El Grammy Latino lo espera: el otro lanzamiento de disco de Lucas Nervi
El atleta es un consumado músico y productor ejecutivo. En esta última función se ilusiona luego de colaborar con el legendario Billy Cobham.
Multifacético. Ese es el adjetivo que mejor describe a Lucas Nervi, lanzador de disco de 23 años, estudiante de Ingeniería Civil en la Universidad Católica y alumno de jazz del maestro Christian Gálvez.
“Yo creo en un estilo de vida un poco desde la simultaneidad, de que las cosas que pasan en mi vida fuera del lanzamiento me ayudan a ser mejor deportista. De hecho, en el momento donde dejé de hacerlo, donde congelé la universidad, donde dejé la música, fue cuando no clasifiqué a los Juegos Olímpicos”, ejemplifica.
Y confiesa: “Todas las cosas que eran como mi salvavidas se me cayeron y me dejaron como solo, y no es mi mundo. Yo necesito que estén pasando cosas alrededor mío para poder estar tranquilo y rindiendo lo mejor”.
Hoy retomó sus estudios. “Voy un poco a mi ritmo. Mis compañeros están casi todos saliendo y a mí me queda harto, pero voy a mi ritmo”, afirma. Y también se reencontró con la música: “Estoy estudiando de manera profesional, pero casi podríamos decir que sí. Estoy preparando un álbum que grabamos el año pasado en España junto a Christian Gálvez, que es un músico extraordinario”.
Pero no se detiene ahí, pues también está trabajando en un proyecto en Rapa Nui para formar nuevos talentos. “Dentro de un par de meses vamos a la isla a hacer una capacitación para 20 entrenadores y hacer la segunda versión de la Olimpiada Rapa Nui. El año pasado fue la primera versión y tuvimos a 200 chicos participando”, recuerda.
La novedad para esta edición tiene que ver con las ciencias. “Estamos llevando a cabo una investigación cualitativa etnográfica, pero todo finalmente lo hago con equipos de personas que están alineados en los distintos objetivos. Los proyectos en los que he estado involucrado o los que he formado en verdad no dependen de mí, que eso es lo lindo y lo que creo que me ayuda a mantener mi estilo de vida”, señala.
Esa filosofía tiene un principio más profundo: “Finalmente sé que, si yo desaparezco, estos proyectos siguen andando. Entonces eso es lo lindo y lo que apunto un poco”.
Con una leyenda del jazz
Si en Santiago 2023 obtuvo el oro en el lanzamiento de disco, hoy está cerca de conseguir un notable galardón por el lanzamiento de otro disco: uno musical, donde es productor ejecutivo. “Con Christian tuvimos un proyecto, que se llama Zudaka Jazz Corp y que actualmente está en una prenominación a una de las categorías en los Latin Grammys. Ese es un disco grabado con Billy Cobham. Así que de alguna u otra manera fuimos compañeros de trabajo con Billy Cobham”, comenta.
Precisamente su debut discográfico se inspira en esa experiencia con Cobham. “Ese proyecto dio pie para este álbum. Estaba la idea de grabar algo, pero no pude cambiar ese viaje familiar por las fechas de grabación, así que dije: ‘Perfecto, déjame dos semanas, me encierro en mi pieza y hago una serie de canciones y vamos grabar canciones mías’. No tenía nada y en dos semanas ya habíamos grabado todo en el estudio de Christian, allá en el Cajón del Maipo, y partimos a España con las grabaciones”, recuerda.
“Los bajos los grabé yo, Christian, que además es el productor artístico, toca los acordes de una canción con bajo eléctrico, también el contrabajo en otra canción, trompetas que grabamos hace dos semanas con ‘Juanpi’ Salvo, que ganó un Altazor hace un par de años, y Nilson Olguín en la batería, otro extraordinario jazzista. En definitiva, son todos músicos de muy buen nivel, entonces me han hecho muy fácil el trabajo a la hora de dar los lineamientos de lo que quiero en las canciones”, resalta sobre ese proceso.
Su pasión en la música viene desde los seis años. “Empezé en clases de piano, música clásica, piano clásico, después estuve un par de años sin clases, agarrando la guitarra, un poco autodidacta. Después, en la pandemia, me compré el bajo eléctrico, y ahí después de un año y medio con clases de un guitarrista que me hacía clases de bajo, conocí a Christian una vez que fui a ver jazz en vivo. De hecho, lo conocí en el Jazz Corner, cuando conversábamos con el dueño Álvaro Gómez, quien me lo presentó”, relata.
“Yo justo había tomado un curso online con él, entonces ahí calzábamos. Y en verdad me ha tratado muy bien Christian desde el día uno, o sea, desde que supo que era deportista, me dijo, ‘ya compadre, te beco en las clases para que puedas venir, y yo le dije que no, que mejor se la dejáramos a otra persona que la necesitara, porque él tiene un motor social con la música”, complementa.
Mirando a Los Ángeles
No haber clasificado a París significó una etapa de cambios para Lucas Nervi. “Ahora el foco está puesto 100% en Los Ángeles. Cambié de equipo técnico, que es algo muy profundo en un deporte técnico, valga la redundancia”.
Esto ha tenido consecuencias inmediatas. “Conlleva a bajar un poco el rendimiento mientras uno se adapta a un nuevo proceso, pero la idea es recuperar el nivel de aquí a 2027, que es el periodo de clasificación. Así, las fichas están puestas en los Juegos Olímpicos, que es el último escenario que me falta por aparecer”, plantea.
Su nuevo entrenador es Eduardo Sotomayor y su PF es Tomás Landerer. “Esta dupla de técnico y preparador físico no se da mucho en el atletismo nacional. Entre comillas, es innovador. Yo siempre dije que los Juegos Panamericanos saturaron un poco la escena del atletismo nacional y han dado paso para muchos cambios de entrenador, muchos cambios de proceso”, reconoce.
Lucas Nervi brilla en las pistas y sueña con repetir su éxito en la música.
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