Educación

“Familias multiespecie”: cómo el nuevo trato con las mascotas obligó a cambiar la Medicina Veterinaria

El aumento en la tenencia de animales de compañía está impulsando cambios significativos en la formación veterinaria, dejando atrás la visión generalista para enfocarse en un conocimiento especializado, el bienestar animal, la comunicación con los tutores y la comprensión de la cada vez más estrecha relación humano-animal.

“Familias multiespecie”: cómo el nuevo trato con las mascotas obligó a cambiar la Medicina Veterinaria

Las mascotas ya no se consideran una simple posesión en los hogares, sino que se han convertido en miembros con plenos derechos, con los cuales se establecen lazos afectivos, de cuidado y convivencia.

Las llamadas “familias multiespecie” llevan a la práctica esta nueva realidad que tuvo un fuerte impulso producto de la pandemia y la nueva legislación, aunque venía ganando terreno desde principios de siglo.

Cómo las “familias multiespecie” obligó a cambiar la Medicina Veterinaria

“Los tutores hoy están mucho más involucrados con sus mascotas; hay un fuerte vínculo afectivo que explica la necesidad de cuidarlos, de saber más sobre el bienestar de sus animalitos y cómo mantenerlos sanos, y eso se nota en la consulta”, explica Coral Restelli, médica veterinaria de la U. de Las Américas, protagonista y testigo de cómo las mascotas se convirtieron en integrantes y sujetos de bienestar al interior de los hogares, como lo señaló el 87% de los encuestados por Cadem a fines de 2024.

Esta estrecha relación interespecies beneficia a ambas partes. “La compañía y cuidado de mascotas trae beneficios en la salud física y mental de sus dueños, al reducir sentimientos de soledad, aumentar los sentimientos de apoyo social y estimular la actividad física.

Mascotas.

En la niñez y adolescencia, se considera que el vínculo con la mascota ayuda a la creación de una personalidad empática y humanitaria; y en un adulto puede contribuir incluso dar sentido de existencia. No es coincidencia que las líneas de investigación en salud humana hayan abierto sus puertas a comprobar los beneficios que presentan las terapias asistidas con animales”, sostiene Pedro Urrutia, jefe de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad de O’Higgins.

Este nuevo estatus de las mascotas también está desafiando a la academia, que se ha visto forzada a repensar la formación de los futuros médicos o técnicos veterinarios, teniendo en cuenta un factor extra de complejidad: las y los nuevos estudiantes ingresan con una vocación profunda y consolidada por el bienestar animal, que se expresa incluso en la pertenencia activa a organizaciones que velan por este fin.

“Muchos de los estudiantes ingresan a la carrera por historias personales vinculadas a sus propias mascotas, o por un deseo de mejorar la calidad de vida de los animales. Esa sensibilidad se expresa en una actitud más comprometida con el aprendizaje, con una fuerte disposición a cuestionar prácticas tradicionales y buscar siempre formas más humanas y éticas al momento de realizar una atención animal”, afirma Pamela Vergara, médica veterinaria y directora de carreras de Duoc UC de la sede San Bernardo, donde se imparte la carrera de técnico veterinario y pecuario.

La nueva medicina veterinaria

El cambio más evidente que ha experimentado la formación veterinaria de pregrado es que en la última década pasó de ser una carrera generalista a una cada vez más disciplinar, donde los estudiantes pasan a tener gran conocimiento fisiológico de los animales en general, pero en especial de las especies menores o de compañía en términos de su bienestar y comprensión del comportamiento con la incorporación de la etología.

Además del entendimiento cabal de la relación afectiva humano-animal y habilidades comunicacionales que antes no figuraban en las mallas curriculares.

Veterinarios.

“El nuevo vínculo con las mascotas ha hecho que la medicina veterinaria se transforme en una disciplina de vanguardia, de precisión, con especialidades, y todo eso que demanda el mercado, debido a esta relación más potente. El rol del médico veterinario va a ser cada vez más importante y central, y hay que entenderlo como parte de la medicina familiar, porque así como es importante que los niños vayan al pediatra, que los abuelitos vayan al geriatra, también lo es el hecho de que las mascotas vayan al veterinario a sus controles”, explica Daniela Siel, directora de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Mayor.

Y junto con la proliferación de especialidades veterinarias de posgrado, como dermatología, imagenología, odontología o gastroenterología, la educación técnico profesional tiende a la especialización, como afirma Pamela Vergara, de Duoc UC: “El rol del técnico veterinario es cada vez más relevante dentro de los equipos clínicos. Su formación será cada vez más especializada, y su aporte será fundamental en áreas como rehabilitación, nutrición, manejo conductual y de cuidado de animales geriátricos”.

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