En el sector de Sierra Bella, en el barrio Matta Sur, hay un lugar que parece detenido en el tiempo y que es un verdadero tesoro gastronómico, Las Carretas de Cauquenes.

Y pese a que tienes más de 60 años de historia, todavía sigue siendo un secreto a voces para muchos. De hecho, es uno de los lugares favoritos de Alfredo Gutiérrez, chef que trabajó por años en el Bar Liguria y que ahora encuentras en la Fuente Pajaritos.

También de Víctor Pastrán, el productor Vermut El Gallo, vermut artesanal que se hace en Lolol, en el Valle de Colchagua, con Vino País, Pipeño, Moscatel y botánicos propios de la zona.

Una picada memorable que apenas ingresas te de la bienvenida con un bar que es la entrada a amplios comedores con mesas cubiertas por manteles de hule floreados.

Ahí atiende su propia dueña, la señora Norma, oriunda de Cauquenes, desde donde trae la chicha dulce rosada ($ 800), la cañita y el pipeño ($ 800).

Tragos perfectos para acompañar el sándwich de pernil en marraqueta ($ 2.300) o el de arrollado ($ 2.400), hecho ahí mismo, en Las Carretas de Cauquenes.

Cocina casera de toda la vida

A partir de la 1.15 PM comienzan a llegar los comensales, la mayoría vecinos del barrio, atraídos por una propuesta de almuerzo bien casera.

Es cocina chilena de toda la vida, que se acompaña con marraqueta y pebre, y a la suerte de la olla, porque en Las Carretas de Cauquenes no hay carta.

Sin embargo, de seguro te encontrarás con el arrollado ($ 5.000), pura carne de suave adobo, acompañado de papas cocidas y perejil. Queda de lujo si le pones un poquito de pasta de ají.

Además del causeo depatitas de chancho ($ 3.500), con cebollas en escabeche; o el pollo arvejado ($ 4.000), con arroz y una buena cantidad de caldo, que viene con ensalada chilena.

También la carbonada ($ 3.300), o la mechada ($ 5.000), con arroz y papas cocidas.

¡Larga vida a Las Carretas de Cauquenes!