Educación

Nuevas ingenierías, ajuste en Psicología y el repliegue de Filosofía: la oferta de carreras 2026

Aunque las carreras tradicionales siguen concentrando a buena parte de los estudiantes, el panorama formativo muestra movimientos más decisivos: nuevas disciplinas, programas modernizados y un crecimiento que se desplaza con fuerza hacia tecnología, salud y gestión.

Nuevas ingenierías, ajuste en Psicología y el repliegue de Filosofía e Historia: la oferta de carreras 2026 JAVIER TORRES/ATON CHILE

Este año, las universidades abren sus puertas con 198.441 vacantes distribuidas en 2.151 programas, un volumen que crece 3,4% en la oferta y 8,5% en los cupos respecto de 2025. Más allá de las cifras, lo relevante es hacia dónde se mueve la oferta: no solo crecen los programas, también están cambiando su orientación.

El subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, lo expresa con una idea que captura este giro: “El reordenamiento de la oferta no responde únicamente a una reorganización disciplinar, sino también a transformaciones profundas del sistema productivo y del mercado laboral”.

Oferta de carreras 2026 incluye cambios en Psicología, nuevas ingenierías y el repliegue de Filosofía e Historia

La expansión más evidente ocurre en tecnología. Se incorporan programas inexistentes en el ecosistema chileno hasta hace pocos años y se renuevan denominaciones para alinearse con subcampos emergentes. Para 2026 destacan aperturas como Ingeniería en Ciencia de Datos e Ingeniería en Automatización, junto con ajustes curriculares que fortalecen áreas hoy estratégicas. La inteligencia artificial, la ciberseguridad y los sistemas digitales no aparecen como carreras independientes, pero sí como focos transversales dentro de las mallas de diversas ingenierías, especialmente en computación, electrónica e industrial.

A ello se suman actualizaciones curriculares, como las nuevas versiones de Ingeniería Civil en Computación e Informática y el paso de Biotecnología a Ingeniería en Biotecnología, reflejo del fortalecimiento de la interfaz ciencia–industria. El cambio no se reduce a lo cuantitativo: los perfiles de egreso se están ajustando a la digitalización acelerada y a un mundo productivo cada vez más sofisticado.

El segundo gran movimiento está en salud. Se suman nuevos programas en Nutrición y Dietética, menciones actualizadas en Tecnología Médica y más sedes para Kinesiología y Obstetricia. Aquí la expansión no responde únicamente a la innovación de nuevas disciplinas, sino a la necesidad del país de fortalecer capacidades locales y ofrecer formación aplicada fuera de la Región Metropolitana, en un contexto de creciente demanda por profesionales y técnicos del área.

En las ciencias sociales y la gestión ocurre un reordenamiento más silencioso, pero igualmente significativo. Surgen carreras con énfasis digital e ingenierías comerciales con nuevas menciones, mientras algunas escuelas de Psicología ajustan su oferta hacia orientaciones organizacionales más definidas. Este movimiento revela que los programas de gestión comienzan a integrar competencias tecnológicas, analíticas y de servicios avanzados, una señal clara de hacia dónde se desplazan las necesidades laborales del país.

En cambio, las humanidades muestran un repliegue sostenido. De los 42 programas que ofrecían vacantes en 2025, para 2026 solo quedan 32, con retiros en disciplinas como Filosofía e Historia. En Educación ocurre algo similar: desaparecen versiones específicas de Pedagogía en Filosofía y disminuye la presencia de Pedagogía en Castellano. No es un retroceso abrupto, pero sí un ajuste coherente con tendencias de matrícula y empleabilidad que se arrastran desde hace más de una década.

La oferta 2026 evidencia nuevas áreas híbridas, como la intersección entre datos y salud, o entre gestión y tecnología, carreras que cambian de nombre para reflejar currículos modernos y aperturas regionales estratégicas.

Educación técnico profesional: qué estudiar hoy y dónde están las oportunidades

La educación técnico profesional atraviesa un ciclo de expansión que se mueve en una lógica distinta a la del mundo universitario. Según la Oferta Académica 2025 del SIES, entre CFT e IP existen 13.451 programas y 314.314 vacantes, una magnitud que da cuenta de la diversidad del subsistema. A ello se suma una matrícula histórica cercana a los 600 mil estudiantes, donde una proporción significativa corresponde a personas que trabajan y mayores de 25 años, lo que explica la consolidación de modalidades flexibles y online, muy por encima del promedio del sistema universitario (74% de la matrícula online está en estas instituciones).

El subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, plantea que este dinamismo implica algo más que crecimiento cuantitativo: “Este desarrollo está alineando la oferta educativa con las necesidades de una sociedad diversa, promoviendo trayectorias que compatibilizan estudio, trabajo y vida familiar sin perder calidad ni pertinencia”.

El área tecnológica es el ejemplo más visible de esta dinámica. Surgen ofertas como Electromovilidad, Autotrónica, Gestión de Equipos Mineros Móviles, Técnico en Energía Solar o variantes de Automatización y Control Industrial. A ello se suman programas digitales en expansión, entre ellos Analista Programador Computacional, Analista de Datos, Desarrollo de Aplicaciones o de Software e Ingeniería en Infraestructura Tecnológica.

JAVIER TORRES/ATON CHILE

El bloque de administración, negocios y logística es otro de los pilares del sistema. Carreras como Administración de Empresas, Ingeniería en Administración, Contabilidad, Gestión de Operaciones y Logística mantienen una demanda robusta. En estas áreas, la expansión se da sobre todo en nuevas sedes y versiones vespertinas u online, que permiten absorber necesidades de actualización y reconversión laboral.

La salud constituye un tercer foco de crecimiento. La oferta está en las carreras de apoyo clínico y gestión sanitaria: Técnicos en Enfermería, en Farmacia, en Odontología, Imagenología, Preparador Físico, Asistencia en Rehabilitación y Gestión en Servicios de Salud. Se trata de programas fuertemente territoriales, que dependen de redes locales de práctica y que exhiben niveles de empleabilidad estables o altos.

También crece el eje industrial y energético, especialmente en regiones. Carreras como Electricidad Industrial, Mecánica y Mantenimiento, Energías Renovables, Prevención de Riesgos, Construcción y Maquinaria Pesada responden a necesidades concretas de sectores como minería, energía, manufactura e infraestructura

Finalmente, las áreas de servicios y economía creativa completan el mapa de los IP: carreras como Gastronomía, Turismo, Diseño Gráfico y Digital, Producción Audiovisual, Estética Integral y Deporte y Actividad Física. Son espacios donde la demanda es más variable, pero donde los IP han logrado instalar rutas formativas con fuerte perfil vocacional y pertinencia local.

Para quienes hoy evalúan qué estudiar, la oferta IP revela oportunidades claras: carreras aplicadas, inserción laboral rápida, formatos compatibles con el trabajo y una propuesta conectada con los desafíos productivos de Chile.

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