Martín Besfamille
17 nov 2021 08:44 AM
Es fundamental que en el proceso que estamos viviendo respecto la redacción de la que podría ser nuestra nueva Carta Magna, se respete el necesario equilibrio entre universalidad y pluralidad, cuestión esencial de cualquier democracia liberal. En este sentido, el desafío principal está precisamente en definir donde empieza el derecho a la educación y donde termina la libertad de enseñanza. Hay que pensar en cómo armonizarlos y no en cómo confrontarlos. Solo de esta forma podremos contar con una Constitución que custodie los derechos de la ciudadanía. Y no los caprichos intelectuales o ideológicos de unos pocos.