraña que gente como Constanza Michelson, cuyo libro es sobre el estallido social y fue publicado en Argentina, no esté invitada. Están fuera José Ángel Cuevas (sus poemas sobre Santiago y el Golpe son esenciales), Claudio Bertoni, que han tenido importancia nacional, candidatos al Premio Nacional. La misma Isabel Allende, Benjamín Labatut, Lina Meruane, Germán Carrasco, Soledad Fariña, gente que está publicada en Argentina. También me da la sensación que hay una generación de escritores, la Nueva Narrativa Chilena, que si bien yo tengo muchas diferencias con ellos, me parece que no se pueden borrar del mapa. No van editores, no va gente del mundo del libro, no va agentes. No va alguien como Sergio Parra, librero (de Metales Pesados), poeta, y es una figura reconocida en Argentina, tiene muchos amigos allá”.

Lina Meruane

Pero también hay opiniones favorables. Por ejemplo, el periodista y columnista de LT Domingo, Óscar Contardo, opina: “A mi me parece que sí, que es representativa”, aunque también acota: “Creo que la dilación en la entrega de la lista completa fue un error, y que la información para quienes van a postular a los fondos de manera independiente para ir carece de una logística clara que los ayude a participar en mesas”.

Francisca Muñoz, directora ejecutiva de Editoriales de Chile (que asocia a los principales sellos independientes nacionales), opina: “La lista la encontré bastante diversa, (aunque) nosotros como editoriales independientes echamos de menos a autores que nadie conoce, son puros nombres conocidos, pero también se entiende el contexto, y es difícil llevar a alguien nuevo. Habría sido interesante que quizás un porcentaje de las personas que van sea para más N.N. Pero me parece bastante diversa la lista”.

Ahora, Muñoz aclara que la participación chilena no solo se acota al stand de Santiago, también estará el stand de Chile, que a diferencia del de la capital, sí funcionará más como una librería y la gente podrá comprar sus libros. Ahí habrá más presencia de autores y autoras nacionales y de editoriales que acudirán por su cuenta. “Al final, será una participación bastante más extensa”, acota. Pero volviendo al listado, agrega: “Se respeta la paridad, y al menos en las críticas que yo he leído, señalan que faltan puros hombres, y a la única mujer que dicen que falta es Isabel Allende. A los independientes nos interesa poner en valor a los nuevos autores, la bibliodiversidad, que no hay solo novela y poesía, sino que hay mucho más que eso. No veo ningún cuoteo político en los relatos”.

Un invitado a la FILBA es Alberto Fuguet, el autor de Missing comentó en entrevista con Culto sobre la polémica por la falta de variedad: “No me parece novedad, siempre es así. Lo ha sido siempre. No todos los que creen en la diversidad son tan flexibles. Aunque esto no es nuevo ni me escandaliza. Estudié en una escuela en extremo ideológica y homogénea, aterrada de todo lo nuevo y lo diverso. Lo importante no son las apuestas de tal o cual gobierno, lo importante es la realidad. Esta última es siempre diversa y heterodoxa, de ahí sale la cultura nueva, que es la que existe y la que importa. El arte es más fuerte y brota incluso sin abono o agua”.

Alberto Fuguet, Foto: Lorena Palavecino/Penguin Random House

“Es una selección muy transversal”

¿Cómo se hizo la selección de invitados? Como parte del Comité Curatorial, Culto contactó a Lorena Amaro. La destacada crítica literaria y académica señaló: “Esta comisión, en que participamos nueve y no cuatro personas, como se dijo en algunos medios, y en que trabajamos con muchísimo respeto y cuidado de los demás, se reunió en varias oportunidades, también nos comunicamos por correo, buscando establecer un listado de 60 personas que cumpliera con diversos criterios: nos interesaba que hubiese equilibrio de los géneros literarios representados, los públicos a los que se busca llegar, paridad de género, diversidad de roles al interior del campo literario (con distintas personas dentro del ecosistema del libro) y acogida que estas personas podían tener en Buenos Aires. Más de una vez cruzamos los listados personales, y desde luego quedaron nombres fuera. Eso es muy difícil de remontar, porque hay que tomar decisiones. Intuyo que ninguno de quienes integramos el grupo quedó totalmente contento con el listado final y eso es bueno, porque pudimos reconocer los aportes de los demás y también equilibrar nuestras propias visiones de lo que podía ser la Feria. No hubo apuros, pudimos hablar, debatir, masticar muy bien cada postura y propuesta. También respetamos lo más posible el relato curatorial que nos presentaron. Personalmente estoy muy tranquila con el trabajo que realizamos y espero que ésta sea una gran Feria, que se haga justicia a la hermandad con Argentina en el diálogo de nuestras literaturas, pero también de nuestras historias compartidas, algunas muy dolorosas. Y eso es lo que más me sorprende y preocupa, más que cualquier crítica (siempre las hay) sobre la selección: el relato negacionista de la violencia y las dictaduras militares. Eso es mucho más peligroso que los lamentos porque va o no va esta u otra persona”.

Rossana Dresdner, escritora y Directora Ejecutiva de Fundación Imagen de Chile, también respondió. Señala que el listado fue elaborado en torno al Relato Curatorial que hablaba de Santiago en torno a diferentes ejes. “Nos pareció un relato honesto, que no escondía nada”. Y agregó: “En la elección hubo una mirada para incorporar gente de Santiago, pero también de regiones, porque es como un imán. Hubo un esfuerzo de incorporar miradas más históricas, escritores tradicionales pero también escritores nuevos, de diferentes etnias, paridad de genero, representantes de diferentes editoriales, en fin. Nos parece que la diversidad está totalmente representada”.

Sobre las críticas, Dresdner opina: “Yo entiendo que esas criticas se refieren a que si son de un solo lado político, pero ese no fue uno los criterios y no me parece que tenga que serlo. Más bien, fue la representación del Santiago que estamos presentando con su historia. ¿Nos preocupamos de tener a todas las miradas políticas representadas? No. No me parece que sea el criterio cuando estamos hablando de escritores. No lo fue ni para un lado ni para otro. Me parece que es una selección muy transversal en términos literarios, las miradas jóvenes, históricas, de género, de estilos”.

Consultados por Culto para esta nota, desde el Ministerio de las Culturas declinaron hacer declaraciones y se remitieron a lo expresado por la subsecretaria Gutiérrez en un comunicado publicado ayer martes 7: “La forma cómo se está articulando esta feria es inédita, ya que nunca había existido una gobernanza que incluyera desde un comienzo al Ministerio de las Culturas, a través de la subsecretaría de las Culturas y las Artes, al sector del libro que está representado en el Consejo del Libro y la Lectura, que es un órgano colegiado y a la vez incluya al Gobierno Regional, a la Fundación Imagen de Chile y al Ministerio de Relaciones Exteriores a través de ProChile y Dirac”.

Eso sí, fuentes del ministerio revelaron a Culto que hubo nombres como Roberto Merino, Alia Trabucco, María José Ferrada, Lina Meruane o Alejandro Zambra que sí fueron considerados, pero declinaron acudir a Buenos Aires por problemas de agenda o razones personales.

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