El día en que Sinéad O’Connor provocó la furia de Frank Sinatra: “Su comportamiento es imperdonable”

El día en que Sinéad O’Connor provocó la furia de Frank Sinatra: “Su comportamiento es imperdonable”

Las convicciones de la fallecida artista irlandesa chocaron con muchos íconos de su época, de Madonna a Miley Cyrus. Pero algunas de las palabras más duras se las llevó de parte de "La Voz".


Sinéad O’Connor -fallecida el pasado miércoles 26 de julio a los 56 años- no sólo tuvo un abierto enfrentamiento con los cánones y estereotipos perpetuados por la industria discográfica de su era. Sus principios y sus convicciones también colisionaron con el estilo de muchos artistas coetáneos. En lo medular, nunca comprendieron su manera de actuar como figura pública.

Quizás el fuego cruzado más elocuente fue con Madonna, la otra gran estrella de su época. La “chica material” fue una de las más críticas tras el polémico paso de O’Connor por el espacio televisivo Saturday Night Live de la cadena estadounidense NBC, cuando dejó sin aliento al mundo al hacer pedazos frente a las cámaras una foto del papa Juan Pablo II bajo el lema “pelea contra el real enemigo”.

La estrella de Like a virgin alzó la voz a los pocos días: “Creo que hay una mejor manera de presentar sus ideas en lugar de romper una imagen que significa mucho para otras personas”. Por su parte, el actor Joe Pesci, orgulloso católico y anfitrión de SNL a la semana siguiente, aseguró que “le habría dado una bofetada” a la irlandesa por su comportamiento.

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En años más recientes, Miley Cyrus, una figura propia del siglo XXI, también tuvo un rudo intercambio con la mujer que inmortalizó Nothing Compares 2U.

“El mensaje que sigues enviando es que de alguna manera está bien prostituirse”, advirtió a la intérprete de Wrecking ball en torno a la sobrexposición de su cuerpo y de su físico. “No está nada bien Miley... es peligroso. Las mujeres deben ser valoradas por mucho más que su sexualidad. No somos meros objetos de deseo”.

La respuesta de Miley Cyrus no fue la más apropiada: apuntó a que sus palabras eran resultado de los problemas de salud mental de la artista.

El himno y la voz

Pero uno de sus primeros cara a cara con astros de la canción popular fue colosal. Quizás con el más grande de todos.

En 1990, en pleno suceso de su segundo título, I do not want what I haven’t got, donde precisamente venía Nothing compares..., O’Connor estaba de gira por Estados Unidos y se presentó en el en ese entonces Garden State Arts Center de Holmdel, en Nueva Jersey.

Como era regla del lugar, antes de cada espectáculo debía sonar el himno nacional de Estados Unidos, The Star-Spangled Banner. La artista se negó a que lo pasaran por los parlantes del reducto.

Después, en declaraciones que recogió la BBC, argumentó: “Sinceramente, no albergo ninguna falta de respeto por Estados Unidos o los estadounidenses, pero tengo la política de no tocar ningún himno nacional antes de mis conciertos en ningún país, ni siquiera en el mío, porque no tienen nada que ver con la música en general”.

Un par de semanas después, Frank Sinatra -orgulloso americano y nativo de Hoboken, también en Nueva Jersey- se presentó en el mismo sitio. En su concierto y ante la multitud, no trepidó en criticar la actitud de O’Connor: “Ella debería irse del país. Su comportamiento es imperdonable. Por su bien, será mejor que nunca nos encontremos”.

Según consignó Associated Press, sus palabras fueron recibidas con una ovación de parte del público.

(AP Photo/File)

Al menos en Estados Unidos, el estilo rupturista y poco ortodoxo de la cantante de Three Babies siempre resultó áspero e incómodo. Nunca se acomodó en sectores más conservadores ni puritanos. Nunca le perdonaron ni lo del himno ni lo de la foto de Juan Pablo II arrojada en pedazos en horario prime.

Después del incidente en Nueva Jersey, el entonces gobernador, Jim Florio, ordenó que el himno nacional se debía tocar por obligación en todos los eventos de ese recinto. La actitud de O’Connor también le había parecido impresentable.

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