Cómo el General Zod en Superman 2, marcó la carrera de Terence Stamp
Fallecido este domingo, el célebre actor británico impuso su impronta gélida al personaje clave en el filme de 1980. Un papel que aceptó, tras años lejos de los sets, por la chance de interpretar a un villano y para compartir set con Marlon Brando. Fue un renacer que marcó su carrera.
Cuando le llegó la oferta Terence Stamp no dudó. Era la chance de interpretar al general Zod, un villano que enfrentaría a Superman. Para su carrera, era un salto a las súper producciones. Hasta entonces, era un actor que había destacado como un intérprete de carácter en cintas como Teorema (1968), de Pier Paolo Pasolini, y El Coleccionista (1965).
Fallecido el domingo 17 de agosto, a los 87 años, Stamp destacó por su estilo de interpretación. El mismo que le imprimió a Zod. Como detalló en una entrevista televisiva de 1994, siempre tuvo clara la repercusión que tendría su papel. Por eso lo aceptó.
“Lo hice porque pensé que cada chico en el mundo la vería y para cuando cuando se estrene la película, más de la mitad de los niños se identificarán con el General Zod más que con Superman. Y eso está demostrando ser el caso. Ya sabes, los adultos ahora me miran y dicen: “Tú eres el General Zod”. Yo les digo: ‘Sonríe cuando digas eso, amigo’”.
Nacido en Stepney, al este de Londres, saltó a la fama en Reino Unido ya en sus primeros años como actor. Destacaba por su voz profunda y sus penetrantes ojos azules. Según contó años después el momento decisivo fue una tarde en que vio en pantalla a una leyenda del cine. “No fue hasta que vi a James Dean en Al este del Edén (1955) que empecé a pensar que tal vez podría dedicarme a esto”.
Tras algunos roles, a comienzos de la década de los setenta permaneció alejado de la actuación. Básicamente comenzó a ser considerado “viejo” para los estándares del cine de la época. “Es un misterio para mí. Estaba en mi mejor momento -dijo a The Guardian en 2015-. Cuando terminaron los 60, simplemente terminé con ellos. Recuerdo que mi agente me dijo: ‘Todos buscan a un joven Terence Stamp. Y pensé: ‘Soy joven‘. Tenía 31, 32 años. No podía creerlo. Era duro despertarse por la mañana y que el teléfono no sonara".
Se mudó a un ashram en Maharashtra, India, meditando y estudiando las enseñanzas de Bhagwan Shree Rajneesh. De vez en cuando tomaba algún papel pequeño, hasta que en 1976 recibió un telegrama con la oferta para interpretar a Zod. Tenía que volar a Londres y reunirse con el director Richard Donner “Estaba en el avión la noche siguiente”, recordó a The Guardian.
Pese a que había sido una estrella en ascenso, ese papel secundario le pareció atractivo. “Durante ese tiempo alejado de la pantalla, me transformé. Ya no me veía como protagonista -dijo al mentado medio británico-. Lo que había sucedido en mi interior me permitió aceptar el papel y no sentirme avergonzado ni deprimido por interpretar al villano. Simplemente decidí que ahora era un actor de personajes y que podía hacer lo que quisiera”.
Zod, quien aparece en Superman (1978) y Superman II (1980), tiene un carácter peculiar. Es el líder del trío de kriptonianos (junto a Ursa y Non) que tras escapar de su prisión en la zona fantasma, llegan a la tierra en busca de venganza de Kal-El (Christopher Reeve).
El General Zod de Terence Stamp es un personaje frío, megalómano y arrogante que desprecia a los humanos. De alguna forma funciona en la historia como un complemento al otro villano, el ambicioso Lex Luthor (interpretado por Gene Hackman). Un punto que lo marcó la reseña de la película publicada por el new York Times, el 19 de junio de 1981. “Terrence Stamp, como líder del trío malvado, encarna a un monstruo elegantemente gélido”.
El crítico de cine de La Tercera, Rodrigo González aquilata ese papel que marcó la carrera del actor. “A pesar de que el general Zod había sido creado en 1961 para DC Comics, fue el actor Terence Stamp quien lo hizo conocido para las grandes audiencias a través de Superman II. Para muchos, esta película es la mejor de las partes de la saga y no pocos creen que Zod es un villano aún más temible que Lex Luthor. Es kriptoniano, igual que Superman, y, por lo tanto, a la hora de enfrentarse al hombre de acero lo hace en su misma cancha. La primera vez que observamos en el cine a Superman realmente en problemas es cuando se mide contra Zod y sus secuaces”.
“En ese sentido un actor como el británico Terence Stamp era ideal para el rol. Tenía una apostura casi extraterrenal y nadie como él para hacer de un alien dispuesto a destruir la humanidad. Bien parecido y al mismo tiempo muy buen actor, Stamp era lo opuesto al bufonesco e histriónico Lex Luthor de Gene Hackman. En la película habla lo necesario y le basta con su mirada para barrer con los obstáculos”, agrega.
Una vez que se enteró que iba a encarnar al villano Stamp disfrutó el proceso. “Me tranquilizó el hecho de que, al aparecer como el súpervillano, hicieron todo lo posible para hacerme ver horrible -dijo en una charla con The Hollywood Reporter-. Sabes, me iluminaron desde abajo, me pusieron maquillaje verde, me pusieron este traje ridículo”.
El actor admitió que al momento de aceptar el papel, también lo sedujo la chance de actuar junto a Marlon Brando, quien interpretaba a Jor-El, el padre de Superman. Ahí pudo notar que el actor, a esas alturas una leyenda, apenas se aprendía sus líneas de diálogo.
En rigor, solo rodaron una escena juntos, la del juicio, en que Jor-El envía a Zod, Ursa y Non a la zona fantasma. “[Brando] no fue una decepción. Era divertidísimo, por ejemplo. Y realmente no se aprende los diálogos, los tiene prácticamente escritos”, contó en una entrevista de 1988.
“Estaba esperando para hacer la escena y lo vi -detalló-. Tenía un papelito y estaba intentando aprenderse el primer diálogo para que, al girarse hacia mí, pudiera hablar antes de tenerlo escrito. Me acerqué a él y le dije: “Marlon, ¿sabes qué estás haciendo?”. Así que estoy intentando... Aprende esta línea
“Y le dije: ¿cómo vas a interpretar Lear y Macbeth si no puedes aprenderte una línea? Y él dijo: «Ya las he aprendido»“.
La capacidad actoral de Stamp le dio carácter sus personajes. “Esa misma belleza algo fría y al mismo tiempo hipnótica definió por mucho tiempo a Stamp, famoso por sus personajes de ingenuo marinero en Billy Budd (1962), de Peter Ustinov; insospechado psicópata en El Coleccionista (1965), de William Wyler; galán mezquino en Lejos del Mundanal Ruido (1967), de John Schlesinger; ladrón de baja monta en Poor Cow (1967), de Ken Loach; y extraño huésped de millonarios en Teorema (1967), de Pier Paolo Pasolini", dice Rodrigo González.
Un talento que también desplegó en su madurez. “Un gran rol en su carrera madura fue el del gay y drag queen en Las aventuras de Priscilla, Reina del Desierto (1994) del australiano Stephan Elliott -apunta el crítico-. Una vez demostró que siempre estaba dispuesto a sorprender bajo su enigmática mirada".
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