
Han Kang, Blanco y una dulce elegía para una hermana
Ya está en nuestro país Blanco, un libro en el que la Premio Nobel de Literatura 2024 explora una tragedia familiar: la muerte de una hermana mayor a pocas horas de nacer. Para ello, utiliza un formato a medio camino entre la poesía y la narrativa, resultando un volumen inclasificable pero muy literario. Junto a su traductora, en Culto exploramos las claves de este singular artefacto.

La solución fue la escritura. Eso fue lo que pensó Han Kang a la hora de echar la vista atrás y hacer frente a una tragedia familiar que la acosaba como una larga sombra. “Deseé terminar sin falta este libro, tuve la sensación de que el proceso de escribirlo traería consigo un cambio en mi vida. Necesitaba ponerme en las heridas un ungüento claro y recubrirlas después con una gasa blanca”.
Son las primeras líneas de Blanco, un libro que la escritora surcoreana publicó en su país en 2016, y que acaba de llegar al país vía Random House, casa editorial que se encuentra poniendo el catálogo de la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2024 a disposición del público. Esto amén de la buena acogida que su trabajo ha encontrado en los lectores y lectoras, a diferencia de otros laureados por la Academia Sueca que por diferentes motivos no han conseguido la misma repercusión.
Esto en parte porque la obra de Han Kang no solo muestra una pluma muy pulida, sino que es muy original. En este sentido, Blanco es un libro que lleva ese concepto al siguiente nivel, pues es inclasificable. Es un artefacto literario que no encaja en ninguno de los géneros habituales. Así lo comenta a Culto la surcoreana Sunme Yoon, traductora de Han Kang al idioma castellano.
“Sin lugar a dudas, no es una novela. Se acerca a un ensayo y a un libro de poesía. Está en la frontera de la prosa y la poesía. Es bastante inclasificable, tiene un cierto argumento porque cuenta que fue escrito en Varsovia, Polonia, donde pasó el invierno haciendo una residencia de escritores. Hay descripciones de la ciudad, habla de sí misma, de sus dolores, de la jacqueca. En ese sentido es autobiográfico, pero sin serlo del todo”.

En este libro, Han Kang decide enfrentar la historia de su hermana mayor, quien murió a las pocas horas de nacida. Esa es una ausencia que la ha rondado toda su vida, y en base al color blanco decidió escribir un ejercicio a medio camino entre la prosa y la poesía. En 2017, conversó con el periódico británico The Guardian y se refirió a este libro. “No planeaba escribir sobre mi hermana mayor. Me criaron mis padres, quienes no podían olvidarla. Cuando escribía Actos Humanos, había una frase en uno de los diálogos: ‘No te mueras. Por favor, no te mueras’. Me resultaba extrañamente familiar y me rondaba por la cabeza. De repente, descubrí que provenía de los recuerdos de mi madre: me contó que le repetía esas palabras repetidamente a la hermana que había muerto antes de que yo naciera".
En la misma charla, Han Kang dio cuenta de que el proceso de escritura de Blanco fue muy terapéutico. “El proceso me ha ayudado mucho. Era como un pequeño ritual diario: como una oración. Mientras escribía, sentía como si me acercara cada día más a una parte de nuestro interior que no se puede destruir, que no se puede dañar”.
Desde ese punto arrancó la escritura, y en esta ocasión optó por una voz bastante poética y con la narrativa en un plano secundario. “Es un libro precioso. Muestra la vertiente poética de Han Kang. No es la escritora terrible de La vegetariana ni de Actos humanos, es Han Kang poeta. Como siempre, tiene una tristeza, una melancolía, pero sobre todo, mucha poesía, sin ser un libro de poesía", señala Sunme Yoon.

“Es un libro muy dulce”
¿Cómo fue traducir este libro tan inclasificable y poético al castellano? Yoon comenta a Culto: “El proceso de traducción de Blanco fue muy bonito. Mi primera traducción fue un libro de poesía, y me encanta traducir poesía. Acá son todos poemas y variaciones alrededor del color blanco, es muy musical. Luego viene un ensayo muy breve o un poema en prosa. Me encantó traducirlo, lo hice de manera muy natural. Yo recomiendo este libro a todos quienes gusten de la veta poética de Han Kang. No hay nada desgarrador en este libro, por suerte. Todo lo contrario. Es un libro muy dulce, por supuesto tiene una cuota de melancolía".
Para la traductora, en este libro se termina por entender por qué en las novelas de Han Kang siempre hay una añoranza por un alma gemela. “Siempre aparece alguna amiga o una hermana. En La vegetariana la única persona que permanece con la protagonista hasta el final es la hermana; en Imposible decir adiós aparece una amiga, la que vive en Jeju. Entonces, con Blanco se termina por entender a quien siempre añora tanto". Eso sí, Yoon apunta: “Si bien es autobiográfico, no es totalmente fiel a su autobiografía. Tiene su cuota de ficción, porque en un momento del libro la madre muere, y en la realidad eso no es cierto, los padres de Han Kang todavía viven”.
“Han Kang piensa que si ella vino al mundo fue gracias a esa hermana mayor que no pudo vivir. Ella ha definido a Blanco como una elegía a esa hermana que no conoció. Y es cierto, es un canto porque es muy poético, es elegíaco porque está dedicado a alguien que ha fallecido, y sobre todo, se trata de revivir a su hermana a través de la escritura. Eso es lo más hermoso de este libro, cómo la literatura es capaz de hacer vivir a seres que han muerto".

Voces del mundo
En los medios internacionales, el volumen ha tenido una buena recepción. The Guardian dijo: "Blanco es un texto misterioso, quizás en parte un libro de oraciones secular. Admiro su intención, forma y propósito. En su momento más cautivador, la escritura roza la brillante psicogeografía del duelo, moviéndose entre el lugar, la historia y la memoria. Si la monotonía de Han es implacablemente serena y nunca se acobarda ante la serena dignidad, quizá no podría escribirse de otra manera. Es un placer encontrar algo blanco que no sea tan literal como las pastillas blancas o el pelo blanco".
Por su lado, el sitio especializado NPR indicó: "Blanco es una novela difícil de describir, pero fácil de amar. Es un libro delicado, difícil de comprender, imposible de definir, pero rebosa algunos de los mejores escritos de Han hasta la fecha. Y también es una de las reflexiones más inteligentes sobre lo que significa recordar a quienes hemos perdido".
Y el señero New York Times apuntó: “Blanco es formalmente audaz, emocionalmente devastadora y profundamente política. Su relativa pequeñez resulta engañosa, siendo en sí misma la marca de una escritora sumamente segura de sí misma…En esta novela sutil y penetrante, Han propone un modelo de empatía genuina, que insiste en el poder de la experiencia compartida, pero no se basa en la eliminación de la diferencia”.

La publicación de Blanco es castellano no es la única noticia de Han Kang por estos días. Tal como otros ganadores del Nobel como Patrick Modiano, Mario Vargas Llosa o Tony Morrison, la surcoreana decidió explorar la literatura infantil. Por eso, en España se está publicando su primer libro ilustrado para los pequeños de la casa, titulado Hada del trueno, hada del relámpago.
Publicado por Reservoir Books, ilustrado por Jin Tae-Ram, y traducido por Sunme Yoon, es una fábula donde cuenta la historia de dos pequeñas hadas -de nuevo, unas amigas-, quienes deciden dejar de lado los miedos, explorar el mundo y disfrutar la vida sin preocuparse por las tormentas. “En agosto de 2000, un día en que llovía mucho, me convertí en madre y, como me interesaban mucho los libros infantiles, escribí esta historia”, dijo Han Kang en declaraciones recogidas por los medios internacionales.

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