“Nos vemos pronto. Nadie no muere”: la emotiva carta con que Erick Pohlhammer despidió a Enrique Lafourcade

En 2019, cuando falleció el autor de Palomita Blanca, su ex compañero en ¿Cuánto vale el show? le dedicó sentidas palabras y recuerdos. Ambos formaron una dupla memorable del espacio de Chilevisión.


Compartieron el mesón de jurado en la mejor época de ¿Cuánto vale el show?, hacia 1994 en Chilevisión, representando personalidades distintas al minuto de evaluar. Mientras uno era el intelectual que intentaba involucrarse en el mundo del espectáculo regalando ejemplares de su obra Palomita blanca, el otro era el poeta algo absurdo, desopilante, tan incómodo como pletórico con la pantalla chica.

Enrique Lafourcade y Erick Pohlhammer durante varias temporadas acompañaron a los chilenos en el espacio buscatalentos que se daba al mediodía, comandado por Leo Caprile y que también tenía como compañeros en el jurado a Marcela Osorio e Ítalo Passalacqua.

Pese a ello, en un momento también se pelearon. Se distanciaron y por la prensa argumentaron que no querían saber más del otro. Eran de temer: cada uno respondía a un carácter fuerte y decidido.

Pero el paso de los años, al parecer, todo lo recompone. Cuando Lafourcade falleció el 29 de julio de 2019, su ex compañero televisivo publicó una carta llena de evocación y nostalgia. Su propio adiós.

“La Muerte es un amanecer, no un crepúsculo. Esto te dije Enrique, una tarde de otoño frío allá en Plaza Ñuñoa. Respondiste con sonrisa leve, irónica: “Ojalá” (quiera Alá). En religión se definía como católico en estado salvaje en tributo a su ángel guardián poético Arthur Rimbaud. Prosa y verso para él eran jugo de la misma uva y miel del mismo panal”, partía la misiva.

Luego continuaba: “Después de ¿Cuánto Vale el Show? me invitó un día a su casa a almorzar. En vez de eso, tocó piano. Se nos quitó el hambre. Ahí dijiste: “El alma tiene muchísima más hambre de música que la guata de porotos negros y longanizas”. Añadí: “Sí, lo absoluto no está obsoleto, el Hombre tiene hambre de absoluto”. No le parecía bien que no lo trataran de don. Una vez, un joven en calle Carmen le pidió un autógrafo. Pesado, cortante, filoso, espetó al joven así: " No me moleste y además diríjase a mí de don””.

18/10/2017 Entrevista al escritor chileno, Erick Pohlhammer. Foto: Mario Téllez / La Tercera

“No me gustaba su soberbia intelectual. Pero él me decía: “No es soberbia, Erick. Ocurre que el intelecto es una función del cerebro superior”. “El podía aseverar: “El fútbol es un juego de idiotas: 22 tipos corriendo tras una pelota”. Y yo responder: “El fútbol es arte en movimiento”. Por eso en ¿Cuánto Vale el Show? peleábamos a veces”.

“Alone dijo en El Mercurio: “Enrique Lafourcade escribe como los dioses”. ¿ Escriben los dioses?”

“Son demasiados los instantes y momentos bien vividos y bien bebidos, pasados juntos, arcángel agnóstico de las bellas letras. Gracias por obsequiarme tu último libro Los Potos Sagrados, una crítica ácida y cómica sobre el abuso de tanto poto y teta comercializada en televisión”.

“Por su ironía fina y orgullosa, puede que ahora mismo esté ante San Pedro y las puertas perladas diciéndole: “Gánese una Palomita Blanca y ¡le doy permiso para que me de permiso para pasar al cielo!”. Donde seguro estás, hijo del viento y del divino aliento”.

“Todo Chile te despide con amor y respeto, don Enrique Lafourcade. Nos vemos pronto. Nadie no muere. Nadie nunca no ha muerto. Somos turistas en tránsito pasando por el planeta Tierra. ¿Viste que la Muerte era un amanecer y no un crepúsculo?”.

“Nunca se podrá, don Enrique, dejarlo de apreciar y de leer. Gánese una Eternidad Blanca”.

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