Sebastián Herrera: "Lamentablemente, para mejorar hay que salir al extranjero"

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Sebastián Herrera, en el partido ante Colombia (Foto: FIBA).

El escolta chileno es el capitán más joven de la Bundesliga alemana. Antes de enfrentar a Colombia en un duelo clave por la clasificación, analiza el desafío y su rol en la Roja.



La Selección de básquetbol tiene un duelo clave esta noche. Luego de perder por un punto ante Colombia, en Valdivia, hoy juega la revancha en Tunja, en la segunda fecha de las Clasificatorias a la AmeriCup 2021. Duelo clave, considerando que los mundialistas Venezuela y Argentina son los otros rivales del grupo. Una nueva derrota supondría quedar virtualmente eliminada, salvo milagro ante las potencias.

Sebastián Herrera (22 años, 1,93 metros) es la figura más llamativa que tiene Chile. Él tiene claro su rol y se toma con responsabilidad el hecho de jugar en una de las mejores ligas de Europa. El escolta es el capitán más joven de la Bundesliga y está peleando los primeros lugares con los Crailsheim Merlins. Orgulloso representante nacional, no solo lucha por enaltecer el básquet chileno, sino que también por conseguir auspicios que lo posicionen, actualmente, como el único de su disciplina en ser rostro de alguna marca.

¿La preparación para esta ventana ha sido adecuada?

Hemos tenido entrenamientos duros, bastante concentrados y hemos tratado de demostrar en cancha lo que el coach quiere.

¿Qué es lo más difícil?

Por los pocos días de preparación, eso, tratar de mostrar en cancha lo que el coach quiere. Y creo que hemos aprendido a hacerlo.

¿La clasificación se juega ante Colombia o es posible ganarle a Venezuela y Argentina?

Siendo realista, Colombia es lo importante. Pero si no se llegan a dar los resultados, tenemos otros cuatro partidos en los que jugaremos nuestras chances. Y con toda la confianza de que son seis partidos, no solo dos.

¿Siente presión por reforzar a la Selección desde el extranjero?

No, estoy hace varios años fuera y siempre que vengo trato de dar el cien por ciento de mí. Siempre.

¿Qué aporte hace desde su experiencia en Alemania?

Voy a tratar de traer la experiencia, el físico y todo lo que he aprendido allá, como leer el juego y crear jugadas para mis compañeros.

Su entrenador en los Merlins dijo que usted es un líder y que lo demuestra con hechos. ¿A qué se refiere?

En Alemania trato de liderar a mi equipo en situaciones difíciles, tomando decisiones en la cancha, apoyando a mis compañeros afuera, que es importante. Quizás se refiere a eso.

¿Cómo lo eligieron capitán?

Los chicos hicieron una votación y salí electo. El coach también votó por mi. Lo tomé con mucho orgullo, es un honor muy grande, me siento contento. Trato de demostrar lo que he aprendido y el gran trabajo que estamos haciendo.

¿Cómo trae ese liderazgo a la selección?

Tomando decisiones dentro de la cancha, tratando de ayudar a mis compañeros en ambos lados de la cancha. Es lo importante. Y fuera, siendo una voz, apoyando en cualquier momento.

¿Espera que su ejemplo motive a otros jóvenes a jugar en Europa?

Ojalá. Lamentablemente, para seguir mejorando o dar el próximo paso, hay que salir al extranjero. Espero que los chicos salgan a una temprana edad, como yo a los 16 años. O a los 15, porque así en la mayoría de los clubes de Europa, si llegas con esa edad, te pueden dar la nacionalidad por jugar tres o cuatro años en inferiores. Es dar un paso muy importante y hay que aprovecharlo.

¿En Chile es imposible ser profesional?

No es imposible, para nada, pero hay pocos clubes con el nivel necesario para competir en Sudamérica. Pero se ha demostrado que hay jugadores que viven del básquetbol. Lamentablemente son pocos. Ojalá con el paso del tiempo se pongan más sponsors o más clubes con más plata para que los chicos puedan hacer una vida en el básquet.

De su experiencia alemana, ¿qué podría imitar Chile?

Las inferiores. Hay más academias que combinen el básquetbol con el colegio, que los chicos se puedan dedicar a los estudios y al básquetbol. Yo viví muchos años en Santiago y me costaba salir del colegio, tarde, tomar dos micros e ir al gimnasio a entrenar. Era mucho tiempo perdido. En cambio, en Alemania vivía cerca del gimnasio y tenía entrenamientos antes del colegio dos veces a la semana. Después tenía clases y en la tarde entrenaba de nuevo. Se hacía más fácil.

¿Proyecta su futuro?

Me gustaría seguir jugando en Europa, quizás un mejor club en Alemania o en España. Son las dos ligas en las que me estoy proyectando. Soñar es gratis. Me gustaría estar en los mejores clubes posibles.

¿De qué depende?

De seguir constante. Es un trabajo duro a lo largo del tiempo. De seguir poniendo números, siendo un líder en el equipo, seguir ayudando y ganando, que es lo que todos los clubes buscan.

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