Patricio Guzmán: “Los documentalistas siempre estamos en el cuarto de atrás”

Patricio Guzmán: “Los documentalistas siempre estamos en el cuarto de atrás”. Foto: Market Chile

El reconocido cineasta habla con Culto sobre el estreno de la versión remasterizada de El Primer Año (1972), su filme sobre la etapa inicial del gobierno de Salvador Allende. También se refiere a la obtención del Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales, y a su estado de salud. “Ahora me estoy reponiendo, poco a poco”, detalla.


En las 16 ocasiones que se ha entregado desde 1993, el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales ha distinguido a dos cineastas. Primero, en 1997, Raúl Ruiz lo obtuvo tras ser celebrado por el jurado como un “gran innovador del lenguaje cinematográfico”.

26 años después, en agosto pasado, el mismo reconocimiento recayó en Patricio Guzmán. “Su temática es siempre el país entero. Es un autor cuya mirada personal nos convoca a todas y todos”, señaló el acta del jurado que lo convirtió en el primer documentalista en alcanzar el premio. Guzmán lo aceptó a través de una videollamada desde París, su ciudad de residencia desde hace décadas.

Por supuesto me alegré mucho, así como siempre me alegré con que Raúl se lo sacara primero. Gran cineasta mundial”, indica al teléfono con Culto. Luego agrega: “Me pareció muy bien que se lo dieran a un documentalista, porque los documentalistas siempre estamos como en el cuarto de atrás. La gente se siente contenta, pero un documentalista siempre es menos importante que un cineasta de ficción”.

“Es muy agradable tener noticias buenas de tu propio país”, destaca. Tras atravesar un delicado estado de salud durante los últimos meses, Guzmán brinda esta entrevista a propósito del estreno de la versión remasterizada de El primer año (1972), el largometraje que filmó durante la etapa inicial del gobierno de Salvador Allende.

Recién llegado al país desde Madrid, donde estudió, le propuso al director de la Escuela de Artes de la Comunicación de la Universidad Católica filmar una cinta sobre ese período, aunque hasta ese momento sólo había realizado cortos. Su idea tuvo buena acogida y se embarcó en un rodaje que se extendió entre la elección presidencial y la visita de Fidel Castro en noviembre de 1971.

“Íbamos filmando fábricas, desfiles, celebraciones, La Moneda, al presidente Allende… En fin, fuimos filmando la realidad tal como uno la veía. Y a mí siempre me gustó el cine documental. El documental me gusta más que ninguna otra cosa, entonces yo estaba contento y el equipo, tan pequeño, también. Así fue pasando el tiempo, hasta cumplir un año de rodaje”.

El director recuerda que el estreno se produjo en el extinto Cine Gran Palace. “Fue una función muy estruendosa”, apunta. Lo que se produjo en esa misma época fue que el francés Chris Marker, fascinado con su documental, le compró los derechos de exhibición para estrenarlo en Francia. Además de doblar el largometraje a su idioma, le añadió una breve introducción en que contextualiza los acontecimientos nacionales.

“Esa introducción le iba muy bien a la película. Era una presentación bastante objetiva y era modesta en realidad, entonces por qué no dejarla en el estreno nacional. Todos estuvieron de acuerdo”, plantea.

Marker también fue quien le entregó el material fílmico con el que rodó las tres partes de La batalla de Chile, la obra que le hizo ganar reconocimiento internacional. Su gran aliado en ese proceso fue el montajista y realizador Pedro Chaskel, fallecido en febrero pasado a los 91 años, y a quien también recuerda en esta conversación.

-Durante años no fue sencillo acceder a El primer año. ¿Qué significa para Ud. que ahora la película vuelva a estar disponible y que eventualmente nuevos públicos puedan descubrirla más de 50 años después?

Es curiosa esta nueva exhibición de El primer año. En la época, en 1972, se dio en todo Chile en muchos cines. La gente la fue a ver, es una película que tuvo cierto arraigo. Pero ahora es diferente, es histórica. Me alegro mucho de que se haya podido hacer, porque yo estuve durante años con la película memorizada. Cuando uno hace un film propio se quedan varios años las imágenes pegadas a tu manera de ser. Me pareció muy bonito volver a revivir las secuencias. Fue como revivir una película que estuvo en un cajón durante 50 años.

-Durante el verano falleció Pedro Chaskel. ¿Cómo recibió esa noticia?

Con mucha tristeza, por supuesto, aunque yo ya sabía que estaba bastante enfermo. Pedro resistió muchísimo, porque, hasta las últimas reuniones que tuvimos, estaba lúcido y ágil a pesar de que ya tenía 91 años. Pedro es una figura especial, que irradia mucho cariño, (por) su carácter sencillo, su inteligencia y su oficio como montajista. Era un placer trabajar con él. Cuando le dije que me gustaría que él montara La batalla de Chile, me dijo inmediatamente que sí. Tanto él como yo partimos con la familia completa a Cuba. Pedro me acompañó íntimamente los siete años que duró el montaje.

-¿Cómo ha estado su salud? ¿Es algo que desee comentar?

Sí, por supuesto. Tuve un ataque al corazón y otro en la columna vertebral. Y me hicieron dos operaciones, riesgosas, complicadas, pero que salieron bien.

-¿Eso fue el año pasado?

El año pasado. Y ahora me estoy reponiendo, poco a poco, y según los médicos no tengo problemas para poder viajar, ni para poder estar sentado. Tengo una silla de ruedas, pero con eso se puede filmar igual. Incluso es más cómodo. Es muy agradable sobre todo en un rodaje. Son muy pesados los rodajes, sobre todo estar a no sé cuántos metros de altura o cerca del mar. Pero esta película por suerte no tiene dificultades de ese tipo.

-¿Ya está planificando su siguiente película?

Sí, ya tengo escrita una parte del guión de la nueva, que se va a hacer en Chile, seguramente el próximo año, si todo va bien, si me sale el financiamiento, que es lo más importante en esta profesión.

-Eso implicaría que viaje a Chile.

Claro, eso significa que me vaya por lo menos cuatro meses con mi mujer (Renate Sachse), que es la productora. En Chile también tenemos una productora muy buena (Alexandra Galvis). Hay que hacerla, montarla y presentarla. El tema, que no te lo puedo decir todavía, es muy bueno.

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