El Deportivo

Las claves del renacer de Nicolás Jarry que lo ilusiona para el resto de la temporada

Después de una temporada amarga por los efectos de la neuronitis vestibular que aún padece, el tenista nacional vivió en Wimbledon un nuevo impulso para su carrera, que hoy lo hace ver el futuro inmediato con más optimismo.

Nicolás Jarry avanzará casi 50 posiciones en el ranking y volverá al top 100 en la entrega del 14 de julio.

Antes de llegar a Wimbledon, Nicolás Jarry vivía momentos muy difíciles. Solo mostraba chispazos de su buen tenis y había quedado en una posición muy difícil tras no poder defender con éxito la final del Masters 1000 de Roma. Esos 600 puntos que perdió lo desplomaron hasta el puesto 150 del ranking mundial, muy lejos del 16º lugar que alcanzó en 2024 tras su brillante actuación en la capital italiana, y cambiaron su condición en el circuito.

A la Catedral, Nico llegó como el 143º del planeta y siendo la cuarta raqueta del país. Debido a su ubicación, no ingresó directamente al cuadro principal y tuvo que jugar las clasificaciones del tercer grand slam de la temporada. Sorteó el desafío con mucha autoridad, sin ceder sets, y recuperando la confianza, algo que se vio acentuado con su épica victoria sobre Holger Rune (8º) tras perder los dos primeros sets.

Pese a la solidez que mostró, durante el torneo también reveló que sigue con problemas debido a la neuronitis vestibular que le afectó el oído, el equilibrio, y más recientemente, la vista. “He intentado aceptarlo y buscar ayuda para mejorar. Ahora mismo, he conseguido mejorar otras habilidades que la lesión me ha quitado. Así que he podido compensarlo y sacar el máximo partido a lo que tengo”, señaló en declaraciones al sitio oficial de la ATP.

“Cada día es una batalla. Cada mes mejora un poco. Tengo que volver a enseñar a mi cuerpo y a mis ojos a hacer ciertas cosas. Cada vez mejora un poco, así que, mientras mejoro en mi tenis, las otras habilidades también mejoran en la misma línea. Es solo cuestión de tiempo, y ahora mismo he conseguido un buen conjunto de habilidades para poder competir a este nivel”, confesó.

Sigo en proceso de recuperación, el oído sigue mejorando poco a poco. Me voy dando cuenta que me afectó mucho el funcionamiento del ojo. Entonces estoy buscando maneras de trabajar toda la parte visible de cómo funciona el ojo, cómo se mueve el ojo y cómo funcionan ambos ojos juntos. Y voy viendo trabajos para eso”, explicó el santiaguino en una entrevista con Clay Tenis, que posterior a Wimbledon acudirá con especialistas para analizar con más detalle su problema.

“Sé que el vestíbulo tiene parte que ver con la visión, con la percepción, con el equilibrio. Y la parte del equilibrio ya la he estado trabajando. Todavía me mareo fácilmente, pero estas consecuencias que están afectando mi visión son algo nuevo. Después de esta gira me junto con un especialista del vestíbulo ocular para analizar en profundidad qué es lo que tengo dañado”, reveló.

A pesar de ello, Jarry se las arregló para cumplir su mejor actuación en el All England e igualar su techo en Grand Slam, llegando a los octavos de final. Un logro que su abuelo Jaime Fillol también consiguió 51 años antes.

Camino fértil

El haber regresado al top 100 rápidamente le soluciona varios problemas a la ahora mejor raqueta del país. En primer lugar, prácticamente asegura su presencia en el cuadro principal del próximo US Open.

Además, prácticamente todo lo que sume de aquí al final de la temporada es ganancia para Nico, pues defiende apenas 155 unidades, producto de que el año pasado apenas ganó tres partidos en todo el segundo semestre, debido a la enfermedad que lo aqueja.

Si bien con el nuevo puesto 95 del ranking en que figurará tras Wimbledon, a la espera de algunos movimientos, no tiene garantizado el acceso a los Masters 1000. Sí podrá hacerlo a prácticamente los ATP 250 y algunos 500, por lo que tendrá buenas opciones de seguir escalando en el ranking.

Junto con ver a los especialista para ver mejorías a su enfermedad, Nico rediseñó su calendario para las próximas. Así, no jugará las clasificaciones de Gstaad y volverá en Kitzbühel, para luego realizar una pequeña pretemporada en cemento para reaparecer en la qualy del Masters 1000 de Cincinnati y de ahí continuar en la gira por Norteamérica, que tiene como corolario el Abierto de Estados Unidos.

La ilusión de Jarry está a tope: “Me voy con un sabor amargo, pero tranquilo del partido, de las dos semanas. Muy contento con cómo estuve: muy firme y buscando soluciones desde la primera ronda de qualy”, indicó tras su eliminación. “Ahora a disfrutar, descansar un poquito, pasar un buen tiempo con la familia. Feliz de lo hecho y a recargar pilas”, añadió.

Poco a poco, Nicolás Jarry comienza de una pesadilla que comenzó cuando gozaba de su mejor momento como tenista profesional.

Más sobre:TenisWimbledonNicolás JarryUS Open

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Piensa sin límites. Accede a todo el contenido

Nuevo Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE