Alejandra Grebe, directora nacional de Educación Pública: “Logramos detener el descenso de la matrícula”

Educación Pública

Con 41 comunas que han desmunicipalizado sus colegios y otras 68 que ahora iniciarán el proceso, la representante del Mineduc aborda los desafíos de la unidad que comanda. Asegura que en tres años han frenado la fuga de estudiantes, aunque advierte que se han encontrado con una serie de dificultades en el camino, como la inexistencia de contratos o falta de información desde las corporaciones municipales.


La desmunicipalización de los colegios sigue a pie firme. Al menos eso dice Alejandra Grebe, directora nacional de Educación Pública, la unidad dependiente del Ministerio de Educación a cargo de construir el nuevo modelo que pone fin a 30 años de educación municipal.

El proceso comenzó hace tres años y tiene como objetivo que los municipios entreguen la administración de los colegios a los Servicios Locales de Educación Pública, que congregan comunas aledañas entre sí para llevar a cabo la gestión.

En entrevista con La Tercera, la profesora de Historia, Geografía y Educación Cívica hace un repaso de las virtudes y defectos del camino recorrido por las, hasta ahora, 41 comunas traspasadas a 11 Servicios Locales (SLEP), del total de 70 que se implementarán. Además, analiza lo que viene en el proceso que ahora enfrentarán otros 68 municipios.

Recientemente se determinaron los próximos 15 Servicios Locales de Educación de Educación Pública (SLEP). ¿Cuál es su evaluación de los 11 que ya funcionan?

Los primeros cuatro Servicios Locales (2018) tuvieron muy poco tiempo para hacer este traspaso educativo. Si uno mira los de 2020, estuvimos casi un año y medio previamente trabajando. Uno de los grandes aprendizajes es que la calidad del traspaso te va a determinar la forma o el inicio del funcionamiento del servicio. Ha sido complejo, porque es una reforma estructural, que va en conjunto con otras reformas que no están consolidadas.

¿Ha ido cambiando el paradigma?

Absolutamente. Primero tienes que crear cultura. Las municipalidades se administran desde lo financiero, con códigos distintos a cómo se administra un servicio público. Es pura gestión de cambio, adaptativa, que requiere a los profesionales que forman los servicios locales y también a los directores. En las compras tienen que aprender a planificarse, porque hoy todo se licita, y si antes en el sistema municipal les llegaba al mes, hoy saben que son tres o cuatro meses. Han tenido que aprender a operar con otra lógica, eso requiere tiempo, pero hemos ido avanzando.

¿Qué mejoras notan?

En infraestructura. Hay una inversión en mejoramiento. Uno de los grandes temas es la poca mantención que tenían los establecimientos públicos que han sido traspasados a estos servicios locales de educación. Pero si ves el SLEP de Barrancas, los establecimientos que recibimos como insuficientes los logramos sacar de esa categoría. Para ver concretamente resultados de aprendizaje vamos a tener que esperar un poquito. Íbamos bastante bien y esto se interrumpió fuertemente. Hay que esperar, los cambios en educación son lentos. Pero se ve bastante más ordenado.

¿Han cerrado escuelas, despedido gente o cancelado matrículas?

No hemos tenido que cerrar ni cancelar matrículas. Lo que sí logramos fue detener el descenso de la matrícula en educación pública. Logramos el punto de equilibrio. Lo más complejo ha sido el traspaso de la información que viene desde las corporaciones de los municipios. Esa calidad de información nos ha dificultado mucho tener claridad respecto de las mismas personas, a los docentes. En algunas municipalidades y corporaciones nos hemos encontrado con que no había ni contratos. Hemos tenido que reconstruir de cero las carpetas. Lo mismo pasa con el traspaso de los bienes muebles e inmuebles, que no están inscritos en el Conservador, que no están divididos, que la mitad pertenecía a un privado, y todo eso dificulta. Son temas de gestión que vienen desde antes. Hemos tenido algunas muy buenas experiencias con municipalidades y otras en que ha sido mucho más complejo. Eso atrasa todo lo que implica el funcionamiento, hace que cuando ya se produce el traspaso, los SLEP tienen que dedicarse mucho más a normalizar y regularizar que al tema pedagógico.

¿Cuáles han sido esas comunas complejas?

Más que dar nombres, hay que entender que cuando son corporaciones es más complejo, porque obviamente entra lo privado y estatutos que no dialogan con lo público y ahí se produce un problema.

¿Han debido prescindir de profesores que no cumplen los estándares?

Desde que te traspasan tienes que empezar a moverte con la normativa del Estatuto Docente, que tiene, por ejemplo, 44 horas máximas. Y te encuentras con docentes que trabajaban en tres municipios y, por lo tanto, tienen que ajustar horas para normalizar.

Eso podría explicarse por el sueldo de los profesores...

Ha faltado mucha difusión y dar a conocer lo que es la nueva carrera docente, sus tramos, sus requisitos; que tiene una base en la mejora de las condiciones laborales de los docentes muy importante, que los iguala a un docente de un colegio particular pagado. Si uno es un buen docente, va por tramos, y entrega todo lo que hay que hacer y todo lo que tiene que ver con la evaluación, puedes tener docentes que ganen incluso más que un director. Todavía está esta imagen de que teníamos que trabajar en muchas partes para tener un buen sueldo.

¿Cómo se lleva la transición de los estudiantes?

No lo resienten tanto. Lo que establece la ley es que se traspasa el establecimiento con los docentes y los alumnos. A lo más van a ver una placa que dice “Servicio Local” y empiezan a aparecer en escena el director ejecutivo y conceptos distintos, pero son sus profesores. Ellos empiezan a darse cuenta cuando empiezan a ver mejoras en los establecimientos.

¿Se va posicionando mejor la educación pública?

El gran desafío que tenemos es que esta política pública se transforme en una política de Estado. Estamos apostando a eso. Hay un compromiso muy fuerte de convertir la educación pública en una alternativa de calidad para todas las familias y así aumentar su matrícula, pero para eso hay que ofrecer, tener condiciones de calidad, demostrar que vamos mejorando.

¿Y los recursos? ¿Son más eficientes?

Es un sistema público que se rige por la ley de presupuesto y ese presupuesto es anual. Hay que aprender a moverse en la normativa, que el recurso dura un año.

Aún así, el presupuesto es variable...

Pero hay dos tipos. Uno fijo y el otro que es igual para cualquier sostenedor, que es el de las subvenciones. Y eso implica que hay que trabajar con mejorar la asistencia, la matrícula, para que la subvención sea más efectiva.

¿Y eso tampoco es revisable?

Ya son palabras mayores. Escapa un poco de la competencia de la Dirección de Educación Pública. Todos los sostenedores particulares subvencionados también se manejan así, no es algo propio de la educación pública.

Con todo lo dicho, ¿es una educación distinta o un cambio en quién controla?

Lo peor que podría pasar es eso, decir que solo es un cambio de institucionalidad. Hay que pensar que los SLEP son instituciones especializadas y eso es un plus: solo gestionan educación y la municipalidad gestiona muchas cosas. Y lo local empieza a jugar un rol fundamental. Yo te podría decir que hoy tengo 11 SLEP y todos tienen un sello distinto. En los consejos locales hay elecciones de todos sus estamentos como si estuvieras eligiendo alcalde. Por ejemplo, en Barrancas, los protocolos de regreso se construyeron con instancias participativas de toda la comunidad escolar.

¿El debate constitucional podría cambiar las reglas del juego?

Más que cambiar las reglas del juego, diría que podría poner como prioridad a la educación pública, con apellido, como algo garantizado en la Constitución.

¿Los plazos para la completa desmunicipalización van bien?

Siempre digo que instalamos 11 SLEP en contexto de crisis, lo que nos hizo reinventarnos y replantearnos la forma cómo lo hacíamos. Estábamos acostumbrados a lo territorial y tuvimos que entrar a lo virtual, pero eso no impidió que avanzáramos. Hoy, la primera etapa está cumplida. Lo más probable es que vayamos a apostar a una gradualidad más que a una extensión de plazo. Si uno mira el cronograma, vamos bien, estamos con el calendario tal cual está establecido.

La pandemia no se puede obviar, ¿han tenido deserción escolar?

Está comprobado que la no apertura de una escuela hace que un alumno que tenga un contexto más complejo no va a ir. Y con las escuelas cerradas, el año pasado tuvimos que ir a buscar a los alumnos, eso fue un trabajo que se hizo en todos los SLEP. Tuvimos que salir con los equipos directivos a terreno, a golpear puertas, y recuperamos un grupo importante de estos alumnos. Logramos retener a hartos, pero hubo deserción.

Hace un tiempo, cuando estaba en 36%, se buscaba que la matrícula de la educación pública fuera el 60% en ocho años. ¿Van bien? ¿Se mantiene esa proyección?

Estamos manteniendo la matrícula. No hay que olvidarse que nosotros tenemos una hoja de ruta que es una estrategia nacional y tiene metas y una de ellas es, de aquí a ocho años, el aumento de la matrícula sostenida y vamos a hacer todos los esfuerzos para lograr eso. Seguimos manteniéndola, independiente del contexto de la pandemia.

Eso innegablemente les va a pegar a los colegios particulares.

Les pega, pero no es malo. Ojalá pudieras tener oferta y buena oferta pública. Nos va a hacer muy bien como país. Los efectos van a ser muy positivos.

¿Se han topado con comunas que piden postergar la desmunicipalización?

De las 41, solo una (Placilla) pidió postergación, pero no cumplía los requisitos.

¿Y esperan toparse con muchas más?

No sé si muchas, pero sí algunas. Entrarán al sistema después. Lo que pasa es que a medida que el sistema avance, es como extraño quedarse fuera de él. Hoy esa comuna (Placilla) es parte de un SLEP y no tiene ningún problema, todo lo contrario. Lo que pasa en un municipio que pide postergación es que sus funcionarios quedan fuera del sistema, incluso cuando se llaman a concursos de empleos.

Para ustedes el golpe de la baja de matrículas en pedagogías es duro...

Debemos hacer algo todos juntos. Debemos mejorar la formación de nuestros profesores y profesoras. Tenemos que profundizar en nuestras políticas públicas, en cómo atraemos más talento a estudiar pedagogía. Todavía tengo la esperanza de que esto obedece a un contexto y que con la debida estrategia y un buen trabajo se puede revertir.

¿Qué es lo pendiente?

Tenemos que mejorar mucho el trabajo de coordinación con los municipios, porque el traspaso es clave para que un SLEP pueda funcionar bien. Es parte de los procesos de mejoras que ya tenemos levantados, de hacer un trabajo mucho más articulado y con más tiempo. La previa tiene que ser más larga y profunda. También las mesas de trabajo con los gremios, donde podemos ser mucho más sistemáticos, mucho más profundos, mucho más colaborativos, las distintas partes que están sentadas en esas mesas, en pos de los niños. Falta poner a los niños en el centro, no perder nunca el norte de por qué estamos haciendo esto. Si eso siempre estuviera en el centro en el momento del traspaso, yo diría que nos iría mucho mejor y esa es labor de todos. Si lo tenemos claro y a ese traspaso le ponemos rostro, diría que podríamos avanzar mucho más rápido.

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