Pitazo inicial a la carrera presidencial en Chile Vamos

La salida de Mario Desbordes del gabinete y de Sebastián Sichel del BancoEstado dio la partida -anticipada, para muchos- a la campaña para la primaria del sector.


No era lo ideal, aseguran en el gobierno. Pero la situación simplemente se hizo insostenible. El jueves 17, poco antes del inicio de la ceremonia de graduación de alférez de la Escuela Militar, el Presidente Sebastián Piñera, conversó en privado con el aún ministro de Defensa, Mario Desbordes, para acordar su salida anticipada del gabinete con el objetivo de dedicarse a la carrera presidencial.

Fue una conversación cordial, señalan cercanos al extimonel de Defensa, pero el Mandatario fue claro en que sería él quien fijaría la forma y el momento en que produciría el ajuste ministerial que, en la práctica, daba el pitazo inicial de la carrera presidencial en el oficialismo.

El jefe de Estado no estaba dispuesto a permitir que las agendas personales de sus colaboradores, ni los problemas internos de uno de los partidos de la coalición oficialista dictaran los tiempos de su gobierno. De hecho, se molestó porque la decisión se filtró el mismo jueves. Su plan era anunciarlo el viernes.

Hace un par de semanas, en La Moneda había incomodidad por el ruido que generaban los continuos trascendidos sobre la salida de Desbordes del gabinete para lanzar su precandidatura y los esfuerzos que estaban desplegando desde el entorno del extimonel de RN por retomar el control del partido y asegurar su proclamación como abanderado presidencial de su colectividad, justo en momentos en que el Jefe de Estado definía las prioridades para el último año de su mandato: el control de la pandemia, la reactivación económica y la reforma al sistema de pensiones, tareas con las que espera dejar atrás los bajos niveles de aprobación ciudadana, los que, según la última encuesta de la empresa Criteria, habían caído a un 7%.

“El Presidente tiene toda la razón, se empieza a producir una situación que no es adecuada, la idea que un ministro de Estado pueda ser candidato es una cosa positiva y negativa. Conversamos en privado y me dijo ‘Mario, tome una decisión, porque se es ministro o se es candidato, o se está en la contingencia. Y tiene toda la razón. Y lo hemos acordado (...) porque los plazos, los días, los ha puesto el Presidente”, reconoció Desbordes luego que se conociera la decisión de anticipar su salida del gabinete.

La determinación presidencial tendría un efecto colateral que no estaba previsto. Desbordes no se iría solo. El presidente de BancoEstado, Sebastián Sichel, quien también ha manifestado su intención de competir por la presidencial en 2021, igualmente se vio obligado a adelantar sus tiempos. El exministro de Desarrollo Social dejará mañana el cargo en la institución financiera estatal, cuando sus planes eran permanecer hasta marzo al mando del banco.

“Se van los dos y se acaba la telenovela”, habría dicho Piñera. Hasta el viernes pasado, Desbordes insistía en que su salida del gabinete fuera en solitario, para marcar así un hito que le ayudara a fortalecer sus aspiraciones presidenciales ante la interna de RN. Pero Piñera no estuvo de acuerdo. La salida a cuenta gotas de personeros de gobierno -antes del 11 de enero deben irse, además, quienes pretenden asumir candidaturas a convencionales constituyentes- debilitaba aún más a la actual administración.

De modo que el anuncio sería el mismo día, aun cuando se fueran por separado.

Operaciones fallidas

Originalmente el cronograma de Desbordes también era diferente. Cuando el pasado 28 de julio asumió en Defensa como parte de una operación del gobierno para bajar la disputa al interior de RN y ordenar al oficialismo, que incluía el ingreso de Andrés Allamand a la Cancillería, sus intenciones eran permanecer en el gabinete hasta marzo próximo.

El costo, sin embargo, fue demasiado alto. Tras el estallido social, Desbordes había logrado instalarse como una de las pocas figuras políticas bien evaluadas por la ciudadanía al sintonizar con las demandas de cambios y jugarse por completo a favor de una salida institucional a la crisis, respaldando el Apruebo a una nueva Constitución. Pero el silencio obligado que le imponía estar al mando de una cartera como Defensa, en nada le ayudaba a capitalizar su apuesta. En las encuestas no figura como carta presidencial del sector, lo que lo dejaba en desventaja frente a otros aspirantes de Chile Vamos mejor posicionados como Joaquín Lavín, Evelyn Matthei y hasta Sichel, quien aunque está mucho más abajo -3%, le dio el último sondeo de Criteria- al menos aparece entre las menciones espontáneas.

Hace algún tiempo desde el entorno de Desbordes se presionaba por apurar su salida del gabinete para iniciar su despliegue como precandidato. Entonces se hablaba de enero. Pero el apremio fue mucho mayor.

Sichel entra en escena

El 28 de octubre, tres días después del plebiscito que dio una aplastante victoria al Apruebo, el diputado de RN Tomás Fuentes, junto a un pequeño grupo de parlamentarios cercanos a Allamand, entre los que figuraban Diego Schalper y Karin Luck, se juntaron a cenar con Sebastián Sichel para sondear sus intenciones presidenciales. Sería la primera de dos cenas con el entonces presidente de BancoEstado en casa de Fuentes, la segunda fue casi un mes después, el 26 de noviembre.

Las intenciones de un sector de RN, que apostó por el Rechazo, de respaldar a Sichel llegó incluso a la directiva del partido, la que a comienzos de diciembre, por mayoría, resolvió que el candidato que llevarían a las primarias tenía que ser militante de RN, urgió a Desbordes. El exministro y su entorno, en el que figuran los diputados Camilo Morán, Paulina Núñez y Andrés Longton, tenían montada una operación con miras a que Desbordes fuera proclamado como precandidato presidencial del partido el sábado 19 de diciembre, durante el consejo general convocado para decidir sobre las políticas de alianzas y refrendar las candidaturas a alcaldes y concejales. Cuatro consejeros regionales, además del diputado Morán, habían enviado una carta al partido solicitando que esto ocurriera. Si todo salía bien, Desbordes tenía planeado renunciar al ministerio este domingo y el cambio de gabinete habría sido mañana.

El plan, sin embargo, se frustró el lunes 14 pasado, tras una fuerte reacción interna de sectores de RN ligados a Carlos Larraín, Francisco Chahuán, quien también aspira a ser el abanderado presidencial de la colectividad, y Andrés Allamand. Ese lunes, el timonel de RN, senador Rafael Prohens, anunció sorpresivamente que el consejo general del partido se postergaba para el 5 de enero próximo.

Prohens se ha distanciado en el último tiempo del sector que apoya a Desbordes. No sólo acogió la exigencia de adelantar las elecciones de directiva para el 17 de abril, como pedían los detractores de Desbordes, sino también ha defendido la definición de un cronograma para la toma de decisiones electorales dentro de RN que de garantía a todos los sectores. Este pasa por convocar para fines de enero a un consejo general extraordinario para zanjar al abanderado presidencial de la colectividad.

La posición de Prohens no cayó bien en los partidarios de Desbordes. En las últimas semanas intentaron sin éxito negociar un acuerdo al interior del partido para conformar una mesa directiva de consenso, la que sería encabezada por el actual ministro de la Segpres, Cristián Monckeberg.

La filtración de esa jugada, que implicaba un nuevo cambio de gabinete, molestó al gobierno, dejó en una incómoda situación a Monckeberg y aceleró la intervención del Mandatario para poner orden en la casa.

Al interior de RN han cuestionado la estrategia de Desbordes y sus partidarios, porque ha tensionado al partido, cuando debería estar buscando unificarlo detrás de su figura. Desbordes controla un poco más del 40% de los 526 consejeros nacionales del partido que deberán designar al futuro abanderado y no ha hecho mucho por ampliar su base de apoyo. Hace seis meses, afirman en RN, que no habla con Carlos Larraín, y hace tres meses que no toma contacto con Allamand.

Y los demás, ¿en qué están?

En Chile Vamos no hay dos opiniones. Desbordes se anticipó más de la cuenta, afirman en privado desde la UDI a Evópoli. Y en su apresuramiento arrastró a Sichel.

Hace algún tiempo, el exministro de Desarrollo Social montó un equipo programático que en completa reserva venía trabajando en la redacción de un programa de gobierno. A la par, sin embargo, había planificado su agenda de trabajo de enero para sacar adelante varios temas pendientes en BancoEstado, confiando en que podría sostenerse un tiempo más en el cargo. “Tengo que tomar esta decisión porque los tiempos políticos se adelantaron. Apuraron las decisiones de otros”, dijo Sichel el viernes 18 al comunicar su salida como titular de BancoEstado. “Creo que lo más noble para esta institución es que yo tome mi decisión sobre futuras candidaturas fuera de este cargo y no dentro”, añadió.

La estrategia de Sichel era asegurar primero su participación en las primarias oficialistas en calidad de independiente, algo que ya estaba prácticamente acordado en el sector, aunque aún no se ha sellado oficialmente. Y ampliar su base de apoyos en movimientos independientes más allá de Convergencia Liberal, la facción que surgió tras el quiebre con Ciudadanos.

Desde La Moneda ven con buenos ojos su candidatura, la que permite ampliar la coalición hacia el centro. De hecho, el Mandatario, quien ha conversado personalmente con todos los candidatos presidenciales de Chile Vamos durante las últimas dos semanas y ha monitoreado de cerca el proceso, ha respaldado la idea de una primarias lo más amplia posible.

Pese al mal momento que pasa el gobierno, en La Moneda están convencidos de que la centroderecha tiene posibilidades de ganar las próximas presidenciales y que los próximos meses, con las vacunas ya en Chile, se podrán dejar atrás los efectos de la pandemia y recuperar la economía, mejorando los niveles de aprobación de la actual administración.

Por lo mismo en el oficialismo no había interés por acelerar la carrera. Mucho menos en el entorno de los demás aspirantes de Chile Vamos al sillón presidencial.

“No tiene ningún sentido tratar de instalar una candidatura presidencial antes de abril”, concuerdan en los equipos de Joaquín Lavín, Evelyn Matthei y Felipe Kast.

El alcalde de Las Condes, la figura mejor posicionada del bloque en las encuestas, ha seguido una estrategia de ser candidato sin decirlo oficialmente. Incluso, ha reiterado que postulará a la reelección como alcalde en abril próximo, por lo que cualquier decisión respecto de la presidencial la tomaría después del 11 de abril.

Lavín cuenta, además, con el apoyo de la nueva mesa directiva de la UDI, liderada por los diputados Javier Macaya y María José Hoffmann, quienes recientemente ganaron la interna del partido. Ambos colaboraban de antes en el equipo de asesores que está trabajando con Lavín y en la que también participan Gonzalo Müller -esposo de Hoffmann- y Ernesto Silva. Sin embargo, la nueva mesa, con miras a la unidad del gremialismo y a bajar las tensiones internas, ha dado garantías a la actual alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, de que no bloquearán sus aspiraciones presidenciales. Hace algunos días, Macaya aseguró que la UDI tiene dos cartas presidenciales fuertes y que están abiertos todos los mecanismos para zanjar el candidato del sector, desde primarias internas hasta encuestas, incluso la posibilidad de que ambos vayan directamente a las primarias de julio próximo de Chile Vamos, tal como en 2017, RN llevó a Piñera y al senador José Manuel Ossandon a las primarias legales de la coalición.

Matthei también repostulará al sillón edilicio, por lo que, aunque ha reiterado su interés por disputar la presidencial, no apresurará una definición hasta después del 11 de abril.

La misma definición tomaron a comienzos de diciembre en Evópoli. “Es un error pensar que en medio de la campaña por los constituyentes y las municipales se va a poder instalar una figura presidencial”, aseguran desde Evópoli. Hasta ese momento, el plan era zanjar el abanderado presidencial del partido en enero, pero optaron por postergarlo hasta mediados de abril.

El partido no tiene fracturas internas, por lo que tienen presión por adelantar el tema presidencial, como ha ocurrido en RN.

El senador por La Araucanía, Felipe Kast, es la primera opción del partido para disputar las primarias dentro de Chile Vamos. El parlamentario ha mantenido la misma estrategia de Lavín: actuar como candidato sin serlo, dicen en Evópoli. Un diseño que fortalecerán los próximos meses aprovechando que Kast buscará desplegarse en todo el país como jefe de campaña de los candidatos a alcaldes y concejales, además de los postulantes a constituyentes del partido.

En Evópoli saben que Kast está abajo en las encuestas. Algo que no los devela en demasía, aseguran. La prioridad, añaden, más que la presidencial, está en convertirse en abril próximo en el partido del oficialismo que más crezca en número de concejales y alcaldes, un resultado que, de cumplirse, les permitirá mejorar su capacidad de negociación frente a sus socios de coalición y llegar mejor posicionados a todas las carreras al interior de Chile Vamos.

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