“Es preocupante”: los coletazos a todo nivel de la reunión secreta entre Colo Colo y la Garra Blanca
La cita en que la barra brava del Cacique les pidió explicaciones por la mala campaña al plantel y el cuerpo técnico escala en varios sentidos.
La reunión secreta entre el plantel y el cuerpo técnico de Colo Colo con una decena de integrantes de la Garra Blanca, que publicó El Deportivo, distrae al Cacique en horas cruciales. Este miércoles, el equipo de Jorge Almirón se juega su futuro en la Copa Libertadores. Las matemáticas son categóricas: el equipo de Macul necesita sumar los seis puntos que le resta por disputar y esperar una combinación de resultados. El escenario aplica, también, para la eventualidad de ir a la Copa Sudamericana.
En Pedreros, y en otros sectores de la capital, en rigor, el foco es distinto. La cita entre los albos y los barristas, de la que Aníbal Mosa se desentendió, y la que Almirón relativizó en la antesala del choque frente a la Academia, generó inquietud. “El domingo era el día de la madre, había mucha gente del club. Terminamos el entrenamiento y algunos hinchas quisieron hablar con los jugadores. Expresaron su sentir. Yo conozco a algunos, son mis vecinos. Yo simplemente los escuche", terminó admitiendo el estratega. El presidente se desmarcó. “No lo sé, no lo sé… gracias, tengo que irme a embarcar”, dijo, evidentemente incómodo, antes de subirse al avión rumbo a Buenos Aires.
“Es preocupante”: los coletazos a todo nivel de la reunión secreta entre Colo Colo y la Garra Blanca
A nivel gubernamental, la situación no pasó inadvertida. “No tengo ningún antecedente, salvo lo que apareció en la prensa. Obviamente, lo encuentro preocupante, pero, probablemente, es el ministerio de Seguridad el que tenga que evaluar, por cuanto hay una infracción a una ley que está radicada en dicho ministerio”, sostiene Gonzalo Durán, el delegado presidencial metropolitano, a El Deportivo.
En el plano futbolístico también hay extrañeza. Fundamentalmente, por el contexto en que se produce el encuentro. Hace poco más de un mes, el 10 de abril, parte de la facción más radical de los hinchas del Cacique protagonizó los incidentes más graves que se recuerden en el estadio Monumental: la invasión al campo de juego en el partido ante Fortaleza. En la antesala, dos hinchas habían fallecido. La acción fue “justificada” por los barristas como una respuesta.
La Conmebol castigó duramente al Cacique. Aunque lo mantuvo en la Copa, lo condenó a jugar cinco partidos sin público como local y otros cinco como visita, en cualquier torneo que organice. Además, le aplicó una multa y un apercibimiento en caso de reincidencia.
Ese escenario torna inexplicable, para muchos, que el club popular haya terminado legitimando a la Garra Blanca permitiéndole el ingreso a un espacio privado por definición. Y, más aún, que haya accedido a juntar a sus representantes con los futbolistas y el staff, en un marco de presión ante una situación estresante de por sí.
Internamente, en tanto, también hubo convulsión. Eso sí, no hubo respuestas del bloque opositor a la gestión de Aníbal Mosa, precisamente para evitar que el timonel termine politizando el conflicto y victimizándose frente a una ofensiva.
ANFP, en alerta
En la ANFP también se activó la alerta. Sin embargo, la legislación vigente a nivel deportivo no regula el comportamiento. De hecho, se descarta tajantemente una vulneración al artículo 66º bis, que alude a la relación económica entre los clubes y las barras. “Se prohíbe a todo Club o sus Directores, Administradores, Representantes legales o funcionarios contratados bajo cualquier modalidad, realizar dolosa o negligentemente cualquier contribución pecuniaria o en especies a los simpatizantes o adherentes de su institución o de cualquier otra de fútbol profesional. Entre otras acciones serán constitutivas de contribución cualquier forma de remuneración de las previstas en el Código del Trabajo, Capítulo V, artículo 41 y 42″, consigna la norma.
“Igualmente será considerada contribución el otorgamiento de entradas para cualquier clase de partidos; la asignación de recursos para la adquisición de implementos y/o accesorios que se empleen por los adherentes y simpatizantes; y aquellos cuya finalidad sea el transporte bajo cualquiera de sus formas, la estadía y la alimentación”, agrega.
En la práctica, ninguna de esas disposiciones, que exponen a sanciones como resta de 10 puntos, inhabilidades y suspensiones a clubes, dirigentes y jugadores, son aplicables para el caso.
Sin embargo, hay un componente ético que aún se discute.
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