Fiscalía investiga lavado de dinero en la compra de un terreno de propiedad de Arturo Vidal en Coquimbo

La causa se encuentra en calidad de reservada y tiene vinculación con una querella que presentó un ciudadano francés, quien fue estafado en USS7 millones. Los principales sospechosos intentaron defraudar a la Municipalidad para cambiar el uso de suelo del paño que fue adquirido por el “Rey” Arturo en 2015.


El Departamento de Viviendas de la Municipalidad de Coquimbo guarda un tesoro que muy pocos conocen. Un tesoro digno de un Rey. Y no cualquier monarca. En la helada sala de un edificio municipal, se encuentra una camiseta del seleccionado chileno Arturo Vidal con lo que parece su firma y una dedicatoria para la oficina que tiene como misión gestionar la construcción de viviendas sociales para los coquimbanos que esperan una casa propia. Según datos internos, hoy son 3.815 personas, organizadas en 32 comités.

La camiseta roja con el dorsal número 8 está enmarcada en madera y vidrio. Por su peso, debe ser trasladada entre dos personas. El diseño es de la época en que la “Roja” había logrado el segundo lugar en la Copa Confederaciones y aún mantenía opciones de ir al Mundial de Rusia 2018. Es decir, mediados de 2017.Si bien han pasado casi cuatro años, los funcionarios municipales aún la conservan. Dicen que es el único recuerdo que queda de un fallido proyecto habitacional que supuestamente quería implementar Arturo Vidal, en el sector de La Herradura, en Coquimbo.

Como se ve, para los trabajadores de dicha repartición el regalo quedó sólo en una anécdota. Esa camiseta, sin embargo, puede ser una importante pieza para encauzar una reservada investigación que lleva la Fiscalía Regional de Coquimbo por los delitos de estafa y lavado de dinero, y que tiene en la mira un terreno de 10 hectáreas de propiedad del futbolista Arturo Erasmo Vidal Pardo en la capital de la Cuarta Región.

El principal sospechoso de esta trama es quien regaló la camiseta. Se trata de Claudio Andrade Gutiérrez, 51 años, y declarado culpable en varias oportunidades por estafa y giro doloso de cheques. Es decir, un especialista para mentir y engañar. En 2015 fue condenado a cuatro años de libertad vigilada intensiva por estafar a un empresario francés por US$7 millones en el marco de un supuesto proyecto minero en Punitaqui, a 100 kilómetros de Coquimbo. Andrade no fue encarcelado y tampoco dio luces de la ubicación del botín.

Siete años después, el francés Dominique Massenez, propietario de varios viñedos, aún busca su dinero. Para eso en agosto de 2020 presentó una querella en la que acusa a empresas vinculadas al futbolista y su familia.

“Por el patrimonio que mantenían todas estas compañías que era altísimo, nos dimos cuenta que lo más probable es que los dineros que habían sido defraudados a Dominique estaban siendo lavados a través de estas compañías”, comentó Jorge Martínez, abogado querellante de Massenez.

¿Cómo se explica la relación de Claudio Andrade con Arturo Vidal? Mediante un amigo que trabajaba en las compañías del “Rey” Arturo y sus primos, el estafador logró un amplio conocimiento de cómo funcionaban las sociedades tanto a nivel financiero como operativo.

Es así como Claudio Andrade continuó con sus fechorías. Nada lo detenía. En agosto de 2017 se presentó sin agenda ni aviso en el Departamento de Viviendas de la Municipalidad de Coquimbo. Pidió hablar con el jefe, porque venía con una interesante propuesta que aliviaría a una buena parte de los ciudadanos de la ciudad pirata.

A los pocos minutos fue recibido por Eric Osorio en una pequeña sala. “Vengo en representación de mi socio Arturo Vidal. Pongo a disposición de ustedes, un terreno que tiene Arturo en La Herradura para las personas más vulnerables de la comuna”, le dijo para empezar.

Osorio quedó sorprendido y no dudó en agendar una nueva reunión para iniciar las conversaciones. Para el municipio era una oportunidad valiosa dado que el terreno es el elemento más caro y escaso para levantar proyectos habitacionales con subsidio.

“Decidí ponerlo en contacto con la Oficina de Campamentos y Tomas, pues consideré que atendido al sector sobre el cual el futbolista y este sujeto deseaban hacer efectiva la ayuda al sector más vulnerable (...) Nos permitían cubrir esa demanda y más, así que me pareció atractiva la oferta”, declaró Eric Osorio a la PDI, en marzo de 2020.

A la segunda cita, Claudio Andrade llegó acompañado del arquitecto Juan Francisco Pérez, quien sería el enlace con los profesionales de la municipalidad para iniciar el proceso de estudios técnicos y conseguir un cambio en el uso de suelo.

Una de las reuniones fue registrada en un audio de 47 minutos. Andrade tenía que jugar sus cartas para convencer a los funcionarios públicos: “Entonces lo que yo quiero hacer con Arturo, es demostrarle a otras personas que, sin el nombre nuestro ni de Inversiones Vidal van a tener viviendas dignas, que van a ser tres dormitorios, cuatro dormitorios, dos baños, tres baños”, decía.

Y le fue bien. Tan bien que los profesionales de la Oficina de Campamentos lo invitaron a conocer tomas en los sectores altos de Coquimbo. “Nunca se bajó pero nuestra idea era que él constara la realidad de esas personas y viera sus necesidades para que entendiera el funcionamiento de los proyectos sociales”, comentó una funcionaria que participó en esos recorridos.

El plan caminaba a la perfección. Claudio Andrade era uno más en la repartición municipal. Sus cualidades de estafador una vez más estaban dando frutos. Siempre cuando iba, les comentaba a los funcionarios que él y Arturo Vidal no hacían esto por dinero ni fama. Sólo querían devolver parte de su éxito para la gente más pobre.

Pero Andrade no actuaba solo. Su colaborador era un ex ejecutivo bancario con amplias habilidades para manejar grandes sumas de dinero. Se trataba de su amigo Manuel José Amenabar Zúñiga, misma persona que fue su ejecutivo bancario mientras estafaba al ciudadano francés siete años atrás y que no fue acusado en esa causa. Pero esta vez, Amenábar trabajaba para las empresas del futbolista y sus primos.

Andrade y Amenábar habrían diseñado este plan para defraudar a la Municipalidad de Coquimbo. Al parecer, su objetivo real no era desarrollar un proyecto de viviendas, sino convencer a las autoridades para cambiar el uso de suelo de rural a urbano y así multiplicar el valor del terreno adquirido por la sociedad de Arturo Vidal.

“Claudio Andrade declaraba un movimiento financiero igual a cero en los años en que él estuvo cumpliendo la pena en libertad vigilada. Entonces nos parecía extraño que una persona con cero ingresos apareciera presentando proyectos ante una municipalidad y además teniendo poderes con sociedades comerciales”, dice Jorge Martínez, abogado de Dominique Massenez.

Esta caja negra se comenzó a destapar luego de que el 21 de abril pasado Arturo Vidal presentó una querella contra su primo Carlos Albornoz por los delitos de administración desleal y contrato simulado. El futbolista lo acusa de traspasos de bienes que él jamás visó y cuantiosas peticiones de créditos en las que Vidal figura como aval. Todo valorado en cerca de US$5 millones.

¿Hasta qué punto podría estar involucrado el “Rey” Arturo en un proyecto en el que era representado por un condenado por estafa? ¿ Qué rol habrán cumplido sus primos Carlos y Víctor Hugo Albornoz?

Los hermanos Albornoz están preocupados. Carlos afirma estar reuniendo todos los antecedentes para aclarar este problema y asegura estar dispuesto a que se revise cada peso de sus cuentas y las de sus empresas.

“Nos sentimos víctimas y perjudicados con esta situación pero al mismo tiempo quisiéramos ayudar al señor francés, queremos ayudar al fiscal a proveer toda la información que de nuestra parte esté porque es una condición bien confusa y que nos afecta profundamente”, señala Carlos Albornoz, en respuesta al reportaje de La Tercera.

El Ministerio Público pronto los citará para que expliquen cómo se adquirió el terreno de Coquimbo y por qué, Andrade y Amenábar, los mismos involucrados en la estafa al francés, se “reinventaron” representando y trabajando para las compañías de Vidal y sus primos. ¿Habrá pasado por esas empresas parte de los US$7 millones de dólares defraudados en 2010?

“En la actualidad, desarrollamos la investigación en carácter de desformalizada respecto a estos hechos sobre la compra de un terreno en el sector de El Panul, Coquimbo. En principio su objetivo era el desarrollo de un proyecto habitacional con fondos públicos, el cual no prosperó”, aseguró a la Unidad de Investigación y Datos de La Tercera Yocelyn Weisser, fiscal adjunto de Coquimbo.

La ruta que lleva al Panul

“Me asesoré por futbolistas mayores que me dieron un par de nombres y bancos de inversión serios en Europa y Estados Unidos. Luego decidí invertir en propiedades, aprendí que hay que diversificar en distintos tipos de inversiones”.

Los bienes raíces, tal como dijo Arturo Vidal en 2015 a Revista Capital, son una de las formas en que ha enfocado sus inversiones en Chile pensando en un retiro que hace siete años parecía lejano, pero que hoy está cada vez más cerca.

¿Cómo llegó Vidal a comprar terrenos en el norte de Chile? Cercanos al futbolista recuerdan que entre las decenas de ofertas de negocios que llegaban, el dato de un personaje de la televisión pareció ser una atractiva inversión a largo plazo.

En 2013, Mario Velasco, conocido en el mundo de la farándula como “El Anfibio”, llevó al entorno del mediocampista el dato de la venta de parcelas en sector El Panul, 8 kilómetros al sureste del centro de Coquimbo. La apuesta era que en el futuro sería parte del radio urbano y el valor de la tierra aumentaría exponencialmente.

Al seleccionado nacional le gustó la oferta. Por eso, el 20 de diciembre de 2013 compró la Parcela 86 a través de Inversiones Vimat Spa, sociedad que Vidal mantiene con su ex esposa, María Teresa Matus. Se trata de un predio de 4,70 hectáreas por el que pagó $160 millones financiados con un crédito hipotecario de $128 millones.

Luego, en 2015, el mismo Velasco habló de otro sitio en oferta en el sector. En ese momento Vidal era la estrella de la Juventus, con un sueldo anual de casi US$18 millones y tenía la seguridad absoluta de que en Chile, parte de sus negocios e inversiones eran dirigidos con el ojo experto de su primo, Carlos Albornoz Pardo.

La Tercera visitó el sitio. Se trata de un lugar de difícil acceso al que se llega por una polvorienta huella vehicular en muy mal estado. A primera vista, se trata de un terreno eriazo entre pequeñas quebradas, en el que hoy sólo se acumulan escombros, muebles, ropa y todo tipo de desechos, que lo tienen convertido en un botadero ilegal.

Fue justamente su primo quien el 25 de marzo de 2015 lo representó para adquirir otras 10,45 hectáreas por $175 millones. Pero esta vez, la forma de compra fue diferente. Según la escritura, el pago se hizo con dinero en efectivo e inmediatamente, Inversiones Vidal Spa hipotecó la parcela “para garantizar otras operaciones”.

¿Por qué el terreno no fue comprado directamente con un crédito hipotecario como se había hecho en otras transacciones de Vidal? Ésta es una de las preguntas que estaría tratando de responder la indagatoria de la Fiscalía Regional de Coquimbo, como una forma de saber si esa pudo ser una de las formas de “blanquear” los US$7 millones de dólares que perdió el francés en 2010.

“Me pareció que el activo de inversión era bueno. Pero en largo plazo, estas eran inversiones pensando en 20 años. Era ahorrar dinero en terreno. No era una compra venta. Esto era comprar para que en 20 años más (Arturo) pueda costear su vida con estos ahorros”, dice Carlos Albornoz.

Lo único claro hasta ahora, es que las 10 hectáreas se convertirían en el escenario perfecto para que Claudio Andrade, la misma persona que estafó al ciudadano galo, ahora convenciera a la Municipalidad de Coquimbo de que junto a su “socio” Arturo Vidal querían levantar 220 viviendas sociales.

El olor a basura y a descomposición golpea de manera inmediata al recorrer el lugar, en el que también abundan las moscas, en parte por la basura acumulada, pero principalmente por la cercanía del relleno sanitario El Panul, ubicado a un kilómetro de la inversión de Vidal, que recibe los desechos de Coquimbo, La Serena, Ovalle y otras comunas cercanas.

Un entorno en el que, por el momento, cuesta imaginar hogares y personas habitando.

¿Estaba al tanto el “King” de que en este terreno se pretendía levantar un proyecto de casas sin deuda financiadas por el Estado?; ¿Quién de su entorno se involucró con Claudio Andrade y pagó los trámites y profesionales necesarios la iniciativa?

Los vínculos del estafador con el “Rey”

La investigación que lleva adelante la Fiscalía Regional de Coquimbo partió el 2018 como una causa por estafa, pero en 2020 derivó en una compleja indagatoria por lavado de dinero que hoy salpica a Arturo Vidal y a su entorno. Por el momento, ninguna persona ha sido formalizada.

Pero en las diligencias que se han realizado hasta ahora, existen pistas que dan cuenta de una trama que relaciona de manera directa al condenado Claudio Andrade y a su ex ejecutivo bancario, Manuel José Amenábar, con una de las empresas de Vidal y sus primos, Carlos Albornoz y Víctor Hugo Albornoz.

Se trata de Manufacturas de Productos de Aluminios y Otros (MPAL), la misma firma a la que Vidal acusó de recibir los dineros de millonarios préstamos que habrían sido tomados sin su consentimiento y en los que dice figurar como aval en caso de no pago. En la querella del 21 de abril pasado contra Carlos Albornoz, el deportista también denuncia que se le hizo socio de MPAL sin su autorización.A fines de 2019, Claudio Andrade fue interrogado por la Policía de Investigaciones en la indagatoria. Allí, declaró cómo llegó al proyecto e involucró inmediatamente a uno de los primos de Arturo Vidal.

“Alrededor del año 2017, fui contactado por Manuel José Amenábar Zúñiga, mi amigo personal, asesor personal de Víctor Hugo Albornoz Pardo, dueño de un terreno del sector de El Panul de la comuna de Coquimbo, para poder sacar ‘valor agregado’ a ese terreno y, por lo tanto, necesitaba que se gestionara en los organismos pertinentes la construcción de viviendas sociales y su factibilidad posible”.

De acuerdo con la declaración de Andrade y de otros testigos, Manuel José Amenábar, quien falleció en enero de este año, se habría convertido en un verdadero “puente” entre Andrade y los primos de Arturo Vidal para los planes en la capital de la Cuarta Región.

Andrade da detalles específicos. “Recuerdo que en una oportunidad concurrieron a la ciudad (de Coquimbo) tanto Manuel José como Víctor Hugo para conocer el terreno, ya que Víctor no lo conocía y tampoco Manuel José, quien además de asesor, era miembro del directorio de las empresas de Víctor”, expresó a la PDI.

En el entorno de Víctor Hugo Albornoz confirmaron ese encuentro con Amenábar y una tercera persona en el terreno de El Panul. Pero difieren de los objetivos. Aseguran que la visita sólo era parte de un plan para vender ese y otros activos de Arturo Vidal ante la abultada carga financiera de sus empresas.

En la sentencia de 2015 que condenó a Andrade a cuatro años de libertad vigilada por la estafa al francés Dominique Massenez, quedó establecido que Manuel José Amenábar fue ejecutivo bancario y asesor de Andrade. Pero Amenábar no fue acusado ni condenado en esta causa.

Por otra parte, el vínculo de Manuel José Amenábar con los hermanos Albornoz Pardo es más antiguo. Cercanos a la familia aseguran que Víctor Hugo habla de él como su “gurú”. Ambos se conocen desde hace más de dos décadas, tras coincidir en el movimiento religioso “Cursillos de Cristiandad” y el 2008 Amenábar se convirtió en su padrino de matrimonio.

La familiaridad se reforzó cuando, cerca de 2014, Amenábar, se cambió de casa por apuros económicos y terminó viviendo al frente de Albornoz, en la comuna de Peñalolén. Así las cosas, no parecía extraño que el vínculo también se extendiera al mundo de los negocios.

La relación quedó reflejada en documentos. Se trata de poderes firmados en julio de 2017 ante la primera Notaría de Colina para que Manuel José Amenábar y Claudio Andrade representaran a las empresas MPAL y ALPRINT ante el Servicio de Impuestos Internos y ante municipios del país.

Al mismo tiempo, la cuenta de Linkedin del hoy fallecido ejecutivo bancario, da cuenta de sus funciones. Allí registró que entre noviembre de 2016 y enero de 2018 fue Gerente de Administración y Finanzas en las empresas MPAL y ALPRINT. Durante ese periodo los socios principales de ambas compañías eran Arturo Vidal y su primo Víctor Hugo Albornoz.

En la misma red social, el ex ejecutivo bancario afirmó haber sido, entre marzo de 2017 y diciembre de 2017, director de las empresas Inversiones Vidal Spa, Hatrick Spa y Área 23 Spa. Ésta última, es la firma que administra Club Chicureo, el club deportivo del “King” y cuyos problemas financieros desataron el terremoto en la familia Vidal Pardo.

En el entorno de Víctor Hugo Albornoz confirman que Manuel José Amenábar efectivamente trabajó para las empresas en calidad de asesor y con boletas a honorarios por cerca de $1.500.000 mensuales. Pero que los nombres de “gerente” y “director”, no existían en ningún contrato. “Él trataba de vestirse de otra forma”, aseguran hoy.

Un arquitecto, el testigo clave

Uno de los principales testigos que hasta ahora existen en la investigación penal es el arquitecto Juan Francisco Pérez. El profesional fue la mano derecha de Claudio Andrade para viabilizar el proyecto de viviendas sociales en el terreno de Inversiones Vidal.

Su relato y las evidencias que ha aportado, son indicios del papel que habrían jugado tanto Manuel José Amenábar como la empresa MPAL en esta confusa historia. En sus palabras, se mezclan datos de facturas abultadas por servicios no prestados, visitas a bancos y extrañas formas de pago de los trabajos. También dice haber sido engañado.

Según Pérez, el primer acercamiento de Claudio Andrade fue grandilocuente. “Me indicó que poseía los fondos para poder adquirir 100 lotes o más, pues era un cliente de la Banca Privada del Santander, que poseía una cuenta corriente con al menos 2 millones de dólares”, se lee en su relato a la PDI.

Tras una corta búsqueda, Andrade le contó que ya había encontrado un sitio que era de su propiedad con Arturo Vidal. Entonces, era el momento de hacer los estudios técnicos para conseguir el tan anhelado cambio de uso de suelo.

Luego de algunas cotizaciones, el condenado por estafa le pidió al arquitecto que sólo realizara algunos servicios, equivalentes a $3.577.995. Pero en vez del monto real, Andrade le pidió a Pérez que emitiera una factura por $11.278.245. “Me comentó que de esa forma lograríamos tener todos los dineros para el total de los servicios que él me cancelaría en la medida que yo avanzara con las otras etapas”. El arquitecto accedió.

La Unidad de Investigación y Datos obtuvo una copia de esa factura, de fecha 25 de julio de 2017. Fue emitida a nombre de Manufacturas de Productos de Aluminios y Otros (MPAL). En el detalle, se indica que corresponde al pago de un “estudio de cabida” y de un estudio topográfico.

Cercanos a los hermanos Albornoz aseguran que tuvieron conocimiento de la factura, que fue cuestionada por Víctor Hugo y que este hecho habría roto la estrecha relación entre ambos. “Casi mató a Amenábar, porque era mucha plata”, señala una fuente. Agregan que el ex ejecutivo bancario sólo explicó que los pagos eran para lograr un futuro cambio de uso de suelo del terreno.

“Con el paso de unos días Claudio me llamó para juntarnos en el banco Santander, pues tenía el cheque por mis servicios y yo tenía que cobrarlo”, dijo Pérez a la policía. Allí, lo esperaba con otra persona que había traído el cheque.

La Tercera también accedió una copia del cheque en cuestión de fecha 25 de agosto de 2017. Según la imagen, los $11.278.245, que fueron cobrados íntegramente, provenían también de MPAL (ex Comercial Kitchen Limitada). Es decir, la misma empresa en la que Manuel José Amenábar era Gerente de Administración y Finanzas.

Finalmente, Amenábar también habría realizado pagos en efectivo a Claudio Andrade por sus gestiones. Uno de ellos, según declaró Andrade a los investigadores, fue por “una suma de dinero de $2.000.000 que me pagó Manuel José a nombre de Víctor (...) pero yo nunca firmé algún contrato de prestación de servicios ni emití boletas ni facturas, pero me pagó Manuel José por mano y en dinero efectivo”.

La alerta de Google

“Junto con saludar, le informo a Ud. que a raíz de nuevos desafíos laborales he decidido no continuar participando como arquitecto director del proyecto (...) de todos modos el cliente continuará con el proyecto a ejecutar”.

Las palabras escritas en el correo que el arquitecto Juan Francisco Pérez envió a la Municipalidad de Coquimbo el 22 de noviembre de 2017, no contaban la totalidad de la historia de por qué su relación laboral con Claudio Andrade se había quebrado completamente, y de paso, había sepultado el proyecto de viviendas sociales.

Las sospechas de las personas que trabajaban con Andrade comenzaron a crecer al mismo ritmo que la ansiedad del estafador por lograr el cambio de uso de suelo. Sus discursos ya no calzaban. Testigos afirman que cuando funcionarios municipales lo presionaron para que llevara los documentos necesarios, respondió con la camiseta de regalo con la firma de Arturo Vidal, que hoy es conservada en las dependencias edilicias.

Una de las personas que trabajó con él fue la que lo descubrió. “Sus tantos comentarios sin ningún tipo de aspectos concretos nos llevó a todos a desconfiar de él, por lo que decidimos revisar sus antecedentes en el Poder Judicial, donde observamos que poseía una condena por estafa”, dijo a la PDI.

Las malas noticias también llegaron a oídos del arquitecto. “Decidí googlear a Claudio para saber quién era dónde me percaté que era el estafador de un francés”, expresó a la policía.

Éste sería el fin de la aventura inmobiliaria de Claudio Andrade y Manuel José Amenábar. Nunca volvieron a pisar el Departamento de Viviendas de la Municipalidad de Coquimbo.

Pero lo que no sabían, es que sería el comienzo de una compleja investigación por estafa y lavado de activos, que los tendría a ambos en la mira y que de paso, arrastraría a Arturo Vidal y su primos Carlos y Víctor Hugo Albornoz.

Debido a su fallecimiento en enero de este año, Manuel José Amenábar fue sobreseído en la causa y con él se marcharon varios de los secretos de esta operación. Pero Claudio Andrade, sigue operativo. La Unidad de Investigación y Datos de La Tercera logró contactarlo y de manera breve respondió que “esto sólo fue una ayuda y nada más”.

Arturo Vidal, en tanto, no quiso responder nuestras preguntas. Tampoco Susana Borzutzky, la nueva abogada que contrató para que lidere la acción judicial contra sus primos. El “Rey” Arturo mientras negocia la incorporación a su nuevo equipo, que quizá le puede generar su último gran contrato, deberá armar un plan para defenderse en tribunales sobre sus negocios en Chile.

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