Richard Ford, al final del camino

Se terminó. A contrapelo de otros autores que exprimen sus éxitos hasta dejarlos repetitivos y predecibles, Richard Ford (79), uno de los puntales de la narrativa contemporánea de los Estados Unidos (junto a otros como Jonathan Franzen o Cormac McCarthy) no tiene empacho para dar por finalizada la saga de novela de su personaje más relevante, Frank Bascome.

En esta ocasión, la novela se llama Be mine, y muestra a un ya septuagenario Bascome, ya con 74 años y ya jubilado del rubro de la industria inmobiliaria a la que se pasó tras su aventura como redactor deportivo. Debiera estar sentado dándole de comer a las palomas, pero sigue haciendo lo que más le gusta, conducir.

Aunque en esta ocasión, hay una cuota de dramatismo. No tiene mucho tiempo disponible, porque a su hijo se le termina. El gordo, calvo y cuarentón Paul ha sido diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y eso lo tiene postrado en silla de ruedas. Como en sus otras novelas, hay un viaje, y lo hacen juntos en una casa rodante (algo muy yankee, por lo demás). El periplo va desde Rochester, Minnesota, donde Paul se encuentra en un tratamiento experimental en la Clinica Mayo, hasta el monte Rushmore, en Dakota del sur. Es el famoso cerro donde están esculpidos los rostros de los expresidentes George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.

En el camino, de una manera muy masculina ambos se demuestran afecto. “Muestran su amor a través de juegos de palabras e insultos. ‘Eres un tonto, Frank’, es la típica frase que usa Paul. Sin duda, es el sueño de todo padre que su hijo se asemeje a una versión cómica e insultante de Larry Flynt”, comenta el crítico Dwight Garner, del New York Times.

En el intertanto, Frank tiene un espacio para el amor. Se enamora a medias de una mujer vietnamita mucho más joven, Betty Duong Tran, quien trabaja en un salón de masajes. Aunque según el crítico del NYT, esa parte no está de todo lograda: “Ford trabaja para humanizar a Betty, pero solo llega hasta cierto punto”.

Además, Frank se pone más reflexivo, y una de sus obsesiones es la muerte. De hecho, se enfrenta a la muerte de su exposa (la madre de Paul), la inminente de su hijo, y ya ve la suya propia más cerca también. “Frank parece a la deriva, pero siempre lo ha hecho. Es un hombre reflexivo pero no un pensador particularmente profundo, más reactivo a los caprichos de la vida que decidido a determinar cualquier objetivo, dirección o significado en particular”, señala la reseña del portal especializado Kirkus.

El sitio añade que Be mine sería una buena ocasión para que el lector inquieto ingresara al resto de la saga de Frank Bascome. “No es necesario haberlos leído para apreciar este libro, pero bien podría inspirar a los lectores a revisar todo el ciclo de ficción, lanzado con gran éxito con El periodista deportivo (1986). Como su título alude, la nueva novela se centra en el Día de San Valentín, tanto como lo hizo el Día de la Independencia (1995) en esa festividad: es una novela sobre las ambigüedades del amor y la felicidad. Frank sigue siendo un tipo divertido, jajaja divertido y un poco extraño, pero Ford no podría ser más serio acerca de su oficio, su precisión, su atención al detalle, su necesidad de decir exactamente lo que quiere decir”.

En rigor, la saga de Frank Bascome se compone de tres novelas: El periodista deportivo (1986), El día de la Independencia (1995) y Acción de Gracias (2021). Todos disponibles en castellano a través de la casa editora catalana Anagrama. Cada libro retrata diferentes etapas de la vida de Frank Bascome, mostrando su evolución personal, sus relaciones interpersonales y las transformaciones sociales que ocurren en la sociedad estadounidense. Todo con una pluma ágil, directa, al hueso, como otros de sus compatriotas como John Fante, Charles Bukoswki (aunque menos descarnado que ellos). Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016, es compañero de generación de otros autores notables, como Raymond Carver, Ann Beattie y Tobias Wolff.

En el caso de El periodista deportivo, Ford presenta a un joven Frank Bascome como un periodista deportivo que lucha por encontrar un sentido de pertenencia y estabilidad en su vida tras una tragedia personal. La novela explora temas de pérdida, redención y la búsqueda de significado en medio del caos y la incertidumbre. En rigor, Bascome abandona la literatura -tras haber publicado un volumen de cuentos- y se dedica a escribir sobre deportes. “Ford hizo bien en sacarlo, de raíz y nervio, del negocio de las palabras. Como preguntó John Updike, alabando a un personaje de Roth que es dentista (y no al alter ego de Roth, el escritor Nathan Zuckerman), ‘¿A quién le importa cómo es ser escritor?’”, comenta Garner.

Luego hay otro cambio. En El día de la Independencia, Frank Bascome ha dejado atrás su carrera periodística y se ha convertido en un agente inmobiliario en Nueva Jersey. La novela sigue su vida durante el fin de semana del Día de la Independencia, donde enfrenta desafíos personales y familiares, y reflexiona sobre su papel como padre y hombre en la sociedad contemporánea.

En tanto, Acción de Gracias retoma la historia de Frank Bascome décadas después de los eventos de El día de la Independencia. Ford explora la vejez, la mortalidad y el significado de la vida a medida que Frank enfrenta una serie de desafíos y reflexiona sobre su pasado y las decisiones que ha tomado.

Por ahora, Be mine, sólo está disponible en inglés. Para quienes dominen el idioma de Shakespeare, estén impacientes y no quieran esperar una traducción al castellano, el volumen puede ser adquirido a contar de 13 de junio en el sitio Amazon.